No nos confundamos. El S-Max que va a ponerse a la venta en julio debemos considerarlo una nueva generación a todos los efectos por aspecto, gama de motores, soluciones tecnológicas implementadas y la posibilidad de equipar una tracción a las cuatro ruedas que puede hacer las delicias de aquellos aficionados al deporte al aire libre en sus desplazamientos invernales.
Aunque mantiene los 2,85 m de distancia entre ejes, sus vías han sido ensanchadas en 3 y 1 cm respectivamente en tanto que su carrocería es 3 cm más larga y ancha. Pese a ello, no tiene una apariencia masiva. Todo lo contrario. El pilar A se ha retrasado y hecho más tendido para dar una impresión de mayor dinamismo en tanto que mantiene una apariencia muy estilizada en el lateral y en la zaga, donde el portón es ahora un poco menos .
En el interior se han reposicionado las salidas de aire traseras, que pasan de los pilares B al techo, facilitando un reparto más homogéneo del aire entre los pasajeros e introducido de manera opcional un control de la temperatura en las filas posteriores. También es nuevo el sistema, inspirado en el del Mondeo con quien comparte tanto base técnica, como planta de producción. No en vano ambos se ensamblan en la fábrica de Almussafes, Valencia.
Práctico y funcional
Consola central e instrumentación son también nuevos, con una pantalla táctil central de 8” en el centro desde la que se manejan los controles de información entretenimiento y confort a bordo.
No han variado, en cambio, la disposición de las 2ª y 3ª fila de asientos, que permiten hasta 32 combinaciones diferentes, ni la manera de acceder a ellas, aunque sí inrcoporan la posibilidad de abatirlas de manera remota con pulsadores específicos en el maletero. Éste es más que respetable, con 285 l en modo 7 asientos y nada menos que 700 anunciados cargando hasta la cortinilla en las versiones de cinco plazas, con una capacidad máxima de 2.200 en modo dos plazas cargando hasta el techo. La diferenciación viene dada porque si bien de serie se ofrecerá con siete plazas, quien sólo quisiera 5 podría encargarlo así, beneficiándose de un descuento de 750 euros en cualquiera de sus dos acabados.
Adicionalmente, en las versiones Titanium podría montarse el sistema de apertura sin manos del maletero estrenada en el Kuga por la que, incluso con el cierre centralizado activado, el portón se abriría automáticamente si deslizáramos un pie por debajo de los dos sensores ubicados en la zona inferior del parachoques añadiendo un extra de comodidad en la convivencia diaria con el S-Max.
Variedad mecánica
La oferta de motores es amplia, siempre con turbo e inyección directa y opciones que van de los 120 a los 240 CV, con consumos medios desde 5 hasta 8,9 l/100 km. De ellos, los motores turbodiésel acapararán casi el 90% de las ventas, siempre con un bloque de 2 litros (pulsa aquí para ver más información sobre los motores) disponible en tres variantes diferentes de 120, 150 y 180 CV, además de un poderoso doble turbo de 210 CV que en todos los casos estará acoplado a un cambio PowerShift de doble embrague robotizado. Este mismo cambio de velocidades estará disponible en las variantes monoturbo de 180 y 150 CV, aunque no en la más pequeña, que siempre tendrá cambio manual y tampoco podrá equipar la tracción integral.
Adicionalmente, las variantes de potencia intermedia estrenan por primera vez en el S-Max una tracción a las cuatro ruedas que hará las delicias de los aficionados a las actividades invernales. En circunstancias normales, actúa como un coche de tracción delantera aunque, sin que el conductor tenga que intervenir ni tocar ningún botón, el sistema va a ir distribuyendo la fuerza del motor entre los dos ejes mediante un embrague multidisco. En circunstancias extremas, podría llegar a ser las ruedas traseras las que impulsaran al S-Max si las delanteras estuviesen patinando en, por ejemplo, al arrancar sobre una placa de hielo.
En esas condiciones también va a tener su influencia el perfil de conducción elegido en los S-Max dotados con amortiguación de control variable ya que, además de la firmeza van a modificarse consecuentemente la respuesta al acelerador y la dureza de la dirección. En este caso estamos hablando de tres perfiles estandarizados Normal, Sport y Comfort, sin la posibilidad de combinarlos entre ellos.
Junto a ésta, la otra gran novedad en cuanto al chasis del S-Max es una nueva dirección activa de desmultiplicación variable —opcional, 500 euros, aunque no estará disponible en el lanzamiento— capaz de modificar su relación de giro en más de un 30% en función de la velocidad a la que se circule. Así, en maniobras o a baja velocidad, tendremos menos de 2 vueltas de volante entre topes, en tanto que a medida que ganásemos velocidad se volvería cada vez menos directa y más firme, llegando a la equivalencia a una dirección con 3 vueltas, para minimizar el efecto de movimientos no deseados del conductor sobre el volante. Su hecho diferencial es que su mecanismo se encuentra en el interior del volante —debajo de la bolsa del airbag— en lugar de en la propia columna de la dirección. Ésta novedad facilita la posibilidad de incorporarla se modo muy sencillo a otros vehículos como Focus o Kuga.
Tecnología asequible
El equipamiento en seguridad y ayudas a la conducción brilla con luz propia, poniendo de manifiesto la importancia que Ford da a popularizar una tecnología que no sólo aumenta la seguridad, sino que reduce la fatiga intelectual de la conducción (pincha aquí para saber más de las tecnologías). Uno de estos elementos es el Limitador Inteligente de Velocidad, de serie en toda la gama, que evitaría tener que ir pendiente de los radares. Después de que el sistema «leyera» las señales de tráfico, el coche sería capaz de reducir la velocidad o exhibir una indicación al conductor en el caso de que fuese desconectado éste. Para evitar situaciones de riesgo, como un adelantamiento, el sistema se desconectaría si se pisa a fondo el pedal del acelerador, aunque se demoran unas décimas de segundo hasta que el sistema permite ganar velocidad.
También son de serie otros dispositivos como el control automático de luces largas o el Ford MyKey que permite limitar previamente algunos de los modos de funcionamiento del coche como velocidad máxima, inhibir la recepción de llamadas durante la conducción o habilitar un volumen máximo en los equipos de audio, por ejemplo.
Adicionalmente, las versiones de acabado Titanium no sólo cuentan con un equipamiento más sofisticado, con navegador y control SYNC2, sensor de lluvia y luces, el sistema de mantenimiento de carril y de alerta de conductor incluidos de serie, sino que a través de diferentes packs se puede disponer de control de crucero adaptativo con función de frenado, asistente pre-colisión y frenada autónoma en ciudad o control de tráfico cruzado, cuestiones todas que pueden ayudar a reducir pequeños accidentes.
Precios Ford S-Max
S Max 2.0 TDCI 120 CV Trend: 31.900 euros
S-Max 1.5 EcoBoost 160 CV Trend: 31.900 euros
S-Max 2.0 TDCI 150 CV Trend: 33.900 euros
S-Max 1.5 Ecoboost 160 CV Titanium: 34.900 euros
S-Max 2.0 TDCI 150 CV Titanium: 36.000 euros
S-Max 2.0 TDCI 150 Titanium AWD: 39.000 euros
S-Max 2.0 TDCI 180 CV Titanium: 38.000 euros
S-Max 2.0 TDCi Bi-Turbo (PowerShift): 42.000 euros