El N Vision 74 sin duda ha sido el rey de las redes desde que Hyundai lo presentó y no habían pasado quince días que ya estaba rodando con su hermano RN22e en la pista del circuito alemán de Bilster Berg. Si el N Vision 74 les recuerda algún otro coche famoso, llámese DeLorean DMC12, sepan que ese famoso coche diseñado por Giugiaro para Ital Design se inspiró en el anterior prototipo Hyundai Pony Coupé concept de 1974…que se quedó en los cartones. Legítimamente Hyundai lo ha retomado para completar este espectacular laboratorio rodante llevado a la realidad por el departamento N que ha logrado integrar en un solo vehículo el conjunto de tecnologías eléctricas existentes. Pero sobre todo representa una visión entusiasta del automóvil del futuro, dedicado a los amantes del automóvil, un coche de figura hipnótica.
El N Vision 74 es a la vez un tradicional vehículo eléctrico de batería y un avanzado prototipo de hidrógeno cuyos dos sistemas funcionan de concierto de forma cooperativa. La pila de combustible, situada en la parte delantera del coche ofrece 85 kW para recargar la batería de 62,4 kWh que tiene forma de T y va situada muy baja. Ésta suma su potencia a la fuente principal, según las necesidades de los dos motores montados atrás, uno por rueda, para un total de 500 kW (680 CV) y 900 Nm.

Los dos depósitos de hidrógeno van situados en la trasera del coche, inmediatamente bajo el cristal del portón y cada uno tiene una capacidad de 2,1 kg de combustible comprimido a la trenmenda presión de 700 atmósferas. El conjunto por lo tanto es pesado, alcanza los 2.400 kg lo que no le impide presumir de comportamiento deportivo.
Hyundai N Vision 74: rodamos con el prototipo de 600 km de autonomía
Al volante un panorama estimulante, una instrumentación digital con mucha información, un salpicadero de diseño con toques retro con terminación metálica, bonito y elegante. El coche es imponente, uno lo siente y se impresiona al experimentar aceleración suavísima e irresistible, un poderío digno de un V12 de gran cilindrada. Sin duda cumple con los 4 segundos de 0 a 100, pero lo más impresionante es la manera con la que se mueve el N Vision 74, con precisión y sin torpeza, sujetado pero no rígido o duro; el prototipo es como una alfombra voladora.

Por supuesto solo se oye el ruido del viento y el agudo sonido de la propulsión eléctrica. Pero no todo es fiesta y la primera frenada fuerte pone en aviso. El ataque de pedal es agresivo y el coche frena mucho pero necesita una respetable distancia hasta decelerar lo adecuado y tomar la curva. Volver a acelerar requiere paciencia y tiempo porque la zaga tiene tendencia a escapar rápidamente bajo el efecto del poderío mecánico y del peso de la parte trasera.
La masa importante se vuelve a sentir aunque si se hacen las cosas acompasadamente, el coche digiere las curvas con gran solvencia y uno se sorprende acelerando cada vez más, lo que nos lleva a velocidades vertiginosas e incluso nos deja añadir deriva al tren trasero con seguridad gracias a un control vectorial de la potencia y del par que permiten disfrutar con una tremenda facilidad del enorme potencial del N Vision 74.

El N Vision 74 con su tecnología combinada tiene una autonomía de 600 km, permite repostar hidrógeno en 5 minutos así como recargas eléctricas rápidas gracias a la tecnología de 800 voltios. Ninguna creación de Hyundai se merece más el calificativo de “Rolling Lab” (laboratorio rodante) que este N Vision 74 que es la respuesta de Hyundai a la voluntad de neutralidad en emisiones de carbono para 2050, un objetivo que solo se podrá lograr gracias al hidrógeno.