Hyundai Matrix 1.5 CRDi

No se trata de un modelo de futuro, como podría indicar la coincidencia de su nombre con el título de una de las películas de ciencia ficción más taquilleras de los últimos años, el Hyundai Matrix es un modelo de hoy pensado para cubrir las necesidades de la gente de hoy. El minimonovolumen asiático es el presente, del futuro ya se ocupan los guionistas.

Hyundai Matrix 1.5 CRDi
Hyundai Matrix 1.5 CRDi

A pesar de la altura (no tanta como parece al echarle el primer vistazo), el Matrix se mueve con bastante aplomo. Tanto en carreteras llanas y sin irregularidades como en zonas con curvas y cuestas, el Matrix sale bien parado. Es difícil que el coreano se descoloque y, si lo hace, con sólo dejar de acelerar, se encarrila sólo. Las suspensiones responden de forma eficaz, aunque en terrenos bacheados el pasajero sufre un exceso de traqueteo que hace que la espalda se resienta (tras muchos kilómetros). Esto también se deja ver en el volante, que transmite en exceso las irregularidades de la carretera. Posiblemente, y tras comprobar las buenas reacciones del Matrix en otras circunstancias, esto se deba a los neumáticos que monta, algo pequeños.

En cuanto a los frenos, son bastante eficaces, aunque podrían mejorarse. Quizás el hecho de que las ruedas traseras equipen tambores, en lugar de discos, o que el ABS no exista sean dos cuestiones a tener en cuenta por el fabricante para futuras versiones.

Los viajeros traseros se encuentran con que el túnel central no se eleva, ganando espacio para un posible viajero central, que, como en otros modelos, cuenta con un reposacabezas pequeño.

Hyundai ha dotado a su monovolumen de múltiples huecos para guardar de todo y de una practicidad que no llega a la de otros rivales del segmento, pero que permite un muy buen aprovechamiento del maletero y de la parte trasera. Los asientos pueden “partirse" en dos, dejando una superficie plana en la parte de atrás o ampliando el maletero, según las necesidades, al echar hacia delante los respaldos de los asientos traseros.

Los monovolumen, con el Renault Scénic a la cabeza, han ido puliendo cada vez más el apartado de usabilidad de su espacio interior. Cada vez, estos coches cuentan con más huecos, cajones y espacios útiles que hacen más aprovechable el habitáculo. En el caso de nuestro protagonista, en el maletero cuenta con una red de sujeción y dos huecos para guardar, por ejemplo, el mapa o alguna herramienta. En el interior, hay desde portalatas (por todas partes) asta "guardagafas", pasando por un práctico cajón bajo el asiento del acompañante, huecos en todas las puertas, pequeños cajoncitos bajo el volante y en el salpicadero y los prácticos bolsillos (además de bandejas) en el respaldo de los asientos delanteros.