Siempre que nos enfrentamos a un todo terreno o vehículo similar, por muy orientado que esté hacia la carretera, hay que tener en cuenta que esas características que les permiten trepar entre piedras o vadear pasos de agua cobran sus limitaciones en carretera.
Interviene claramente la altura de la carrocería, el mayor peso del conjunto y los neumáticos mixtos que habitualmente montan de serie estos vehículos. Estos parámetros hacen que el ML resulte un vehículo más aparatoso dinámicamente que una berlina convencional, algo lógico por otra parte.
Dado el doble papel que la Clase ML puede asumir, Mercedes ha desarrollado, por un lado, unas suspensiones neumáticas con amortiguadores activos que buscan acercar aún más la eficacia dinámica y el confort de marcha a la de una buena berlina de lujo. Y por otro lado, un conjunto de trenes rodantes que combina esta suspensión neumática con un grupo de transmisión que incluye bloqueos manuales y automáticos de los diferenciales central y trasero. O sea, llegado el caso, bastaría que sólo una rueda tuviese adherencia para seguir avanzando.
Con todo, en el campo, a nivel de aficionado excursionista, igualmente asombra la facilidad natural para ir rápido y cómodo. El tipo de tracción reparte un 50 por ciento entre ejes, pero la electrónica está continuamente determinando qué reparto es el ideal y lo varía en consecuencia. Con el control de estabilidad asociado, no hay que ser ningún especialista en tierra para que su conducción resulte tan fluida como en carretera.Por dentro, el ML nos lleva a un mundo de lujo propio de la marca. Aunque no a todas las tallas le resultará cómodo subirse a él por la altura respecto al suelo, sí lo será una vez ubicados en sus asientos… delanteros: el conductor cuenta con un puesto de ergonomía perfecta. Y más cuestionable es la banqueta trasera, muy hundida, que deja la cadera de los pasajeros por debajo de sus rodillas. La calidad visual ha ganado mucho enteros respecto al anterior ML, con mejores materiales y ahora con un equipamiento de vanguardia propio de nuestros días. Lo mejor
* Posibilidades dinámicas.
* Calidad de fabricación.
* Motor potente y suave.
* Confort y comportamiento.
Lo peor
* Detalles de equipamiento.
* Distancias de frenado.
* Banqueta posterior hundida.
* Acceso al habitáculo.
Si quieres más información sobre este coche, no te pierdas el número de la revista Autopista que se el martes 2 de agosto.
En él tendrás una Superprueba del Mercedes ML con todo lujo de detalles, más fotos, los datos completos del Centro Técnico, los resultados de la prueba en circuito y la comparación del ML con sus rivales más directos.
Disfruta con un artículo que ofrece la mayor cantidad de datos de toda la prensa del motor española. Reserva ya tu ejemplar en el kiosko. ¿Cuál es tu opinión sobre el ML? ¿Te lo comprarías? ¿Qué le falta? Opina y cuéntanos todo en el foro que hemos abierto sobre este coche.Mercedes proyectó su primer ML como un “vehículo para toda actividad", en el que combinó la prestación de berlina de la Clase E con la prestación de todo terreno de la Clase G. Esta segunda generación viene con el mismo fin de coche de lujo global, pero con mejoras en todos los aspectos. Si como berlina destaca su mayor habitabilidad fruto de una carrocería que ha ganado centímetros en todas las direcciones, como todo terreno sus posibilidades mejoran con su nuevo control electrónico de descenso. Pero la cosa no acaba aquí.
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Como elementos opcionales, Mercedes ha preparado unas sofisticadas suspensiones neumáticas que, en carretera, procuran una suavidad de marcha exquisita y, en campo, conmutando hasta cuatro niveles de altura de carrocería, le permiten dejar las pistas para buscar todo tipo de caminos y obstáculos. Y, si se quiere más, los excursionistas más radicales pueden optar por una transmisión integral más elaborada con bloqueos manuales de los diferenciales.En cualquier caso, el comportamiento del ML de serie es excelente. Es cierto que su altura y peso marcan unas reacciones algo más aparatosas que las de una berlina convencional, pero, salvo en trazados muy sinuosos, la eficacia dinámica y el confort en poco se alejan de los estándares de una buena berlina de lujo. No así su capacidad de frenada, que, posiblemente también por la monta de neumáticos mixtos, se alarga considerablemente respecto a una berlina convencional.Llama la atención la palanca de cambios, que deja su lugar habitual y, miniaturizada, pasa a la caña de la dirección. Esto es una reciente novedad en Mercedes, y se sale de lo corriente con sus siete velocidades. Funciona por órdenes eléctricas, a modo de interruptor, por lo que bastan leves toques con el dedo para seleccionar los diferentes campos de una cambio automático: D, N, R o P.
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En esta versión 320 CDI, el cambio trabaja asociado a un motor de nueva factura que responde a las últimas tecnologías en materias Diesel: bloque de ligero aluminio y sistema de inyección de conducto común de tercera generación. Con 224 CV y 52 mkg, poco importa su extraordinaria potencia. El verdadero avance se refleja en una suavidad y rumorosidad de funcionamiento exquisitas. En este sentido, estamos ante un motor que se sitúa como un referente entre los de su categoría.Siempre que nos enfrentamos a un todo terreno o vehículo similar, por muy orientado que esté hacia la carretera, hay que tener en cuenta que esas características que les permiten trepar entre piedras o vadear pasos de agua cobran sus limitaciones en carretera.
Interviene claramente la altura de la carrocería, el mayor peso del conjunto y los neumáticos mixtos que habitualmente montan de serie estos vehículos. Estos parámetros hacen que el ML resulte un vehículo más aparatoso dinámicamente que una berlina convencional, algo lógico por otra parte.
Dado el doble papel que la Clase ML puede asumir, Mercedes ha desarrollado, por un lado, unas suspensiones neumáticas con amortiguadores activos que buscan acercar aún más la eficacia dinámica y el confort de marcha a la de una buena berlina de lujo. Y por otro lado, un conjunto de trenes rodantes que combina esta suspensión neumática con un grupo de transmisión que incluye bloqueos manuales y automáticos de los diferenciales central y trasero. O sea, llegado el caso, bastaría que sólo una rueda tuviese adherencia para seguir avanzando.
Con todo, en el campo, a nivel de aficionado excursionista, igualmente asombra la facilidad natural para ir rápido y cómodo. El tipo de tracción reparte un 50 por ciento entre ejes, pero la electrónica está continuamente determinando qué reparto es el ideal y lo varía en consecuencia. Con el control de estabilidad asociado, no hay que ser ningún especialista en tierra para que su conducción resulte tan fluida como en carretera.Por dentro, el ML nos lleva a un mundo de lujo propio de la marca. Aunque no a todas las tallas le resultará cómodo subirse a él por la altura respecto al suelo, sí lo será una vez ubicados en sus asientos… delanteros: el conductor cuenta con un puesto de ergonomía perfecta. Y más cuestionable es la banqueta trasera, muy hundida, que deja la cadera de los pasajeros por debajo de sus rodillas. La calidad visual ha ganado mucho enteros respecto al anterior ML, con mejores materiales y ahora con un equipamiento de vanguardia propio de nuestros días. Lo mejor
* Posibilidades dinámicas.
* Calidad de fabricación.
* Motor potente y suave.
* Confort y comportamiento.
Lo peor
* Detalles de equipamiento.
* Distancias de frenado.
* Banqueta posterior hundida.
* Acceso al habitáculo.
Si quieres más información sobre este coche, no te pierdas el número de la revista Autopista que se el martes 2 de agosto.
En él tendrás una Superprueba del Mercedes ML con todo lujo de detalles, más fotos, los datos completos del Centro Técnico, los resultados de la prueba en circuito y la comparación del ML con sus rivales más directos.
Disfruta con un artículo que ofrece la mayor cantidad de datos de toda la prensa del motor española. Reserva ya tu ejemplar en el kiosko. ¿Cuál es tu opinión sobre el ML? ¿Te lo comprarías? ¿Qué le falta? Opina y cuéntanos todo en el foro que hemos abierto sobre este coche.Mercedes proyectó su primer ML como un “vehículo para toda actividad", en el que combinó la prestación de berlina de la Clase E con la prestación de todo terreno de la Clase G. Esta segunda generación viene con el mismo fin de coche de lujo global, pero con mejoras en todos los aspectos. Si como berlina destaca su mayor habitabilidad fruto de una carrocería que ha ganado centímetros en todas las direcciones, como todo terreno sus posibilidades mejoran con su nuevo control electrónico de descenso. Pero la cosa no acaba aquí.
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Como elementos opcionales, Mercedes ha preparado unas sofisticadas suspensiones neumáticas que, en carretera, procuran una suavidad de marcha exquisita y, en campo, conmutando hasta cuatro niveles de altura de carrocería, le permiten dejar las pistas para buscar todo tipo de caminos y obstáculos. Y, si se quiere más, los excursionistas más radicales pueden optar por una transmisión integral más elaborada con bloqueos manuales de los diferenciales.En cualquier caso, el comportamiento del ML de serie es excelente. Es cierto que su altura y peso marcan unas reacciones algo más aparatosas que las de una berlina convencional, pero, salvo en trazados muy sinuosos, la eficacia dinámica y el confort en poco se alejan de los estándares de una buena berlina de lujo. No así su capacidad de frenada, que, posiblemente también por la monta de neumáticos mixtos, se alarga considerablemente respecto a una berlina convencional.Llama la atención la palanca de cambios, que deja su lugar habitual y, miniaturizada, pasa a la caña de la dirección. Esto es una reciente novedad en Mercedes, y se sale de lo corriente con sus siete velocidades. Funciona por órdenes eléctricas, a modo de interruptor, por lo que bastan leves toques con el dedo para seleccionar los diferentes campos de una cambio automático: D, N, R o P.
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En esta versión 320 CDI, el cambio trabaja asociado a un motor de nueva factura que responde a las últimas tecnologías en materias Diesel: bloque de ligero aluminio y sistema de inyección de conducto común de tercera generación. Con 224 CV y 52 mkg, poco importa su extraordinaria potencia. El verdadero avance se refleja en una suavidad y rumorosidad de funcionamiento exquisitas. En este sentido, estamos ante un motor que se sitúa como un referente entre los de su categoría.