Más es mejor. Más potencia para mover una carrocería voluminosa susceptible de ir repleta de equipaje y pasajeros. Más plazas: siete en vez de cinco. Más modularidad con sus asientos deslizantes. Más descansados por su cambio automático. Y con más ruedas motrices, cuatro frente a dos, para garantizar tracción. Con estos argumentos como punto de partida, los SUV que protagonizan esta comparativa van incluso más allá de las necesidades de un uso familiar normal. Por un lado, el último en llegar al mercado, el Seat Tarraco; y como oponente, el Hyundai Santa Fe, ganador del último Máster Test organizado por Motorpress Ibérica. Ambos en sus versiones más exclusivas.
Hyundai Santa Fe y Seat Tarraco presentan similitudes evidentes en longitud o en la configuración de siete plazas —aunque el Seat también ofrece variantes de cinco—, y en estas versiones suman unas mecánicas poderosas —para responder con suficiencia a una familia y sus necesidades de carga en el éxodo vacacional— y aportan versatilidad con la tracción integral. Esta capacidad, junto a su razonable altura libre al suelo, les permite salir del asfalto en busca de playas recónditas o lugares de ocio. Pese a todo, su ejecución les lleva a desprender aromas bien diferentes: con un toque extra de sofisticación en el Hyundai, que parece rodear al conductor de manera protectora, y un tacto muy preciso en el Seat, que te hace sentirte muy integrado en él y parece «encoger» su carrocería cada vez que tenemos que girar el volante.
PRESTACIONES | Hyundai Santa Fe 2.0 CRDI Style Auto 4X4 200 CV | Seat Tarraco 2.0 TDI 4Drive DSG Excellence Plus 190 CV |
Acel. 0-100 km/h | 9,34 s | 8,8 s |
Acel. 0-1000 metros | 30,76 s | 30,26 s |
Sonoridad al ralentí | 47,3 dBA | 49,2 dBA |
Sonoridad 100 km/h | 63,9 dBA | 64,9 dBA |
Frenada desde 100 km/h | 36 m | 38,64 m |
Peso en báscula | 1.999 kg | 1.884 kg |
Al moverse en los 4,75 metros de longitud y rozar los 2,8 metros de distancia entre ejes, presumen con absoluta razón de espacio, maletero y polivalencia. Sin embargo, el diseño de los asientos y la disposición interior hacen que el Hyundai sea algo más acogedor cuando viajan más de cuatro personas. La razón reside en que Seat ha apostado por unas plazas traseras muy preformadas para dos personas. Es una fila central estrecha y algo más elevada, con algún espacio de desahogo entre el lateral del asiento y la puerta. Lo cual no es óbice para que, eventualmente y con alguna parada extra a descansar, puedan viajar tres adultos. Por su parte, el Santa Fe ofrece unas plazas más democráticas en el reparto del espacio, que se benefician de un acceso más cómodo y un túnel central prácticamente inapreciable. Además, en su acabado más sofisticado dispone de regulación de la temperatura en la tercera fila de asientos, lo que sumado a un mejor aislamiento interior posiciona a este modelo en un lugar destacado si se prioriza el máximo bienestar de los ocupantes.
Hyundai Santa Fe y Seat Tarraco con motores diésel
Proporciones, resistencia aerodinámica y elevada masa hacen de los SUV grandes una categoría eminentemente diésel, especialmente por los beneficios del mayor par de estas mecánicas y su menor consumo. El modelo surcoreano logra alguna ventaja, pues a pesar de quedarse atrás en una arrancada que busque la mejor aceleración, no lo hará al atacar un adelantamiento en carretera sin desdoblar, ni a la hora de pasar por el surtidor de combustible. Con un motor de más cilindrada es capaz de conseguir un consumo en carretera menor y de hacerlo con mayor despreocupación, sin tener que buscarlo conscientemente. Si a esto sumamos un depósito con 11 litros más de capacidad, es capaz de parar a repostar casi 200 km más tarde que su rival. Y eso sin demérito del TDI de origen Volkswagen que monta el Tarraco, que hace gala de un magnífico empuje a medio régimen y sólo obliga a superar alguna resistencia del pedal para vencer una aparente ausencia de respuesta.
CONSUMOS | Hyundai Santa Fe 2.0 CRDI Style Auto 4X4 200 CV | Seat Tarraco 2.0 TDI 4Drive DSG Excellence Plus 190 CV |
Consumo en ciudad | 7,8 l/100 km | 7,4 l/100 km |
Consumo en carretera | 5,9 l/100 km | 6,6 l/100 km |
Consumo medio | 6,6 l/100 km | 6,9 l/100 km |
La conducción llega a resultar muy placentera en ambos, con algunas características que refuerzan su personalidad familiar o una conducción más conscientemente participativa. En este sentido, el Seat es más ágil, su dirección más precisa e informativa y ofrece unos modos de conducción más marcados, que regulan potencia de motor, climatización, velocidad de los cambios de marcha —con la posibilidad de desacoplar en cambio en el modo Eco—, firmeza de suspensión y dirección, además de un modo más configurable que adapta todo a voluntad. Llega a ser algo más presto en la entrada en curva y sus reglajes de chasis facilitan reacciones más rápidas que las del Santa Fe, que es 100 kg más pesado que el Seat. Ya en situaciones muy exigentes, como una esquiva a alta velocidad o un eslalon con sucesiones de curvas y contracurvas, en el Tarraco se manifiestan claramente las ayudas electrónicas, frenando notablemente cualquier desmán y reduciendo la exigencia de máxima pericia al conductor, lo cual refuerza la seguridad global.
ESPACIO | Hyundai Santa Fe 2.0 CRDI Style Auto 4X4 200 CV | Seat Tarraco 2.0 TDI 4Drive DSG Excellence Plus 190 CV |
Anchura delantera | 149 cm | 146 cm |
Anchura trasera | 144 cm | 141 cm |
Altura delantera | 91/97 cm | 95/103 cm |
Altura trasera | 92 cm | 97 cm |
Espacio para piernas | 65-77 cm | 60-78 cm |
Maletero | 547 (160 volumen mínimo) litros | 700 (205 volumen mínimo) litros |
Por su parte, el Hyundai se ha revelado como un coche enormemente equilibrado en su adaptación al mercado europeo. Mantiene un enfoque general de confort que no esconde una eficacia sorprendente, con una buena velocidad de paso por curva y agilidad entre virajes. Destaca por sus reacciones neutras y la sensación de aplomo en su pisada. Añade la función de bloqueo de la transmisión AWD Lock, accionable a cualquier velocidad, que mejora tanto la eficacia en asfalto como al circular por terrenos complicados, resbaladizos o de baja adherencia. En función de su aporte aumentará la motricidad y, en asfalto, favorecerá el redondeo en los virajes.
El balance en este enfrentamiento pasa por la valoración del precio. El de tarifa resulta tan ventajoso para el Tarraco que compensa las pequeñas penalizaciones que representaban habitabilidad y consumo. Incluso si contemplamos el descuento promocional de cada marca y tratamos de igualar el impresionante equipamiento del Santa Fe, los datos siguen favoreciendo al Seat, aunque dentro de unos valores que no eliminan la posible elección del Hyundai. No en vano fueron, con escasa diferencia entre ellos, los primeros clasificados de nuestro Máster Test Internacional. □