Mitsubishi Montero 3.2 DI-D 5p vs Toyota Land Cruiser D-4D 5p

Con ellos, sin duda, adorarás la tierra. No hace falta ser creyente, ni siquiera apelar a la fe... Estos dos verdaderos colosos, por sí solos, aún mueven montañas. Ante la nueva cruzada SUV, Mitsubishi Montero y Toyota Land Cruiser son hoy la biblia del 4x4. Ahora, además, más versátiles, potentes y con carrocerías largas de 5 puertas de enfoque familiar. Buscamos al todo terreno más completo del mundo.

Mitsubishi Montero 3.2 DI-D 5p vs Toyota Land Cruiser D-4D 5p
Mitsubishi Montero 3.2 DI-D 5p vs Toyota Land Cruiser D-4D 5p

Potencia, pero sobre todo más eficiencia. Premisa a la que tratan de adaptarse ya los grandes TT del mercado. Para ello, Mitsubishi y Toyota vuelven a apostar por motores Diesel de 4 cilindros. El Land Cruiser mantiene su eficaz bloque de tres litros y 173 CV, aquí acoplado a un cambio manual de 6 relaciones (sólo junto al automático puede incluir sus nuevos sofisticados sistemas Multi-Terrain o Crawl Control — un crucero para campo—), mientras que el Montero revisa por completo su 3.2 DI-D ahora con nueva inyección, turbo y centralita para subir a 200 CV. Es la única opción de Mitsubishi, tanto con este cambio manual como con el automático también de 5 relaciones. En cambio, Toyota oferta también un prestacional gasolina V6 de 282 CV.

Ambos motores muy progresivos, rápidos y con buen agrado en asfalto y campo,el D-4D del Land Cruiser termina por convencer más por mejor bajo régimen, muy bueno desde 1.500 rpm. En el Montero, en cambio, conviene alcanzar las 2.000, pero desde ahí saca su mayor par y potencia para, entre una gran igualdad, batir por la mínima al Toyota en casi todas las mediciones. No está mal, por su peso... y porque siempre fue a remolque del Land Cruiser. Incluso presenta una mejorada eficiencia, gracias a circular en dos ruedas motrices y a unos desarrollos muy largos (su 5ª es más amplia que la 6ª del Toyota). Eso sí, por ello, en recuperaciones es Toyota quien barre, gastando al final también algo menos (10,2 frente a 10,4 l/100 km).

Vida a bordo

Grandes en campo, mejores en asfalto y, en espacio, guiños también al monovolumen. Mitsubishi Montero y Toyota Land Cruiser proponen con suscarrocerías de 5 puertas una muy buena habitabilidad familiar: ambos con tres filas de asientos y 7 plazas aceptablemente utilizables, así como un espacio casi calcado en todas ellas, en las que brilla un suelo muy plano que beneficia la ocupación. No obstante, Toyota saca partido a la mayor modularidad, con asientos de 2ª fila deslizantes para mejorar maletero (aquí, el Montero gana en cualquier caso) y, sobre todo, espacio para viajar más desahogado en la 3ª fila.

A destacar también la comodidad que aportan en Toyota unos asientos más envolventes (muy planos en Mitsubishi), así como la luneta trasera practicable o la incorporación de la rueda de repuesto bajo el piso, y no como prolongación de la puerta de maletero del Montero. En éste, nos quedamos con su salida trasera de ventilación (regulable frente a Toyota) y con los enormes asideros, útiles en excursiones por campo. Donde el Land Cruiser sigue arrollando es en confort de marcha y ergonomía. Más tipo berlina. Al sonido «enlatado» y vibraciones que ofrece el Montero, el Toyota Land Cruiser responde con más aislamiento. Y a su irregular postura de conducción (aún sin movimiento de volante en profundidad), con grandes regulaciones, un salpicadero integrador y mejores materiales. El Montero se ve y se siente menos joven.

¿Una buena inversión?

Tanto Mitsubishi Montero como Toyota Land Cruiser son vehículos totales, y obviamente no muy económicos. Son grandes, pesados y rudos: concebidos para salir del asfalto y rendir en condiciones muy duras. Por tanto, que sea o no buena inversión dependerá del uso. Ni en precio, ni en consumo, ni en movilidad, compensará a quien sólo busque imagen poderosa y rodar por calles y carreteras; por el contrario, son una inmejorable opción para quien transite habitualmente por zonas difíciles (complicado quedarse en alguna) y realice escapadas y viajes en familia. A igualdad de precio, Mitsubishi ofrece algo más de equipamiento (asientos eléctricos, sensor de luz y lluvia, faros xenón...). Sin embargo, el nivel de refinamiento, tecnología y comodidad inclinan la balanza en este sentido hacia Toyota.

Potencia, pero sobre todo más eficiencia. Premisa a la que tratan de adaptarse ya los grandes TT del mercado. Para ello, Mitsubishi y Toyota vuelven a apostar por motores Diesel de 4 cilindros. El Land Cruiser mantiene su eficaz bloque de tres litros y 173 CV, aquí acoplado a un cambio manual de 6 relaciones (sólo junto al automático puede incluir sus nuevos sofisticados sistemas Multi-Terrain o Crawl Control — un crucero para campo—), mientras que el Montero revisa por completo su 3.2 DI-D ahora con nueva inyección, turbo y centralita para subir a 200 CV. Es la única opción de Mitsubishi, tanto con este cambio manual como con el automático también de 5 relaciones. En cambio, Toyota oferta también un prestacional gasolina V6 de 282 CV.

Ambos motores muy progresivos, rápidos y con buen agrado en asfalto y campo,el D-4D del Land Cruiser termina por convencer más por mejor bajo régimen, muy bueno desde 1.500 rpm. En el Montero, en cambio, conviene alcanzar las 2.000, pero desde ahí saca su mayor par y potencia para, entre una gran igualdad, batir por la mínima al Toyota en casi todas las mediciones. No está mal, por su peso... y porque siempre fue a remolque del Land Cruiser. Incluso presenta una mejorada eficiencia, gracias a circular en dos ruedas motrices y a unos desarrollos muy largos (su 5ª es más amplia que la 6ª del Toyota). Eso sí, por ello, en recuperaciones es Toyota quien barre, gastando al final también algo menos (10,2 frente a 10,4 l/100 km).

Vida a bordo

Grandes en campo, mejores en asfalto y, en espacio, guiños también al monovolumen. Mitsubishi Montero y Toyota Land Cruiser proponen con suscarrocerías de 5 puertas una muy buena habitabilidad familiar: ambos con tres filas de asientos y 7 plazas aceptablemente utilizables, así como un espacio casi calcado en todas ellas, en las que brilla un suelo muy plano que beneficia la ocupación. No obstante, Toyota saca partido a la mayor modularidad, con asientos de 2ª fila deslizantes para mejorar maletero (aquí, el Montero gana en cualquier caso) y, sobre todo, espacio para viajar más desahogado en la 3ª fila.

A destacar también la comodidad que aportan en Toyota unos asientos más envolventes (muy planos en Mitsubishi), así como la luneta trasera practicable o la incorporación de la rueda de repuesto bajo el piso, y no como prolongación de la puerta de maletero del Montero. En éste, nos quedamos con su salida trasera de ventilación (regulable frente a Toyota) y con los enormes asideros, útiles en excursiones por campo. Donde el Land Cruiser sigue arrollando es en confort de marcha y ergonomía. Más tipo berlina. Al sonido «enlatado» y vibraciones que ofrece el Montero, el Toyota Land Cruiser responde con más aislamiento. Y a su irregular postura de conducción (aún sin movimiento de volante en profundidad), con grandes regulaciones, un salpicadero integrador y mejores materiales. El Montero se ve y se siente menos joven.

¿Una buena inversión?

Tanto Mitsubishi Montero como Toyota Land Cruiser son vehículos totales, y obviamente no muy económicos. Son grandes, pesados y rudos: concebidos para salir del asfalto y rendir en condiciones muy duras. Por tanto, que sea o no buena inversión dependerá del uso. Ni en precio, ni en consumo, ni en movilidad, compensará a quien sólo busque imagen poderosa y rodar por calles y carreteras; por el contrario, son una inmejorable opción para quien transite habitualmente por zonas difíciles (complicado quedarse en alguna) y realice escapadas y viajes en familia. A igualdad de precio, Mitsubishi ofrece algo más de equipamiento (asientos eléctricos, sensor de luz y lluvia, faros xenón...). Sin embargo, el nivel de refinamiento, tecnología y comodidad inclinan la balanza en este sentido hacia Toyota.