Ford Fusion 1.6 TDCI Plus

El Fusion recibe una pieza muy importante para multiplicar su valor de uso y sus prestaciones. Estamos hablando de un propulsor Diesel de 90 CV que, además, tiene un consumo mínimo.

Ford Fusion 1.6 TDCI Plus
Ford Fusion 1.6 TDCI Plus

Las ventajas de un modelo como el Fusion son evidentes. Se trata de un coche más alto que un utilitario convencional que otorga al que lo conduce una mejor visión del tráfico. Sin embargo, no estamos ante un monovolumen pequeño, pues las posibilidades de modularidad y el espacio interior no son destacados. A cambio, obtenemos un utilitario algo más grande de lo que se estila en el segmento y con una imagen más robusta. Un potencial comprador del Fusion puede barajar también el Fiesta como alternativa interesante. ¿Qué diferencia a uno y a otro? Evidentemente, a primera vista se observa que el Fusion tiene unas dimensiones mayores: 11 cm más de longitud, 6 cm más de altura y 4 cm más de anchura, pero, ¿eso se nota en el interior? Pues la verdad es que ni las mediciones de nuestro Centro Técnico ni nuestras propias sensaciones lo afirman. Metro en mano, lo único apreciable en el Fusion es una mayor altura respecto al techo del asiento del conductor ( 5 cm) y de la fila de butacas traseras ( 1 cm) y algo más de anchura en las plazas traseras, tres centímetros más. Sin embargo, esta ganancia de espacio no nos parece definitiva ni puede ser motivo suficiente como para decantarse por uno u otro. El maletero sí que marca diferencias, pues cuenta con unas formas más regulares y una capacidad de carga superior en 70 litros. La boca de carga baja y la existencia de portón trasero le confiere un plus de comodidad a la hora de introducir objetos pesados o voluminosos. Los asientos traseros, al contrario que en otros “mini-monovolúmenes", no pueden moverse longitudinalmente, únicamente cuentan con la posibilidad de abatirse y, en esta versión Plus, sustituirse la plaza central por un reposabrazos de grandes dimensiones que incorpora posavasos y un cajón para almacenar objetos. Respecto a sus rivales, no obstante, es el que más espacio ofrece para las piernas en las plazas traseras, aunque se ve penalizado como el que menos anchura y altura tiene en esta zona. Al mismo tiempo, es el que presenta más capacidad de maletero tiene (aunque carece de la modularidad de algunos de sus rivales).El interior es similar en Fusion y Fiesta, siendo la presencia de un cajón sobre la consola central, la única nota que diferencia al primero sobre el segundo. Por lo demás, ambos comparten el mismo diseño y la misma calidad de acabado, que les sitúa en la media del segmento. Lo que si cambia es la postura de conducción, que es sensiblemente más elevada en el Fusion, lo que permite al conductor contar con una mejor visión del tráfico y de los coches que le rodean. Esta característica gustará a determinado tipo de conductores, mientras que a otros, a los que prefieren estar más hundidos en el puesto de conducción, no les terminará de convencer.Un detalle que se ha mejorado con la introducción de esta nueva mecánica es la inclusión de un mini-reposapié a la izquierda del pedal del embrague. Tras las críticas por la incomodidad que suponía carecer de este elemento, sobre todo en los viajes largos y en apoyos en curva, la incorporación del mismo, aunque no soluciona en su totalidad el problema sí que mejora la comodidad del conductor. También la mayor altura del vehículo y su aspecto robusto proporcionarán un plus de seguridad, más subjetiva que otra cosa, a los conductores, sobre todo si estos son primerizos o temerosos del tráfico. Esta mayor distancia respecto al suelo frente a un Fiesta no tiene una incidencia demasiado negativa en el comportamiento del vehículo, como cabría pensar a priori, y además mejora la circulación por caminos. Se ha bajado el centro de gravedad y su tacto es de un turismo convencional, no el de un monovolumen. Las ventajas de un modelo como el Fusion son evidentes. Se trata de un coche más alto que un utilitario convencional que otorga al que lo conduce una mejor visión del tráfico. Sin embargo, no estamos ante un monovolumen pequeño, pues las posibilidades de modularidad y el espacio interior no son destacados. A cambio, obtenemos un utilitario algo más grande de lo que se estila en el segmento y con una imagen más robusta. Un potencial comprador del Fusion puede barajar también el Fiesta como alternativa interesante. ¿Qué diferencia a uno y a otro? Evidentemente, a primera vista se observa que el Fusion tiene unas dimensiones mayores: 11 cm más de longitud, 6 cm más de altura y 4 cm más de anchura, pero, ¿eso se nota en el interior? Pues la verdad es que ni las mediciones de nuestro Centro Técnico ni nuestras propias sensaciones lo afirman. Metro en mano, lo único apreciable en el Fusion es una mayor altura respecto al techo del asiento del conductor ( 5 cm) y de la fila de butacas traseras ( 1 cm) y algo más de anchura en las plazas traseras, tres centímetros más. Sin embargo, esta ganancia de espacio no nos parece definitiva ni puede ser motivo suficiente como para decantarse por uno u otro. El maletero sí que marca diferencias, pues cuenta con unas formas más regulares y una capacidad de carga superior en 70 litros. La boca de carga baja y la existencia de portón trasero le confiere un plus de comodidad a la hora de introducir objetos pesados o voluminosos. Los asientos traseros, al contrario que en otros “mini-monovolúmenes", no pueden moverse longitudinalmente, únicamente cuentan con la posibilidad de abatirse y, en esta versión Plus, sustituirse la plaza central por un reposabrazos de grandes dimensiones que incorpora posavasos y un cajón para almacenar objetos. Respecto a sus rivales, no obstante, es el que más espacio ofrece para las piernas en las plazas traseras, aunque se ve penalizado como el que menos anchura y altura tiene en esta zona. Al mismo tiempo, es el que presenta más capacidad de maletero tiene (aunque carece de la modularidad de algunos de sus rivales).El interior es similar en Fusion y Fiesta, siendo la presencia de un cajón sobre la consola central, la única nota que diferencia al primero sobre el segundo. Por lo demás, ambos comparten el mismo diseño y la misma calidad de acabado, que les sitúa en la media del segmento. Lo que si cambia es la postura de conducción, que es sensiblemente más elevada en el Fusion, lo que permite al conductor contar con una mejor visión del tráfico y de los coches que le rodean. Esta característica gustará a determinado tipo de conductores, mientras que a otros, a los que prefieren estar más hundidos en el puesto de conducción, no les terminará de convencer.Un detalle que se ha mejorado con la introducción de esta nueva mecánica es la inclusión de un mini-reposapié a la izquierda del pedal del embrague. Tras las críticas por la incomodidad que suponía carecer de este elemento, sobre todo en los viajes largos y en apoyos en curva, la incorporación del mismo, aunque no soluciona en su totalidad el problema sí que mejora la comodidad del conductor. También la mayor altura del vehículo y su aspecto robusto proporcionarán un plus de seguridad, más subjetiva que otra cosa, a los conductores, sobre todo si estos son primerizos o temerosos del tráfico. Esta mayor distancia respecto al suelo frente a un Fiesta no tiene una incidencia demasiado negativa en el comportamiento del vehículo, como cabría pensar a priori, y además mejora la circulación por caminos. Se ha bajado el centro de gravedad y su tacto es de un turismo convencional, no el de un monovolumen.