Hyundai i30 1.6 CRDi/110

Puede que nada te sorprenda al entrar, ni tampoco al conducirlo. En el lenguaje de Hyundai eso se llama dar en la diana, ofrecer coches en los que la eficiencia y racionalidad de uso se cobran todo el peso específico, aunque para esta nueva generación de i30 también acompaña buen diseño y clara evolución en calidad.

Hyundai i30 1.6 CRDi/110
Hyundai i30 1.6 CRDi/110

Las mismas reglas de siempre: cada vez más, cada vez mejor. Mayor contenido técnico, seguridad, mejor diseño y evolución mecánica y estructural. Europa estaba ya a tiro de piedra con el último Hyundai i40 y ahora se ha vuelto a dar un nuevo salto con el compacto i30 para acercarse todavía más al estándar del cliente medio europeo. Suma de virtudes, una a una, trabajada a conciencia y notablemente mejorada para el cliente que antepone racionalidad de uso sobre cualquier otro criterio. Ahora más que nunca, ya no es el precio lo que hace de Hyundai en general y del i30 en particular un coche muy "entero" y convincente, sino el producto en su globalidad el que equilibra una política de precios que hace creíble el sostenido aumento de calidad que viene experimentando la marca. Sin complejos, fija precios a niveles similares a C4, Focus, Astra, Mégane o León en versiones mecánicas y de equipamiento equivalentes, y para aquellos que aún puedan tener ciertos prejuicios de marca, Hyundai lo compensa con una garantía y trato postventa que de momento ningún otro europeo se ha atrevido ofrecer. De momento, los primeros metros son un regalo para quien sobrevalore el confort en toda su extensión, bien de suspensión o mecánica. Totalmente remozado de carrocería hacia aba¬jo, poco o nada tiene que envidiar este i30 a su hermano mayor, el i40, y por extensión, a nin¬gún otro competidor directo. Con diferencia, creo que la calidad de rodadura es el aspecto donde mayor evolución ha habido. Limita aho¬ra movimientos verticales consiguiendo pasos por curva más "planos" que antes, en el cambio de apoyo sale a relucir el excelente equilibrio entre trenes ahora logrado, y cualquier irregularidad que se aborde bien en apoyo, bien en recta, evidencia el excelente aislamiento entre suspensiones y carrocería y acertado compromiso entre dureza de amortiguador y flexibilidad de muelle. Las distancias de frenado han mejorado, probablemente, por esta nueva suspensión (no ha variado el tamaño de los discos), siendo también mayor su resistencia a la fatiga, probablemente porque también han llegado nuevos compuestos en los elementos de fricción. Por su parte, la electrónica conserva el habitual tarado restrictivo que suele imponer la marca, pero ahora deja de entrar en acción tipo "interruptor" para actuar ahora de forma suave y casi imperceptible, interpretando bien cuándo se puede bajar la guardia si detecta que el conductor sabe ir por dónde quiere, permitiendo esa fluidez de marcha a ritmo rápido que en su momento no llegamos a encontrar en el i40... Otro tipo de cliente. Pero el Hyundai i30 no es, sin embargo, un coche dinámico ni tiene aspavientos deportivos... ni lo pretende. Gran confort y maneras de coche noble y seguro. Esas son sus bazas, no una rápida respuesta de dirección. Por cierto, aquí encontraremos otra de las grandes evoluciones: su mejorada (en precisión, tacto y capacidad de información) dirección eléctrica, ofrece en todos los acabados tres posibles grados de asistencia: Comfort, Normal y Sport, con adecuados ajustes para los perfiles de uso definidos. Y por último, no falta la correspondiente puesta al día mecánica de este CRDi que, con 110 CV oficiales, mejora con claridad todos los registros (excepto, curiosamen¬te, consumo urbano) del 115 CV saliente. Su caja de cambios suma una relación más que hoy día nos permite hablar de un desarrollo final prácticamente neutro, clave para imprimir ese agrado de uso y agilidad de recuperación (para prueba, las mejores cifras de adelantamiento entre sus semejantes) que le faltan a otros coches que gastan menos a cambio de mayor exigencia y dedicación con el cambio de marchas. Puede que no sea el motor más refinado y exquisito de la categoría (me sigue gustando más el 1.6 HDi/TDCi) ni el más eficiente (el 1.6 TDi es el dominador absoluto), pero nuevamente encuentro en su equilibrio su mejor virtud, destacando, por encima de todo, su gestión de par a bajo régimen que hace prácticamente imposible que este motor se cale al arrancar, que sea capaz de salir de una rampa sin acelerar (ni castigar el embrague) o aguantar la sexta a ralentí sin la más mínima trepidación mecánica. En resumidas cuentas, un coche "de batalla" redondo.Aceleración: Suave y gradual se expresa siempre este 1.6 CRDi de 110 CV. Le ha quitado un segundo a la anterior versión de 115 CV.
Cambio: Toda la gama ofrece seis marchas con buen tacto general y acertados desarrollos de cambio: ahí está la clave de su elevada capacidad de recuperación.
Frenada: Mucho hace la remozada suspensión para frenar mejor y más estable: ha recortado 5 metros sobre la anterior generación.
Consumos: En ciudad mejoraría si llevara Stop&Start (versiones BlueDrive) mientras que en carretera se puede rodar fácilmente por debajo de 5 litros sin involucrarse en la conducción lo más mínimo.
Adelantamiento: Su buen aporte de par en estrecha colaboración con unos ajustados desarrollos de cambio le llevan a ganar la batalla a todos los modelos de tamaño y potencia comparable.
Habitabilidad: Pese al aumento de longitud y anchura, ninguna cota interna ha mejorado.
Maletero: La misma anchura, pero ahora con 4 cm más de profundidad y 7 cm más de altura que antes. En total, 70 litros más, pasando de 345 litros pasa a 415.