Todos los superdeportivos del mercado tienen algo que los hace especiales y diferentes. Al margen de lo que corran y cómo lo hagan, la estética o su comportamiento, cada uno aporta su pequeño granito de arena al mundo de los coches de ensueño; el sonido de un Ferrari 458 Italia, la sensación de precisión de un Porsche 911, las «alas de gaviota» de un Mercedes SLS, la agresividad de líneas de un Lamborghini... todos tienen algo especial que les hace únicos. Pues bien, el «algo» que ofrece el Nissan GT-R no está ni en su imagen, ni en su sonido ni en sus formas; carece de ese glamuroso detalle que salta a la vista en el resto; aquí no se ve, se siente. Transmite ser una obra de ingeniería en la que todo está pensado para la efectividad pura, como un coche de carreras.
No es esclavo de una arquitectura, de un diseño o de una tradición; va por otro camino. Su objetivo es ser el más rápido y efectivo del mercado, cosa que sin lugar a dudas consigue. Con cualquiera de los super coches antes mencionados se puede ir muy rápido. Hablamos de «aparatos» que están a un nivel estratosférico en cualquier circuito del mundo, pero que, además, en todos ellos puedes permitirte el lujo de ir a ritmo de paseo marítimo en verano y sentir que llevas al séptimo de caballería bajo el pie derecho. En el GT-R esto no pasa. Si paseas con él «te aburres», pero ay de ti como se te ocurra hacerlo correr, porque es un coche de carreras camuflado.
Ya era bueno, pero ahora lo han mejorado. Cuenta con una nueva reprogramación de la centralita, se ha modificado la presión de soplado del turbo, el tiempo de apertura de las válvulas y lleva unos conductos de admisión más anchos. Modifica el sistema de escape, que incluye además un nuevo catalizador más eficiente. Mejora la protección de motor y cambio cuando se conduce en el modo R, desactivándolo cuando hay un exceso de temperatura para reducir el riesgo de roturas. Su potencia pasa de
Este es un breve resumen de lo mucho que cambia en el nuevo GT-R. Y paro aquí. La falta de espacio, unido a las ganas que tengo de contarles como va me impiden dar más en detalle todo lo que cambia. Pues sí, ha cambiado. Todas las novedades se han enfocado en hacerlo más efectivo y fiable. Sobre esto último no puedo decirles mucho, puesto que aún es pronto para saber si ahora se rompe menos. En el tiempo que lleva en el mercado con la versión de 480 CV ha habido muchas roturas de motor y cambio. Internet está plagado de fotos y videos de ellas, pero tampoco hagan mucho caso a todas porque muchas suelen estar ligadas a excesivas preparaciones; hay de todo, porque también hemos hablado con propietarios que no han tenido ni que cambiar una bombilla.
La nueva y buscada efectividad se nota y mucho. Ahora es mucho más rápido en todas las mediciones. Es imposible apreciar que acelere el
Conduciendo rápido pero sin llegar al límite de un circuito, mantiene el aplomo de antes y para mi sigue siendo un coche que te hace ser mucho mejor conductor de lo que en realidad eres. Para ir ligeramente rápido en un 911 tienes que trabajar mucho más que con este GT-R, pero eso ya ocurría antes. En un uso cotidiano los cambios se han enfocado en reducir el consumo. El modo SAVE ayuda a ahorrar, pero no hace milagros. El Centro Técnico no bajó los consumos con respecto al anterior, algo que me parece lógico ya que ahora es más potente —aunque en su publicidad no anuncia eso—. Personalmente logré hacer
¿Qué opinas? Deja tus comentarios; los más interesantes se publicarán en la revista Autopista. Si lo prefieres, debate esta noticia en nuestros foros.
- Motor y prestaciones
- Comportamiento
Precio
Ruidos de transmisión
- Cambio en maniobras
- Duración de los puntos del carnet de conducir