Uno de los apartados que menos nos ha agradado del conjunto es el comportamiento dinámico. No es peligroso en ningún momento, pero sí podemos acusar unas suspensiones blandas, demasiada deriva en los neumáticos (con un perfil muy alto en medida 195/60 R sobre llantas de 15 pulgadas) y un excesivo balanceo e inclinamiento de la carrocería en apoyos. Es un automóvil claramente subvirador y esta tendencia la notamos a poco que entremos con velocidad en una rotonda. Sin embargo, no es un coche traicionero, es decir, nos avisa de sus intenciones paulatinamiente y nos otorga el tiempo suficiente para corregirlo y devolverle el equilibrio al conjunto sin sobresaltos. En zonas en las que se prodigan las curvas, la inclinación de la carrocería nos coarta a la hora de afrontar los trazados sinuosos. Si arriesgamos, finalmente no ocurre nada, porque el tren trasero obedece la orden dictada por el delantero y gracias al empuje de la mecánica salimos airosos. El cambio, por su tacto, no está a la altura del motor, del que más adelante te vamos a hablar. Para ciudad y en recorridos por autovías o autopistas, la situación se torna más confortable para el conductor. En trazados urbanos, las dimensiones (4,5 metros de longitud y 1,6 de anchura) y las vueltas del volante (2,75) permiten un manejo más que agradable en estrechas calles de la gran ciudad. Además, como los espejos retrovisores (con regulación eléctrica) son de dimensiones grandes, ejercemos casi un control total sobre cada una de las aristas del coche y realizamos así cualquier maniobra con seguridad. En autovías, el grado de confort de marcha es elevado, las suspensiones –algo blandas como ya hemos comentado- no trastornan la buena marcha, la hacen agradable. Para completar el buen feeling que transmite el conjunto, comprobamos que el indicador del nivel de combustible parece inamovible (un tema bastante importante en estos tiempos que corren). Según los datos registrados por nuestro Centro Técnico, el Cerato gasta 6,4 litros a los 100 kilómetros manteniendo velocidades legales. En ciudad, el consumo se coloca en 8,8 litros, este dato sí es más alto, pero no disparatado. Comparando a nuestro protagonista con los rivales de su categoría, vemos que se trata de cifras parecidas e incluso más reducidas en determinados casos. El motor que lleva nuestro protagonista tiene origen Hyundai, de hecho, es el mismo propulsor que monta el Elantra. Es la primera vez que Kia adopta una mecánica de ciclo Diesel en un turismo de su gama, hasta ahora, los motores de gasóleo sólo los incluía en las carrocerías monovolumen (Carens y Carnival) y todo terreno (Sorento). Este es un punto importante, ya que más de la mitad de las ventas en nuestro país ya son zona habitada por estos motores Diesel. En fin, continuemos con el análisis del propulsor. Sube de vueltas con considerable alegría, pero ésta se agota antes de alcanzar las 4.500 vueltas, que en el cuentarrevoluciones supone la frontera con la zona roja. Según las mediciones de nuestro Centro Técnico, el corte de inyección se produce a 4.300 giros. La marca anuncia una potencia del motor de 112 CV a 4.000 rpm. En nuestro banco de rodillos, sin embargo, ha alcanzado unos caballos menos y se ha situado en 109,4 a 3.855 vueltas, muy cerca del régimen de corte. La entrega de par es aceptable desde abajo y se mantiene estable entre 2.000 y 3.750 rpm (en torno a los 25 mkg), lo que redunda en un agradable manejo sin hacer uso intensivo del cambio, cuyo tacto, ya lo hemos indicado, no tiene toda nuestra aprobación.La mecánica emite bastante ruido cuando circulamos por encima de 2.500 vueltas. Hemos registrado 50 dB al ralentí y 69 cuando rodamos a 120 km/h. No son datos –comparados con otros contrincantes- muy desorbitados, pero el ruido sí nos ha resultado, cuanto menos, molesto.
Kia Cerato 2.0 CRDI LX
Terminación aceptable, precio ajustado y consumo contenido conforman la tarjeta de presentación de la nueva apuesta de Kia: el Cerato CRDI.