Mercedes-AMG S 63 Largo: muy rápido y muy lujoso

El Mercedes-AMG S 63 L reúne el confort y el lujo propios de una berlina de lujo con las prestaciones y la agilidad dinámica que para sí quisieran muchos deportivos.

Texto: J.A. | Fotos: Mikael Helsing

Mercedes-AMG S 63 Largo: muy rápido y muy lujoso
Mercedes-AMG S 63 Largo: muy rápido y muy lujoso

Lo primero que uno piensa cuando ve aparcado el Mercedes-AMG S 63 Largo con sus casi 5,3 metros de longitud y sus más de 3 metros de batalla, es que estamos ante una berlina de la que sólo se puede disfrutar si se viaja en las plazas traseras. Craso error. No es que sus plazas traseras no sean casi un apartamento de una habitación y que puedan tener todas las comodidades del salón de tu casa. Es que, además de ello, si te pones al volante experimentarás que el coche ya no parece tan largo, ni parece que pese lo que realmente pesa.

Bajo su capó delantero se esconde el V8 biturbo del Mercedes-AMG E 63 S, sólo que en esta ocasión su par máximo tiene 10,2 mkg más, pasando de los 81,6 mkg del E a los 91,8 del S. Con ello, el Mercedes-AMG S 63 Largo se defiende más que suficientemente a la hora de ponerse a luchar contra el cronómetro para conseguir, por ejemplo, alcanzar los 200 km/h, partiendo desde parado, en 13,64 metros (y menos de 0,5 kilómetros).

El cambio automático resulta en estas ocasiones un aliado más que apreciable ya que si nos ponemos «a tirar» hundiendo sin piedad el pie derecho en el acelerador, lo normal es que nos falte tiempo para cambiar antes de que el indicador de «cambia ya de marcha que te vas a encontrar con el corte» se encienda y nuestra mano accione las levas tras el volante. Y aquí es donde entran en juego el modo C del cambio con el que se busca la máxima eficiencia y el S con el que los cambios de marcha se realizan de forma rápida y, dependiendo de la posición del acelerador, estira las marchas hasta el corte de inyección o ligeramente antes. El modo manual es como el de todos los AMG, manual de verdad; si no cambia el conductor de marcha, la que hay seleccionada se queda insertada.

Mercedes-AMG S63 L pruebaTras los primeros giros en circuito nos damos cuenta de que el tren delantero es muy obediente, que transmite a la perfección las órdenes del volante y que hace que el coche realice los giros como si su tamaño disminuyera. El tren trasero no interfiere para nada y, además, ayuda dando tracción con un pequeño redondeo de la curva cuando pisamos a fondo el acelerador para salir (la tracción total con su reparto inicial de 33/67 %, y todos los sistemas que lleva, como la suspensión AIRMATIC y los amortiguadores con control electrónico funcionan a las mil maravillas en este caso). La zona rápida se pasa como si lleváramos un coche más pequeño y ligero; la velocidad de llegada a la primera curva es muy alta, pero no hay problema, el equipo de frenos se encarga de parar sin ningún problema el coche, vuelta tras vuelta, sin desfallecer. Y eso que no contábamos con los opcionales frenos carbonocerámicos para rodar en el circuito (nos hemos ahorrado casi 11.000 euros), pero la verdad es que no se echan en falta porque los de acero tienen mordiente y potencia más que suficiente para hacer su trabajo con eficacia y seguridad.

Del equipamiento que lleva de serie o lo que se puede poner en un coche como este, mejor no hablamos, porque necesitaríamos todas las páginas de la revista y, seguro, que no tendríamos espacio suficiente. Piensa en algo que montarías en tu coche si te llevara tu chófer y tú fueras cómodamente atrás… pues está disponible. Eso sí, sumando un buen puñado de euros. Ah, por cierto, si ves que este Mercedes-AMG S 63 Largo se te queda corto (en potencia o precio), hay un Mercedes-AMG S 65 con motor V12 y 630 CV que "sólo" tiene más de 80.000 euros de sobreprecio

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