Mini Cooper S

El motor sobrealimentado del Cooper S (capaz de otorgar 163 CV) se une a unos ejes ensanchados, una suspensión deportiva y una dirección muy precisa. El resultado es un atleta de lo más completo, capaz de destacar en maratón, sprint o travesía urbana: no hay disciplina que se le resista.

Mini Cooper S
Mini Cooper S

A pesar de su condición atlética, el Cooper S no está dispuesto a llevar un estilo de vida espartano. Al contrario, el coche ha sido concebido para ofrecer a sus ocupantes todo tipo de comodidades, como queda reflejado en su interior: acabados de calidad (sólo desentonan los plásticos en imitación de aluminio que aparecen en las puertas y en la consola central), un equipamiento de serie más que completo y un habitáculo en el que se ha aprovechado cualquier hueco disponible para aumentar el confort de los pasajeros.El puesto de conducción posee todo tipo de reglajes, que permiten dar fácilmente con la postura correcta al volante. Además, todos los mandos están a mano y tienen un tacto agradable, excepto los situados a los lados del volante (intermitentes, limpiaparabrisas, ordenador de a bordo...), pues está realizados en un plástico muy rígido y la unión con la caña de la dirección parece endeble, de tal manera que da la impresión de que se romperán si no los accionamos con la suficiente suavidad.

El conductor dispone de gran cantidad de información integrada en el único reloj del cuadro de mandos, situado en la consola central. Además, la versión S del Cooper cuenta, como detalle "racing", con un cuentarrevoluciones, que se ha colocado encima del volante.

Los asientos son muy cómodos y sujetan el cuerpo a la perfección, ya que tienen un diseño deportivo, con laterales amplios, que recogen sin problemas la espalda y las piernas de los ocupantes. La nota discordante es el acceso a las plazas traseras, ya que, en la unidad de pruebas, el mando que devuelve los asientos delanteros a su posición original se atascaba continuamente, haciendo que el respaldo se quedara "clavado" o, por el contrario, que oscilara sin llegar a anclar en un punto.

Las plazas posteriores están diseñadas para albergar a dos adultos, que contarán con más espacio para las piernas del que puede suponerse en un principio. Eso sí, no hay que llamarse a engaño: aunque existen varios huecos en el habitáculo, será imposible que cuatro personas viajen con más maletas de las necesarias para un fin de semana. El maletero sólo tiene 150 litros y, a pesar de que ha sido "ampliado" con huecos laterales, éstos ya están ocupados por el botiquín, los triángulos de emergencia, las luces de repuesto...

El resto del equipamiento (climatizador -con unas salidas que permiten dirigir el aire a cualquier punto del habitáculo-, radio-CD, faros de xenón, elevalunas eléctricos...) se integra sin estridencias en un interior que combina el espíritu del antiguo Mini con las tendencias más vanguardistas, configurando un vehículo "de capricho". De acuerdo: no todos los caprichosos tienen al alcance este objeto de deseo y, además, existen coches con prestaciones similares, algo más baratos y más funcionales. Pero la exclusividad del Cooper S y, especialmente, su comportamiento, merecen la pena.