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Las primeras versiones de la última generación que se pondrán a la venta, a partir de mediados de noviembre, serán el Cooper y el Cooper S, que incorporan un motor de gasolina 1.6 litros de inyección directa en variantes atmosférica y turboalimentada, respectivamente, con potencias de 120 y 175 CV. Disponen de cajas de cambio manuales de seis relaciones o automáticas, también de seis marchas, con pulsadores en el volante. El motor 1.6 turbo del Cooper S incluye sistema de alimentación common rail y turbo twin scroll, además de sistema de regulación de válvulas “Valvetronic" (como el empleado en los motores BMW) y sistema de desconexión de la bomba de agua. Ésta fue la versión que tuvimos oportunidad de conducir por carreteras de montaña y autovías de la zona del Penedés (Tarragona), y nos sorprendió por su excelente empuje y contundencia. No se muestra muy brusco, aunque sí enérgico, y se encuentra muy “lleno" desde prácticamente el ralentí hasta la zona de corte, situada a 6.500 rpm. Anuncia una destacable cifra de par, de 24 mkg a 1.600 rpm y 26 mkg en el momento de solicitar máximo rendimiento (overboost) y una potencia máxima de 175 CV. Destaca por su capacidad de recuperación desde bajas vueltas, pues a partir de unas 1.300 rpm ya hay claros síntomas de entrega de energía. A ello contribuye de forma positiva una caja de cambios manual de seis marchas, muy bien escalonada, rápida en el manejo y bastante precisa, que permite el desahogo de la mecánica para viajar por autopistas de forma cómoda y silenciosa (tiene una sexta de 41 km/h a 1.000 rpm). Por el contrario, si se desea practicar una conducción deportiva, tanto el motor como el cambio invitan a ello en las primeras relaciones y, si apuramos un poco las velocidades, el sonido del escape se vuelve completamente ronco y deportivo, muy apetecible.El Cooper S promete un consumo medio de 6,9 l/100 km con caja manual de seis relaciones (no tenemos todavía las cifras del automático con mandos en volante), pero, en cualquier caso, es un dato inferior al ofrecido por la versión de la generación anterior, menos potente.El comportamiento y el confort de marcha son aspectos que han mejorado de forma extraordinaria en esta nueva generación. Sorprendentemente, la suspensión no resulta excesivamente dura e incómoda para los ocupantes, aunque dispone de muy poco recorrido. Absorbe bien y filtra con eficacia las ondulaciones del terreno. Amortigua con suavidad en compresión y no permite que se produzcan incómodos rebotes de la carrocería, lo que se traduce en una enorme confianza a la hora de abordar tramos virados con cierta alegría. Incluso sobre pavimentos muy rizados permite un razonable confort de marcha.Durante la presentación tuvimos oportunidad de conducir variantes con neumáticos 195/55 sobre llanta de 16 pulgadas (de serie) y 205/45 R 17 (opcionales). La verdad es que para uso normal no necesita la llanta grande, pues, con ella se vuelve algo más incómodo de suspensión –no mucho- y resta progresividad (además de ser bastante más caros). En el Cooper se puede solicitar rueda de repuesto de emergencia –opcional-, que excluye lo que ellos llaman el Mini Mobility System, un kit de reparación de emergencia. Las variantes de 16 y 17 pulgadas no permiten el uso de cadenas para nieve convencionales (tienen que ser de tela). Lo que sí pudimos comprobar –sobre suelo seco- es que el control de tracción y estabilidad, desconectable, no es excesivamente intrusivo e incluso permite ciertas licencias (pierde motricidad la rueda interior en virajes muy cerrados si damos rienda suelta al pie derecho en una marcha corta). La conjunción de motor, puesta a punto de chasis, dirección y frenos proporciona un comportamiento extraordinariamente deportivo, muy gratificante. El motor empuja con terrible energía y permite un amplio margen de utilización, desde casi el ralentí hasta el corte de inyección. Ahora sí es un Cooper S auténtico: potente, ágil y muy eficaz en las zonas más viradas.
La habitabilidad sigue sin ser uno de sus puntos fuertes, igual que el maletero, pero no son esos sus principales cometidos. Los ingenieros del grupo BMW han querido aumentar el grado de calificación “Premium" del modelo y, desde luego, lo han logrado con creces.
Si te apetece un Mini, no te cortes, lo vas a disfrutar de verdad.
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Las primeras versiones de la última generación que se pondrán a la venta, a partir de mediados de noviembre, serán el Cooper y el Cooper S, que incorporan un motor de gasolina 1.6 litros de inyección directa en variantes atmosférica y turboalimentada, respectivamente, con potencias de 120 y 175 CV. Disponen de cajas de cambio manuales de seis relaciones o automáticas, también de seis marchas, con pulsadores en el volante. El motor 1.6 turbo del Cooper S incluye sistema de alimentación common rail y turbo twin scroll, además de sistema de regulación de válvulas “Valvetronic" (como el empleado en los motores BMW) y sistema de desconexión de la bomba de agua. Ésta fue la versión que tuvimos oportunidad de conducir por carreteras de montaña y autovías de la zona del Penedés (Tarragona), y nos sorprendió por su excelente empuje y contundencia. No se muestra muy brusco, aunque sí enérgico, y se encuentra muy “lleno" desde prácticamente el ralentí hasta la zona de corte, situada a 6.500 rpm. Anuncia una destacable cifra de par, de 24 mkg a 1.600 rpm y 26 mkg en el momento de solicitar máximo rendimiento (overboost) y una potencia máxima de 175 CV. Destaca por su capacidad de recuperación desde bajas vueltas, pues a partir de unas 1.300 rpm ya hay claros síntomas de entrega de energía. A ello contribuye de forma positiva una caja de cambios manual de seis marchas, muy bien escalonada, rápida en el manejo y bastante precisa, que permite el desahogo de la mecánica para viajar por autopistas de forma cómoda y silenciosa (tiene una sexta de 41 km/h a 1.000 rpm). Por el contrario, si se desea practicar una conducción deportiva, tanto el motor como el cambio invitan a ello en las primeras relaciones y, si apuramos un poco las velocidades, el sonido del escape se vuelve completamente ronco y deportivo, muy apetecible.El Cooper S promete un consumo medio de 6,9 l/100 km con caja manual de seis relaciones (no tenemos todavía las cifras del automático con mandos en volante), pero, en cualquier caso, es un dato inferior al ofrecido por la versión de la generación anterior, menos potente.El comportamiento y el confort de marcha son aspectos que han mejorado de forma extraordinaria en esta nueva generación. Sorprendentemente, la suspensión no resulta excesivamente dura e incómoda para los ocupantes, aunque dispone de muy poco recorrido. Absorbe bien y filtra con eficacia las ondulaciones del terreno. Amortigua con suavidad en compresión y no permite que se produzcan incómodos rebotes de la carrocería, lo que se traduce en una enorme confianza a la hora de abordar tramos virados con cierta alegría. Incluso sobre pavimentos muy rizados permite un razonable confort de marcha.Durante la presentación tuvimos oportunidad de conducir variantes con neumáticos 195/55 sobre llanta de 16 pulgadas (de serie) y 205/45 R 17 (opcionales). La verdad es que para uso normal no necesita la llanta grande, pues, con ella se vuelve algo más incómodo de suspensión –no mucho- y resta progresividad (además de ser bastante más caros). En el Cooper se puede solicitar rueda de repuesto de emergencia –opcional-, que excluye lo que ellos llaman el Mini Mobility System, un kit de reparación de emergencia. Las variantes de 16 y 17 pulgadas no permiten el uso de cadenas para nieve convencionales (tienen que ser de tela). Lo que sí pudimos comprobar –sobre suelo seco- es que el control de tracción y estabilidad, desconectable, no es excesivamente intrusivo e incluso permite ciertas licencias (pierde motricidad la rueda interior en virajes muy cerrados si damos rienda suelta al pie derecho en una marcha corta). La conjunción de motor, puesta a punto de chasis, dirección y frenos proporciona un comportamiento extraordinariamente deportivo, muy gratificante. El motor empuja con terrible energía y permite un amplio margen de utilización, desde casi el ralentí hasta el corte de inyección. Ahora sí es un Cooper S auténtico: potente, ágil y muy eficaz en las zonas más viradas.
La habitabilidad sigue sin ser uno de sus puntos fuertes, igual que el maletero, pero no son esos sus principales cometidos. Los ingenieros del grupo BMW han querido aumentar el grado de calificación “Premium" del modelo y, desde luego, lo han logrado con creces.
Si te apetece un Mini, no te cortes, lo vas a disfrutar de verdad.