Al volante del Musa, lo primero que llama la atención es lo blanda que resulta la suspensión. Apoyado sobre un esquema muy clásico de suspensión McPherson en el eje delantero y eje de torsión en el trasero, el Musa es un coche comodísimo para viajar, pero no para atacar curvas a gran velocidad.Esto se debe a que los muelles, con un tarado más bien blando, sujetan poco la carrocería. En un coche tan alto, esto da lugar a fuertes oscilaciones e inclinaciones que, pese a no ser graves, restan mucha confianza al conductor. Es verdad que, una vez apoyado, el coche va muy bien, pero, hasta que llega el apoyo en firme, hay una especie de tierra de nadie en la que el Musa se mueve demasiado y cuesta precisar las trayectorias.Claro, estos tarados tan cómodos tienen un efecto muy positivo en el grado de confort que ofrece el coche a los ocupantes. En carreteras fáciles, el Musa rueda con la tranquilidad de una berlina: ni una sola de las irregularidades del terreno es capaz de llegar a los pasajeros. Si las vías se complican, bastará con sostener un ritmo moderado para que el nivel de confort se mantenga. Otra cosa es intentar ir deprisa en esas zonas viradas, porque, entonces, los “bamboleos" de la carrocería también restarán comodidad y limitarán la precisión a la hora de afrontar los giros. Quedará entonces claro que el Musa no está pensado para veleidades deportivas. Antes al contrario, tiene un carácter de lo más burgués.Pero que nadie se tome esto muy a pecho. A pesar de no estar pensado para enlazar curvas como un coche de carreras, el modelo de Lancia no pierde los papeles. Si tiene que girar muy rápido, o si lo metemos voluntariamente en apuros, reaccionará con templanza, marcando mucho el apoyo, sí, pero también trazando sin problemas, con bastante nobleza. Sólo muy al límite puede aparecer un subviraje que se neutraliza levantando el pie del acelerador para que las ruedas lleven al coche por la dirección elegida. Además, unos frenos muy buenos y un discreto ESP aportan a este bastidor un plus de seguridad que se agradece mucho.El conductor, además, tiene que hacer frente a otro problema: lo poco que filtra la suspensión, un defecto que repercute en la dirección. Todo lo que sucede entre las ruedas y el suelo se comunica directamente al volante con demasiada violencia, tanta que interfiere en la trayectoria elegida y obliga a corregir. Si el suelo está muy roto en una curva, nos encontraremos moviendo continuamente el volante para neutralizar los golpes de las ruedas contra el suelo, aunque no nos hemos encontrado con situaciones apuradas por culpa de esta circunstancia. A esto contribuye la poca eficacia general que muestra el conjunto de dirección.Para esta prueba elegimos el motor 1.9 JTD Multijet, un turbodiésel muy interesante que hace una combinación magnífica con el Musa. Si el pequeño monovolumen está pensado para viajar con toda comodidad, este motor no desmerece.El propulsor, a pesar de tener sólo 100 CV oficiales, llega a los 112 en nuestro banco de datos, potencia suficiente para mover con alegría al Musa. Los 1.400 kg que ha pesado el coche no se le atragantan al JTD, que muestra cierta capacidad para subir de vueltas, aunque no mucha elasticidad. Su mejor momento se encuentra entre las 2.000 y las 3.000 vueltas. Después, sigue empujando hasta pasadas las 4.000, pero a esas alturas ya hay muy poca musculatura disponible.
En cuanto a prestaciones, es un motor muy cumplidor. Logra un 0-100 km/h de 11,4 segundos, lo que no está nada mal, y permite al Musa desplazarse manteniendo cruceros bastante buenos. En cambio, el consumo, con una media de 7 litros a los 100 km, no es un punto destacable. Esta nota negativa empeora en la ciudad, donde hemos calculado una media muy alta: 8,5 litros.
El ruido que hace el motor tampoco nos entusiasma: se cuela demasiado en el habitáculo.
Este 1.9 Multijet de 100 CV de potencia es un motor bastante moderno, salido del programa de motores Diesel del grupo Fiat, que ha logrado magníficos resultados con los JTD. Tanto es así, que se han convertido en el estándar que utiliza el grupo General Motors en Opel y en Saab. Este 1.9 Multijet, con dos válvulas por cilindro y un árbol de levas en culata, pertenece a la familia de los modelos common rail de segunda generación. Este tipo de inyección mantiene los mismos principios de los common rail iniciales, como la alta presión de alimentación y el control electrónico de los inyectores, pero ahora se ha logrado mejorar el proceso, de tal forma que, además de incrementar la presión de inyectado, se ha conseguido realizar varias inyecciones pilotadas en cada ciclo. El resultado es un menor consumo, menos vibraciones y, sobre todo, mucha menos contaminación. Para manejar el motor, el Musa cuenta con un cambio de cinco relaciones muy bien escogidas. Los desarrollos se adaptan bien a las posibilidades del motor, confiando a la cuarta marcha la tarea de dar carácter dinámico al coche, mientras que la quinta, muy larga, se queda para el desahogo. Aunque el funcionamiento de la palanca no es especialmente rápido, sí es precisa y agradable, con lo que cabe calificar este apartado como muy correcto.