Mitsubishi Outlander 220 DI-D 4WD, un SUV muy completo

El Mitsubishi Outlander no ha tenido el éxito de otros SUV, pero es de los mejores de su clase. A más uso, más convence: gran espacio para 7, confort, polivalencia 4x4…

Jordi Moral. Twitter: @jordimoralpFotos: Mikael Helsing

Mitsubishi Outlander 220 DI-D 4WD, un SUV muy completo
Mitsubishi Outlander 220 DI-D 4WD, un SUV muy completo

El Mitsubishi Outlander es el mejor coche de Mitsubishi. Sin duda. Es su modelo que mejor representa hoy las raíces de una marca que en los últimos años ha ido perdiendo protagonismo con la caída del mercado 4x4 más puro y también con el fin de la producción del Mitsubishi Lancer, una berlina con hasta 8 generaciones tras sus retrovisores. Controlada durante años por Daimler, y buscando viabilidad luego mediante distintos acuerdos con el grupo Volkswagen o el grupo francés PSA, Mitsubishi parece ahora, definitivamente, querer encarrilar el rumbo.

Rotas ya todas las alianzas precedentes, Mitsubishi apuesta hoy a una gama de desarrollo propio que se asentará sobre tres futuras líneas claras de negocio: coches pequeños, modernos SUV y, sobre todo, mucha nueva versión eléctrica o semi-eléctrica. Valores últimos, precisamente, que abandera hoy el Mitsubishi Outlander. Con una variante híbrida enchufable PHEV en su gama que ya es la más vendida del mercado, ahora el SUV estrena hasta 100 modificaciones en carrocería, bastidor y mecánica que, si bien no terminan por representar una nueva generación, sí permiten al Outlander avanzar notablemente en aspectos como el refinamiento y la seguridad. Un SUV, en nuestro caso de hoy con motor Diesel, más adaptado a su tiempo: si ya nos gustaba mucho en el uso, hoy nos parece aún mejor.

Mitsubishi Outlander: más moderno

No esperes, eso sí, exuberancias. El Mitsubishi Outlander nunca fue de esos coches. Puede, por tanto, que siga hoy resultando menos vistoso e impactante por fuera y por dentro que otros SUV de última generación, como el Honda CR-V o el Hyundai Tucson, pero punto por punto tendrás poco que reprocharle. Hoy, quizá sólo un techo panorámico que casi no cubre ni siquiera la primera fila cuando ya casi todos se prolongan por todo el habitáculo, la ausencia de Stop/Start o un portón eléctrico muy lento son, en realidad, sus únicos síntomas de veteranía. Desde ahí, nuevos colores y tapicerías (incluso con piel que no absorbe radiación ultravioleta), un potente equipo multimedia firmado de nuevo por la marca Rockford Fosgate, nuevos sistemas de frenada de emergencia o de mitigación de aceleración por ultrasonidos al detectar obstáculos y, sobre todo, más material aislante, también con parabrisas y cristales más gruesos (de 3,1 pasan a 3,5 milímetros), confirman en marcha que es un SUV mucho más avanzado.

Mitsubishi OutlanderMitsubishi Outlander: su espacio

Si antes pisaba bien pero hasta un Chevrolet Captiva nos parecía mejor insonorizado, hoy el Mitsubishi Outlander se mueve incluso más filtrado y mejor aislado que un siempre referente Honda CR-V. Este SUV japonés se convierte así en un gran rodador, gustando mucho por un tacto además muy suave de mandos pero, más aún, por un espacio de verdadera nota; especialmente en esta variante de 7 plazas, a la que no llegan muchos de sus rivales.

Anchura, espacio para piernas, altura... El Mitsubishi Outlander es casi tan buen familiar como un gran monovolumen. De hecho, recién probado también un Volkswagen Touran, no resulta este SUV menos espacioso, y sólo alguna solución práctica más y una 2ª fila ya con 3 asientos independientes marca diferencias en favor del monovolumen alemán. Y es que, en un amplio Mitsubishi Outlander, los accesos también son buenos, mientras que el maletero puede pasar por su buena modularidad de grande (460 litros reales medidos por nuestro Centro Técnico)… a gigante (hasta 680 litros totales). Y todo gracias a una fila central capaz de adaptarse en regulación longitud en nada menos que 25 centímetros: un Volkswagen Touran en 20, y ya es de los mejores.

Mitsubishi Outlander: su motor 220 DI-D de 150 CV

Plenamente convencidos así por la utilidad del Mitsubishi Outlander en cuanto a espacio y confort, hora ya de valorar su avance en mecánica y comportamiento dinámico. Superada ya la fase en la que este SUV montaba el “viejo” 2.0 TDi bomba-inyector de VW con 140 CV, da gusto seguir encontrando en este Mitsubishi Outlander un motor 2.2  DI-D de 150 CV y muy consistente pegada. Cuando ya hoy proliferan nuevos motores incluso de 1,6 litros de cilindrada y doble turbo para cubrir hasta 160 CV, la alta cilindrada de este Outlander vuelve a descubrirnos un motor de respuesta más redonda.

De hecho, con más bajo régimen que motores más pequeños, pero no exento a su vez de gran progresividad, este Diesel 2.2 DI-D es una delicia en el día a día, moviéndonos muy bien por ciudad y carretera, y estirando con fuerza hasta 4.000 rpm que es el momento en el que ya concluye su poderío. Desde luego, no puede decirse que sea un SUV lento: acelera de 0 a 100 km/h en 10,62 segundos, según datos de nuestro Centro Técnico.

Gran motor 2.2 DI-D del Mitsubishi Outlander, asociado también a un cambio automático de convertidor de par que contribuye todavía más al buen confort general. Eso sí, sentirás también que este SUV es más suave que rápido. No esperes hoy, por tanto, la ágil respuesta de aquella transmisión automática TC-SST de doble embrague que montaba hace unos años derivada del Mitsubishi Lancer Evo. No, hoy percibirás más resbalamiento y un carácter más conservador. Tanto, que tampoco sus consumos mejoran exponencialmente.

Cierto que este Mitsubishi Outlander 220 DI-D recibe hoy un nuevo filtro de NOx para reducir sus emisiones, y también menores fricciones internas, pero, aunque medioambientalmente más sostenible, los consumos del SUV siguen siendo muy altos. El mayor lunar de un Mitsubishi Outlander con el que rodarás habitualmente rondando los 8 l/100 km de media en gasto real, hasta un litro por encima de todos sus principales rivales. Y eso que este SUV es de los más ligeros.

Mitsubishi Outlander: su comportamiento

Aspecto pues a revisar por una Mitsubishi que poco más debe afinar. Y es que, si en comportamiento no esperábamos mucho más de un Outlander que ya era un buen SUV, los cambios hoy vuelven a mejorarlo. Anunciando un chasis hasta un 30 por ciento más rígido, con muelles, amortiguadores y estabilizadoras ahora más firmes siempre en alguno de sus ejes, ha ganado un punto más de precisión y control. Sigue siendo muy ligero (ha pesado en nuestra báscula 1.677 kg, hasta 100 menos incluso que muchos rivales sin sus 7 plazas), mientras que la dirección eléctrica recalibrada ofrece muy buen tacto.

La limitada tendencia al subviraje del Mitsubishi Outlander, un balanceo muy poco acusado y reacciones siempre seguras se unen a la gran motricidad que aporta, como no podía ser menos en Mitsubishi, una tracción total que esta vez suma también un nuevo diferencial delantero de deslizamiento limitado. La conclusión es que acabas sintiendo también una mayor agilidad en curva. Súmale a su buen funcionamiento una altura libre de 21,5 centímetros, cuando un Hyundai Tucson o un Honda CR-V no pasan ni de 17, y unos recorridos de suspensión suficientemente amplios, y estarás además ante uno de los SUV más capacitados para salir del asfalto. Buen producto que deberá consolidarse en 2016 junto a un nuevo Mitsubishi ASX más pequeño para impulsar a la marca. Quizá ya sea sólo cuestión de ofrecer un mejor escaparate y una mayor red comercial.

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