Mercedes AMG GT S: ¡súper propulsión!

Con el Mercedes AMG GT S de sólo propulsión trasera, la firma alemana quiere atacar a los superdeportivos de tracción total. ¿Sus bazas? Un motor soberbio y gran motricidad.

Texto: Juan Ignacio Eguiara. Fotos: MPIB y Mercedes-Benz

Mercedes AMG GT S: ¡súper propulsión!
Mercedes AMG GT S: ¡súper propulsión!

Nada más montarte en el Mercedes AMG GT S, el piloto se siente arropado por un nivel tecnológico de primera línea y una terminación impecable. Casi impropia de la categoría de superdeportivos donde a veces se confunde la austeridad con deportividad. En este caso el habitáculo del Mercedes AMG GT S tiene un acabado como el de las mejores berlinas de lujo de la marca de la estrella. Y, por supuesto, es el mejor de la categoría, lo cual es decir mucho ya que Porsche o Aston Martin no se quedan cortos en este sentido. 

Teníamos muchas ganas de comprobar lo que daba de sí el Mercedes AMG GT S. El despertar del V8 biturbo es espectacular. Se te ponen los pelos de punta. Este V8 es completamente nuevo aunque no se han complicado la vida para desarrollarlo: han cogido dos 4 cilindros del A45 AMG, es decir de 2 litros y un turbo, los han colocado con un cigüeñal común a 90º y han formado este V8 biturbo. El trabajo en el escape también ha dado sus frutos y el sonido es embriagador desde el ralentí. Y no digamos cuando insertamos la primera marcha y apretamos el gas: suena tan bien como acelera. Porque hay que reconocer que sale catapultado como nunca antes habíamos visto en un tracción trasera. Porque sí, no lo habíamos dicho antes, pero este Mercedes AMG GT S es un propulsión posterior con el motor colocado delante y el cambio tipo Transaxle en el eje trasero y un árbol de transmisión de fibra de carbono (3,9 kg y 1,71 metros) uniendo ambos elementos mecánicos. 

La primera impresión es que el Mercedes AMG GT S corre mucho. Más incluso de lo que la ficha técnica de nuestra unidad GT S nos dice. Esta anuncia 510 CV, frente a los 462 CV de la versión GT normal. Y también nos declara que acelera de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos y que alcanza los 310 CV. Pero a nosotros nos ha hecho en esta aceleración nada menos que 3,55 segundos, rebajando el tiempo oficial. Es por tanto el propulsión trasera más rápido que hemos probado. 

El motor es tan poderoso que es difícil apretar el gas a fondo incluso en las rectas. Y tienes la sensación de que te vas dejando décimas por todos los sitios. Y eso que la capacidad de tracción es muy buena gracias a un autoblocante de control electrónico, como hemos dicho antes, pero el motor arrasa con todo. Hay que acariciar el acelerador en todo momento y conviene siempre ir en marchas más largas de lo que la lógica te pide. 

Mercedes AMG GT S fotosPero las sensaciones, lejos de ser malas, yo las considero muy buenas. Por un lado me sorprendió el tren delantero. Con un morro tan largo, pensaba que el tren delantero no entraría fácil en las curvas. Y todo lo contrario. Entra con una facilidad asombrosa. El Mercedes AMG GT S no subvira apenas nada incluso atacando al límite. La geometría del tren con mucha caída, y que lleva el V8 por detrás del eje con dos enormes turbos colocados en el centro de la V y cárter seco para rebajar el centro de gravedad en 55 mm hacen que se comporte de maravilla. 

Los frenos del Mercedes AMG GT S en pista no me defraudaron. Llevaba los discos de acero de serie y respondieron de maravilla tanto a la potencia de frenada como a la resistencia a la fatiga, pero hay que reconocer que en nuestra medición de 140 a 0 km/h el dato no es muy brillante. Se puede montar la opción de discos cerámicos que se identifican por unas pinzas en color bronce. 

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