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En total, el modelo ha crecido 58 mm, pero se han conservado la distancia entre ejes y las vías del anterior Mini. Con la intención de dejar un mayor espacio para la deformación y absorción de energía en caso de impacto con un peatón, el motor se ha situado en posición inversa, es decir, con la parte del colector del escape hacia frontal del coche.Paragolpes, grupos ópticos, parrilla delantera, llantas, etc, son de nueva factura, aunque siguen las pautas marcadas por el diseño llevado a cabo en el anterior Mini por el español Frank Stephenson Santos, que, a su vez reinterpretaba las formas originales del primer Mini, trazadas por Alec Issigonis en los años 50 (según cuenta la leyenda, esbozadas inicialmente sobre una servilleta de papel). Ahora también se ha seguido el principio de que la forma sigue a la función y se ha tratado de optimizar mejor el espacio interior.Los cambios llevados a cabo en el interior del Mini son más llamativos que los efectuados en la carrocería. En realidad todo ha cambiado: salpicadero, volante, consola central, paneles de puertas, asientos, situación de mandos... También aquí se ha respetado escrupulosamente la filosofía del modelo, pero se aprecia una mejora funcional generalizada. Se ha instalado una consola central más estrecha que permite mayor comodidad para las piernas de los ocupantes de las plazas delanteras, por lo que se ha cambiado el diseño de la instrumentación, la disposición de los mandos y se han mejorado muchas funciones de los mismos. Lo más llamativo es la utilización del sistema opcional de llave electrónica con arranque por botón (similar al de BMW, pero con la llave circular), la incorporación de un gran reloj analógico central con velocímetro e indicador de nivel de combustible, que agrupa los mandos de la radio en su interior, el nuevo sistema de apertura de la guantera, por botón, o la ubicación de nuevos interruptores junto al plafón de luces en el techo (como si se tratara de los mandos de un avión). El cuentarrevoluciones sigue situado en la columna de dirección –solidario a ésta- tras el volante, pero ofrece nuevas funciones (ordenador de viaje, velocímetro digital, termómetro, reloj, etc.), y se ha instalado un nuevo volante de tres radios, más deportivo, que incorpora mandos para el sistema de audio, teléfono y control de velocidad de crucero.Otra de las mejoras incluidas en la nueva generación se encuentra el acceso a las plazas traseras, ya que, aunque los asientos delanteros no ofrecen “memoria" para volver a la posición original, el tirador para abatir el respaldo está en una posición mucho más cómoda, en la parte superior, con lo que no es necesario agacharse hasta el suelo para liberarlos. Las plazas posteriores son similares a las de el anterior Mini, es decir, justas para las piernas, estrechas para los hombros y bajas para la cabeza (sólo está homologado para cuatro ocupantes). Como novedad, se ofrece un kit de iluminación interior con luces de color ajustable en cinco tonos para manetas interiores y bolsas de las puertas, techo y montantes del pilar B.Entre el equipamiento de serie de esta versión Cooper S destaca el control de estabilidad dinámico DSC III con control de tracción ASC T, volante multifunción, climatizador automático, llantas de aleación de 16 pulgadas, dobles salidas de escape centrales, asientos deportivos, función modo sport (modifica la respuesta de la dirección y del acelerador), ordenador de a bordo y la posibilidad de elegir entre diversas combinaciones de colores para techo, retrovisores y llantas.
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En total, el modelo ha crecido 58 mm, pero se han conservado la distancia entre ejes y las vías del anterior Mini. Con la intención de dejar un mayor espacio para la deformación y absorción de energía en caso de impacto con un peatón, el motor se ha situado en posición inversa, es decir, con la parte del colector del escape hacia frontal del coche.Paragolpes, grupos ópticos, parrilla delantera, llantas, etc, son de nueva factura, aunque siguen las pautas marcadas por el diseño llevado a cabo en el anterior Mini por el español Frank Stephenson Santos, que, a su vez reinterpretaba las formas originales del primer Mini, trazadas por Alec Issigonis en los años 50 (según cuenta la leyenda, esbozadas inicialmente sobre una servilleta de papel). Ahora también se ha seguido el principio de que la forma sigue a la función y se ha tratado de optimizar mejor el espacio interior.Los cambios llevados a cabo en el interior del Mini son más llamativos que los efectuados en la carrocería. En realidad todo ha cambiado: salpicadero, volante, consola central, paneles de puertas, asientos, situación de mandos... También aquí se ha respetado escrupulosamente la filosofía del modelo, pero se aprecia una mejora funcional generalizada. Se ha instalado una consola central más estrecha que permite mayor comodidad para las piernas de los ocupantes de las plazas delanteras, por lo que se ha cambiado el diseño de la instrumentación, la disposición de los mandos y se han mejorado muchas funciones de los mismos. Lo más llamativo es la utilización del sistema opcional de llave electrónica con arranque por botón (similar al de BMW, pero con la llave circular), la incorporación de un gran reloj analógico central con velocímetro e indicador de nivel de combustible, que agrupa los mandos de la radio en su interior, el nuevo sistema de apertura de la guantera, por botón, o la ubicación de nuevos interruptores junto al plafón de luces en el techo (como si se tratara de los mandos de un avión). El cuentarrevoluciones sigue situado en la columna de dirección –solidario a ésta- tras el volante, pero ofrece nuevas funciones (ordenador de viaje, velocímetro digital, termómetro, reloj, etc.), y se ha instalado un nuevo volante de tres radios, más deportivo, que incorpora mandos para el sistema de audio, teléfono y control de velocidad de crucero.Otra de las mejoras incluidas en la nueva generación se encuentra el acceso a las plazas traseras, ya que, aunque los asientos delanteros no ofrecen “memoria" para volver a la posición original, el tirador para abatir el respaldo está en una posición mucho más cómoda, en la parte superior, con lo que no es necesario agacharse hasta el suelo para liberarlos. Las plazas posteriores son similares a las de el anterior Mini, es decir, justas para las piernas, estrechas para los hombros y bajas para la cabeza (sólo está homologado para cuatro ocupantes). Como novedad, se ofrece un kit de iluminación interior con luces de color ajustable en cinco tonos para manetas interiores y bolsas de las puertas, techo y montantes del pilar B.Entre el equipamiento de serie de esta versión Cooper S destaca el control de estabilidad dinámico DSC III con control de tracción ASC T, volante multifunción, climatizador automático, llantas de aleación de 16 pulgadas, dobles salidas de escape centrales, asientos deportivos, función modo sport (modifica la respuesta de la dirección y del acelerador), ordenador de a bordo y la posibilidad de elegir entre diversas combinaciones de colores para techo, retrovisores y llantas.