Jaguar XK 8 Coupé

Jaguar es uno de los grandes nombres de la aristocracia automovilística. Emblema de los tiempos dorados de la industria británica, sobrevive ahora bajo el paraguas de Ford con un ojo en su leyenda y otro en la cuenta de resultados, espada de Damocles de nuestros tiempos. La llegada del XK, un lujoso coupé a la vieja usanza, debería ser un alivio para la histórica firma. El público lo esperaba expectante y, tras probarlo, comprendemos por qué. Este coche tiene mucho que decir.

Jaguar XK 8 Coupé
Jaguar XK 8 Coupé
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Con el XK, Jaguar espera enderezar del todo su titubeante rumbo de los últimos años. Confía en que las ventas vuelvan a engordar y que nuevos clientes se acerquen a sus coches. Afortunadamente, durante su larga travesía del desierto han sabido conservar su esencia y su gusto por los vehículos exquisitos, ese saber hacer que la vieja Jaguar atesora desde que empezó a fabricar coches a mano en la primera mitad del siglo XX.Gracias a ese celo por mantener viva la llama, hemos llegado a este nuevo XK, un coche que hereda lo mejor de la historia de Jaguar: exclusividad, lujo, deportividad, poderío… Releva al anterior XK y, sin duda, lo mejora en todos los sentidos, con lo que los amantes de la marca están de enhorabuena. Para nuestra primera prueba de este modelo, hemos elegido una unidad equipada con el poderoso motor 4.2 V8 de 290 CV, un maquina tremenda que, acoplada a un cambio automático de seis velocidades, mueve el coche con la elástica y sedosa violencia que habita en los movimientos de los jaguares, los coches que dan nombre a estos animales únicos.
Combinada con un chasis deportivo, pero no radical, esta mecánica da lugar a un coche que equilibra perfectamente el poderío dinámico y la comodidad.Una de las misiones que tiene el nuevo Jaguar XK es construir la nueva imagen de la casa, dejando atrás los estereotipos y configurando las líneas que, en el futuro, lucirán otros coches.
Con esa idea, los diseñadores han buscado unas formas que aúnan elementos clásicos con toques de modernidad. Así, las voluptuosas curvas de la zaga serían el futuro, un mañana deportivo a rabiar, lleno de músculos, de impactantes protuberancias y también de armonía y fluidez.
Al tiempo, en la parte delantera se concentran más datos genéticos propios de la Jaguar de siempre, como el larguísimo morro, los agresivos grupos ópticos y la inconfundible parrilla… Hay quien ve también reminiscencias de Aston Martin en el dibujo del coche, y es posible, pero, la verdad, a nosotros nos parece suficientemente original como para respetar su historia y, al tiempo, abrirse un camino propio. Además, nuestra unidad, equipada con unas abracadabrantes llantas de 20 pulgadas, lucía deportiva y espectacular a más no poder... Es, con diferencia, uno de los coches que más ha llamado la atención de la gente de cuantos hemos conducido en mucho tiempo. Comparando este XK Coupé con su antecesor, llama la atención un detalle: a pesar de que es más grande (está ya en casi 4,80 metros), pesa menos, sólo 1.722 kg. Esta diferencia de peso se debe, sobre todo, al uso masivo del aluminio como elemento constructivo de chasis y carrocería. Gracias a este metal, el coche pierde más de 60 kg. Y no sólo eso, sino que en Jaguar aseguran que es un 30 por ciento más rígido que su antecesor y, por ende, más estable y seguro.Ciertamente, es un logro eso de hacer un coche más grande que pese cada vez menos… Lástima que, ya de paso, no se haya utilizado ese incremento de talla para hacer un interior más habitable.

Configurado como 2 2, el XK sigue ofreciendo unos diminutos asientos traseros en los que no va bien nadie que mida más de metro y medio. Incluso los niños van incómodos en esos asientos de mentirijillas.
A cambio, eso sí, los ocupantes de la fila delantera disfrutan de un espacio regio, con amplitud de sobra en todas las dimensiones y un grado de confort de primera. Además, el maletero también se beneficia de los nuevos tamaños y crece hasta los 345 litros de capacidad, una marca muy buena para el segmento en que compite el XK.