Nissan Juke 1.5 dCi vs Peugeot 208 1.6 e-HDi

En área restringida. Juke y 208 entran por los ojos, pero también por donde ningún otro utilitario se atreve: el Nissan, por volumen, altura y originalidad estética; el Peugeot, por recorte de tamaño y reinterpretación de la conducción. Arriesgados, son los dos modelos con más personalidad de su clase… y puede que también con más encanto.

Jordi Moral

Nissan Juke 1.5 dCi vs Peugeot 208 1.6 e-HDi
Nissan Juke 1.5 dCi vs Peugeot 208 1.6 e-HDi

Igual que las grandes ciudades sólo permiten el tráfico a vecinos en su centro urbano, el encorsetado segmento utilitario (siempre receloso a no abandonar la ecuación tamaño/coste/utilidad) abre hoy paso a dos residentes muy especiales, desmarcados ya del resto a través de descaro. Cierto que, de un primer vistazo, Nissan Juke y Peugeot 208 no pueden ser más antagónicos… y, a su manera, lo son. Pero acaban compitiendo por la misma clientela y basándose en sus mimbres familiares para apostar a la renovación. Aire fresco, siempre tan necesario.

 

Primero golpeó el Nissan Juke, intentando revolucionar la categoría con sus 4,14 metros de longitud como ya hizo antes el Nissan Qashqai entre los compactos: a base de musculatura, más altura de carrocería y mucha originalidad. Gusta su estética de mini-SUV y responde de momento en ventas. Ahora, turno para el Peugeot 208 por el camino inverso. Menos tamaño (3,96 metros, frente a los más de 4 metros del anterior 207… y de Seat Ibiza, Opel Corsa o Renault Clio) y acertado envoltorio para continuar con el éxito de Peugeot en la categoría: desde el 205, casi 16 millones de ventas en 3 décadas. Mucha ambición, confirmada desde el habitáculo.

 

Y es que si el Nissan Juke ya sorprendió por estética y deportividad (aun con alguna laguna de ergonomía, como ausencia de regulación de volante en profundidad o palancas de reglaje poco accesibles, pero soluciones tan inteligentes como el sistema D-Mode que permite, a golpe de tecla, modificar la función de algunos mandos), esta vez el Peugeot 208 añade una superior calidad percibida (también que Ibiza o Ford Fiesta) y un pequeñísimo y maniobrable volante que hasta replantea la conducción: Peugeot lo ha diseñado para ver la instrumentación por encima (asegura una lectura más instantánea), a costa de quedar muy bajo, lo que unido a un asiento alto, genera una postura de conducción que puede no resultar lo más cómoda para todo el mundo. Cuestión de probarlo, porque desde luego el ambiente es muy bueno y estrena también una gran pantalla táctil en salpicadero para manejar desde el Bluetooth, al USB, la radio o el navegador.

 

Obviamente, por recortado tamaño, el Peugeot 208 no es el modelo más amplio del segmento… pero sí ofrece un convincente espacio en todas sus cotas ante un Nissan Juke que, a cambio, paga su ejercicio de estilo con muy poca anchura interior, escasa capacidad de maletero y peor acceso a las plazas traseras. Acomodados, hora de arrancar.

 

Motores franceses

La única opción Diesel del Nissan Juke (y claramente recomendable ante sus «gastones» opciones de gasolina) es un 1.5 dCi de 110 CV y origen Renault. Aclamado durante años, funciona bien, pero ya no es el ejemplo de finura y suavidad. Más refinado nos parece hoy su rival, el conocido 1.6 Diesel de 115 CV de PSA (por debajo hay un 1.4 de 68 CV y el mismo 1.6 con 92 CV), especialmente en su rebautizada versión e-HDi que incluye el sistema Stop/Start más suave y rápido del mercado. El Nissan Juke no cuenta con este sistema.

 

Con más par (y desde más bajo régimen) y menor peso del que tirar (el más aerodinámico Peugeot cifra además hasta 120 kg menos que el Juke), el 208 se impone claramente al Nissan, no sólo en consumos (hasta 0,4 l/100 km que no parecen excesivos, visto lo visto) sino también en agrado y prestaciones, incluso mostrándose más rápido que el 1.6 TDi del grupo Volkswagen. Y eso que debe arrastrar unos desarrollos muy abiertos, que sólo penalizan su adelantamiento en una sexta marcha, en nuestra opinión, demasiado larga para un utilitario.

 

Polo opuesto, el Nissan Juke. Transmisión casi de carreras (difícil ver hoy un Diesel superar las 2.500 rpm rodando en 6ª a 120 km/h) que castigan, sobre todo en autopista, el gasto de combustible y la acústica a cambio, eso sí, de agilizar sus movimientos. Respuesta que, desde luego, al volante convence. Porque el Nissan Juke es de esos coches con personalidad, que gustan conducir. Tiene el mismo esquema técnico que el Peugeot 208 (aquí con eje trasero torsional, ya que el más elaborado tren trasero multibrazo lo relega a la versión 1.6 Turbo superior con tracción total) y buena base de origen (plataforma de Renault Clio).

 

Algo duro de tacto y más seco en la absorción, cierto que el Nissan Juke no ofrece la impecable calidad de rodadura de un Peugeot 208 que, por aplomo y confort de marcha, marca hoy referencia en la categoría; pero, a cambio, es más vivo y directo de reacciones y, con discos sobredimensionados y superiores neumáticos, frena mejor. De hecho, con el mejor resultado de la categoría, está casi en tiempos de un Porsche 911, lo que es mucho decir. Claro que al acercarnos a sus límites, sus controles electrónicos también son mucho más permisivos, tendiendo su trasera a participar más de lo debido. Conviene saberlo, como sus mayores pérdidas de trayectorias al circular por mal firme.

 

A cambio, el comportamiento del Peugeot 208 es, casi, monolítico. Partiendo básicamente de la misma plataforma del anterior 207, llega muy afinado. Puede que no resulte tan estimulante de conducir como el Nissan Juke, pero prácticamente no tiene fisuras: en ciudad se mueve mejor por corto tamaño y buena visibilidad, sus suspensiones se «tragan» baches y badenes sin inmutarse (¡qué calidad de amortiguación!) y ofrece un magnífico agarre con reacciones mucho más equilibradas y fáciles de corregir. Es decir, más control también de carrocería, favorecido por su más bajo centro de gravedad y su mayor ligereza.

 

El Peugeot 208 va así verdaderamente bien en carretera y rueda muy rápido, incluso calzado con neumáticos de baja fricción, siempre con algo más de deriva que los convencionales. Su próxima variante GTi creemos que, sin duda, dará que hablar. En definitiva, estamos quizás ante los dos modelos con más personalidad hoy del segmento… y puede que también con más encanto.

 

Eso sí, en ocasiones, hay que reconocer que la originalidad también tiene un precio. Y el Nissan Juke lo hace pagar en forma de superior tarifa frente a sus rivales utilitarios. En este sentido, y con un mejor equipamiento, el Peugeot 208 llega mucho mejor posicionado. Veremos si en ventas ahora responde, porque el Nissan Juke, desde luego, ya lo ha hecho.