Kia Niro vs Toyota Prius, ¿cuál es el mejor híbrido?

Cada coche híbrido en el mercado se mide en el espejo del Toyota Prius, aunque nadie ha conseguido desbancarle como la referencia. ¿Será el Kia Niro el primero en lograrlo?

Óscar Díaz.

Kia Niro vs Toyota Prius, ¿cuál es el mejor híbrido?
Kia Niro vs Toyota Prius, ¿cuál es el mejor híbrido?

A nadie escapa que los coches híbridos ya no son una anécdota. Su popularidad va creciendo y ya cuatro de cada cien coches nuevos que se venden en España es híbrido o eléctrico.  Y en esta evolución el Toyota Prius ha sido un referente inalterado que generación tras generación, desde hace veinte años, ha ido perfeccionando su planteamiento original gobernado por su particular transmisión con cambio e-CVT.

La antítesis a este actor principal de la categoría viene dado por el recién aparecido Kia Niro, desarrollado desde cero para ser híbrido, con sus motores en paralelo al igual que el Toyota Prius, aunque con algunas diferencias de calado entre ellos. Así la batería del Kia Niro es de iones de litio y tiene un cambio de velocidades de doble embrague con seis relaciones que aporta sensaciones de conducción más tradicionales, con saltos de marcha convencionales en las fases de aceleración y una participación más activa del conductor, aunque carece de un modo Brake como el del Toyota que aumenta la retención del motor como freno.

Kia Niro vs Toyota PriusLa habitabilidad del Kia Niro y del Toyota Prius

A pesar de sus similitudes técnicas y una lógica de funcionamiento entre los motores semejante, Kia Niro y Toyota Prius no se parecen ni en su conducción ni en el efecto que producen en el conductor. Porque si el Toyota Prius ejerce de portaestandarte de la modernidad y exhibe su condición de híbrido con un diseño espectacular, especialmente en todo lo que rodea al conductor, el Kia Niro escode su modernidad tras una discreción absoluta tanto en el exterior como en el interior y presenta un aspecto mucho más convencional, como el que podríamos esperar de un automóvil de motor térmico, marcando así la primera línea de diferenciación entre ambos.

La siguiente viene dibujada más que por su aspecto, por cómo va a vivirse el coche. Así, el Kia Niro es más generoso en cuanto a anchura y altura interior, lo que podría hacer más desahogado un viaje, especialmente si estamos hablando de personas de estatura media. En cualquier caso, sería conveniente que no viajaran con demasiado equipaje, porque su maletero es claramente más pequeño que el del Prius, aunque sería suficiente para algo más que el día a día de una pareja. El japonés también se impone en una medición tan importante como el espacio trasero para las piernas, que puede aumentar la comodidad de personas de gran tamaño, como niños que subidos en sus dispositivos de retención no pisen los respaldos delanteros con sus pequeños pies.

En el Toyota Prius, los pasajeros delanteros van sentados más bajo, aunque el acceso no es mucho menos cómodo que en el Kia, y cuenta unos asientos de respaldos algo más generosos tanto en altura como en anchura en la parte superior, por lo que permiten apoyar mejor la zona superior de la espalda. En cambio, sus dos cm menos de regulación longitudinal del volante pueden ponérselo un poco más difícil a las personas con las piernas proporcionalmente más largas que los brazos, que deberán realizar algún ajuste extra para encontrar su posición de conducción.

La capacidad dinámica del Kia Niro y Toyota Prius

Hablando de vehículos híbridos, cuánto y cómo vayan a correr va a tener un carácter secundario comparado con valores como el silencio de marcha, el confort general o cuánto combustible, especialmente en ciudad, vayan a gastar. En este caso, ambos son capaces de conseguir un consumo imponente, que mejoran de largo los valores que son capaces turbodiésel de potencias de en torno a los 120 CV, aunque el Kia Niro llega a gastar menos, en algo más de 0,6 l/100 km menos que el Toyota Prius —cuyo ordenador de consumo resulta bastante optimista—. De hecho, el Kia Niro marca un nuevo hito y se queda por debajo de los 4.5 l/100 km de consumo medio (5,2 el Prius) con un espectacular 4 l/100 km en ciudad (por 4,63 el Prius).

Kia Niro y Toyota PriusEl Kia Niiro también es algo más rápido en sus aceleraciones (2 segundos más rápido en el 0-100 —10,2s frente a 12,2— y 1,7 en la recuperación de velocidad de 80 a 120 km/h —7,4 s frente a 9,1), algo que se podía suponer dada la veintena de caballos extras que mantiene respecto del Toyota y su cambio de velocidades tiene un comportamiento semejante al de un coche automático convencional, capaz de subir marchas cuando el motor gira alto de vueltas desahogándolo y reduciendo la sonoridad que llega al habitáculo. También cuenta con un modo Sport,  que se acciona deslizando hacia el pasillo izquierdo el selector del cambio, prioriza el uso del motor de gasolina, aprovecha el eléctrico como elemento de apoyo y permite accionarse de manera manual-secuencial. Eso sí, se echa en falta la presencia de levas que permitan cambiar sin despegar las manos del volante y sería deseable un poco más de retención del motor al bajar marchas.

Por su parte, el Toyota Prius se mantiene fiel al cambio e-CVT —de engranajes y planetarios, aunque en su funcionamiento recuerda a un variador continuo—, con lo que ello conlleva de preferencia por las aceleraciones suaves y progresivas antes que por las más radicales si queremos evitar una sonoridad. Empleándonos con suavidad, en cambio, se mantiene al ritmo del tráfico, con una sonoridad interior bastante más baja que el Niro originada tanto en una mejor aerodinámica (0,24 por 0,29) como por la presencia de más cantidad de materiales fonoabsorbentes, haciendo del viaje algo más grato que en su rival coreano, especialmente en las plazas traseras.

La sonoridad es una de las claves para reforzar la sensación de refinamiento del Toyota Prius. Tiene unos revestimientos interiores y con un bastidor más preciso en curva que el del Kia Niro, cuya dirección y tacto de freno ha mejorado notablemente comparado con otros Kia y resulta un poco más confortable al encarar baches o reductores de velocidad. Pero no es perfecto y muestra sus debilidades bastante antes que el Prius cuando superamos holgadamente las velocidades legales. Pese a ello, al ritmo de marcha propio de nuestros días, poco tiene que envidiarlo y resulta claramente más barato, nada menos que 4.000 euros no justificados por el plus de equipamiento del Prius, disponible en un único equipamiento. Y esa diferencia podría ampliarse hasta los casi 8.000 si no nos importase la dotación de serie. Así pues, si a la diferencia de precio sumáramos las sensaciones de conducción que aporta el cambio DCT y que gasta menos gasolina, la victoria del Niro parece inapelable a pesar de que el peso de la tradición y la confianza que aporta la experiencia de casi dos décadas fabricando híbridos aumenta los intangibles a favor del Toyota Prius.

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