Jeep Wrangler 2.8 CRDI Rubicon

En un momento en el que los todoterreno están siendo “víctimas" de su éxito comercial y algunos muestran confi guraciones que les pueden asociar a cualquier cosa menos a un todoterreno, el Wrangler se muestra fiel a la más pura tradición de la categoría, con una estructura robusta, eficaz y perfectamente adaptada para afrontar las pruebas más duras.

Jeep Wrangler 2.8 CRDI Rubicon
Jeep Wrangler 2.8 CRDI Rubicon

En carretera el Wrangler muestra un comportamiento correcto a condición de que el asfalto sea bueno y liso. En esas condiciones su conducción no plantea el menor problema y es homologable a la de cualquier modelo de su peso y tamaño. En zonas viradas la dirección -con 3,5 vueltas de volante- es un tanto lenta, pero en pocos kilómetros acabamos acostumbrándonos a ella. Los inconvenientes empiezan a aflorar proporcionalmente a lo degradado que esté el asfalto. Obviamente la geometría de suspensión de los ejes rígidos no es la ideal y las irregularidades producen pequeñas imprecisiones en el eje delantero y sobre todo en el posterior que hay que tener en cuenta. No resulta incómodo en las zonas más rugosas y en este aspecto las suspensiones cumplen con su cometido. La elevada cifra de par, la propulsión trasera y el autoblocante posterior que monta el Jeep Wrangler Rubicon podrían plantear algún problema sobre asfalto mojado, que sólo aparecerá si desconectamos el control de estabilidad, en caso contrario la electrónica se encarga de evitar incidentes. Pero donde verdaderamente el Wrangler muestra sus cualidades es una vez que abandonamos el asfalto. El Rubicon cuenta con todo lo necesario para afrontar “lo que le echen". El autoblocante citado, las estabilizadoras desconectables, los bloqueos de diferencial delantero y trasero y una reductora para subirse por las paredes, nos garantizan salir airosos de casi cualquier circunstancia. Todos estos detalles técnicos, exclusivos del Rubicon, proporcionan unas cualidades notables como todoterreno al Wrangler. Las estabilizadoras desconectables y los bloqueos de diferencial se accionan mediante dos conmutadores situados en el salpicadero y con “todo puesto" el único límite del coche es la adherencia que sean capaces de proporcionar sus neumáticos y la ley de la gravedad. Es una auténtica delicia jugar a buscar la zona más difícil posible y comprobar como el Wrangler la pasa con una facilidad pasmosa. Aquí es donde se pone de manifiesto para qué está realmente pensado el coche y desde luego que merece en este sentido una auténtica “matrícula de honor". Bajo este punto de vista es importante que los posibles compradores del coche sepan perfectamente lo que están comprando. El que espere, como parece que es la moda, un confortable turismo disfrazado de todo terreno, puede ir buscando otra cosa, pero el amante del campo y el que guste de correr su pequeña aventura de fin de semana o de vacaciones, encontrará en el Wrangler su compañero ideal de correrías y, además, lo hará por un precio muy inferior al que deberá enfrentarse si elige otros modelos de la competencia.Lo peor
Comportamiento en carretera
Consumos
Maletero escaso

Lo mejor
Robustez en campo
Motor elástico
Imagen atractiva En carretera el Wrangler muestra un comportamiento correcto a condición de que el asfalto sea bueno y liso. En esas condiciones su conducción no plantea el menor problema y es homologable a la de cualquier modelo de su peso y tamaño. En zonas viradas la dirección -con 3,5 vueltas de volante- es un tanto lenta, pero en pocos kilómetros acabamos acostumbrándonos a ella. Los inconvenientes empiezan a aflorar proporcionalmente a lo degradado que esté el asfalto. Obviamente la geometría de suspensión de los ejes rígidos no es la ideal y las irregularidades producen pequeñas imprecisiones en el eje delantero y sobre todo en el posterior que hay que tener en cuenta. No resulta incómodo en las zonas más rugosas y en este aspecto las suspensiones cumplen con su cometido. La elevada cifra de par, la propulsión trasera y el autoblocante posterior que monta el Jeep Wrangler Rubicon podrían plantear algún problema sobre asfalto mojado, que sólo aparecerá si desconectamos el control de estabilidad, en caso contrario la electrónica se encarga de evitar incidentes. Pero donde verdaderamente el Wrangler muestra sus cualidades es una vez que abandonamos el asfalto. El Rubicon cuenta con todo lo necesario para afrontar “lo que le echen". El autoblocante citado, las estabilizadoras desconectables, los bloqueos de diferencial delantero y trasero y una reductora para subirse por las paredes, nos garantizan salir airosos de casi cualquier circunstancia. Todos estos detalles técnicos, exclusivos del Rubicon, proporcionan unas cualidades notables como todoterreno al Wrangler. Las estabilizadoras desconectables y los bloqueos de diferencial se accionan mediante dos conmutadores situados en el salpicadero y con “todo puesto" el único límite del coche es la adherencia que sean capaces de proporcionar sus neumáticos y la ley de la gravedad. Es una auténtica delicia jugar a buscar la zona más difícil posible y comprobar como el Wrangler la pasa con una facilidad pasmosa. Aquí es donde se pone de manifiesto para qué está realmente pensado el coche y desde luego que merece en este sentido una auténtica “matrícula de honor". Bajo este punto de vista es importante que los posibles compradores del coche sepan perfectamente lo que están comprando. El que espere, como parece que es la moda, un confortable turismo disfrazado de todo terreno, puede ir buscando otra cosa, pero el amante del campo y el que guste de correr su pequeña aventura de fin de semana o de vacaciones, encontrará en el Wrangler su compañero ideal de correrías y, además, lo hará por un precio muy inferior al que deberá enfrentarse si elige otros modelos de la competencia.Lo peor
Comportamiento en carretera
Consumos
Maletero escaso

Lo mejor
Robustez en campo
Motor elástico
Imagen atractiva