Ford Fiesta 1.6 TDCI Coupé Sport Vodafone 3p

Con lo competido que está el mercado de los “pequeños", no es de extrañar que proliferen los acabados y versiones especiales. Probamos un seductor Fiesta Coupé Sport Vodafone que mezcla estilo, condiciones dinámicas y un motor que no gasta nada y tiene mucho carácter.

Ford Fiesta 1.6 TDCI Coupé Sport Vodafone 3p
Ford Fiesta 1.6 TDCI Coupé Sport Vodafone 3p

Hay en el mercado español una durísima pugna por controlar el segmento utilitario, uno de los más jugosos. Como ya no vale con los modelos “a secas", menudean las versiones especiales: Seat Ibiza Sportrider, Toyota Yaris Expo, Peugeot 206 MP3… Se trata de enganchar como sea a los compradores.

A fuerza de competir en esa batalla, Ford ha ido afinando su modelo Fiesta, uno de los súperventas del país con 3.097 coches vendidos en febrero.
En plena madurez, se nota que el Fiesta ya está en unos niveles más que interesantes. Poco a poco, se ha pulido su comportamiento dinámico, se ha mejorado la oferta de motores y, sobre todo, se ha realizado un importante esfuerzo en los acabados y equipamientos disponibles. Fruto de ese trabajo sobre la gama es este divertido Fiesta 1.6 TDCI Coupé Sport Vodafone, que sale por 15.330 euros. La nueva versión destaca por el equilibrio que se logra entre dinamismo, motor eficaz y ahorrador, equipamiento y estética. Desde luego, hoy por hoy, es una de las opciones Diesel más atractivas dentro del segmento de los utilitarios.Claro, lo que más llama la atención al ver este coche es su impactante imagen deportiva, asociada a este acabado Vodafone. Para empezar, los ojos se van a las dos bandas blancas adhesivas que cruzan morro, techo y trasera destacando sobre el color rojo vivo de la carrocería. Esas líneas son parte del denominado “paquete GT", que integra la dotación de los Vodafone. Además, suponen toda una declaración de principios, un grito a los gustos más radicales de los compradores.Después, el acabado Sport pone las llantas de 16 pulgadas, el pequeño alerón sobre el portón trasero, las enormes tomas de aire delanteras con trama de panal de abeja y el remate del parachoques trasero, tan “rácing".Ya en 2004, Ford firmó un acuerdo con Vodafone, la compañía de telefonía móvil, para lanzar una versión del Focus equipada con manos libres Bluetooth. El Fiesta es el continuador de aquel acuerdo.
Se ha elegido la versión Sport por su contenido deportivo y por lo mucho que se parece a la ST, la más radical de todas las variantes del Fiesta. Los motores disponibles son siempre los TDCI en las variantes de 100 y 90 CV, que es la que nos ocupa, aunque se ofrece el kit como opción para el resto de los Fiesta.
Comprar este coche supone pagar 340 euros sobre lo que cuesta un Fiesta Sport normal, pero Vodafone agrega un teléfono móvil Nokia 6630 que puede funcionar como navegador por satélite y el ya conocido sistema de manos libres Bluetooth.
Este sistema es interesante, pues nos permite recibir y hacer llamadas sin tocar el teléfono. Dos botones colocados en un módulo al lado de la palanca de cambios sirven como mandos del teléfono, mientras que un pequeño micrófono colgado del techo recoge nuestra voz. La voz entrante se oye por los altavoces del coche. Además, el conjunto reconoce nuestras órdenes, con lo que podemos utilizar el teléfono simplemente hablando “con él".
Por el precio también se incluyen los elementos del paquete GT, que tiene en las llantas y las bandas blancas de la carrocería sus integrantes más reconocibles. En realidad, de puertas para adentro, la inyección de deportividad que aporta el acabado Sport Vodafone se matiza mucho. Quedan algunos detalles del “paquete GT", como los cristales oscurecidos, los remates rojos de la tapicería y unos pocos remates cromados aquí y allá y, muy discretos, los elementos del equipo de comunicaciones por Bluetooth, que es la aportación de la telefónica Vodafone a este coche. Por lo demás, la factura no ha cambiado gran cosa. Hay en esta versión una consola central que lleva la parte inferior lacada en un vistoso negro brillante, pero poco más que destacar. Eso sí, los plásticos del salpicadero siguen siendo igual de duros que antes, los ajustes no son del todo exactos y hay gomas que vendría bien mejorar.Tenemos que celebrar la incorporación –por fin- de un reposapiés para el pie izquierdo, que no estaba en los primeros Fiesta y se echaba de menos. El que han puesto no es del todo bueno, pero algo es algo.

En cuanto a la habitabilidad, el Fiesta Coupé sigue sin ser de los mejores de la categoría, pero tampoco es de los peores. Las plazas delanteras, con asientos de corte deportivo, son correctas y sujetan bien (si acaso algo duras y cortas las banquetas), mientras que las traseras son muy escasas para tres personas y bastante justas para dos. El maletero, correcto, no destaca tampoco por su capacidad. Desde luego, la configuración de tres puertas no ayuda mucho a mejorar este apartado, porque la carrocería coupé tiene líneas más tensas y cerradas, con lo que se recorta bastante hueco al habitáculo.

Otro punto que no nos ha gustado es del aislamiento. A pesar de que el motor TDCI no es especialmente ruidoso, al habitáculo se cuela mucho ruido. En principio, parece provenir más de la aerodinámica y de los generosos neumáticos, pero, en cualquier caso, es bastante molesto La carrocería de tres puertas, que en Ford llaman –con cierta pompa- coupé, da al coche un aire mucho más alegre y deportivo. Sin embargo, tiene sus pegas, que se traducen, básicamente, en pérdidas de espacio en el habitáculo. La nueva línea en cuña que imprime este formato va rematada por un techo de corte descendente. Esta curva más marcada hace que se pierdan 3 centímetros de altura libre al techo en las plazas traseras con respecto a los 5 puertas: 89 en nuestro protagonista, 92 en la otra carrocería.
A cambio, al ser algo más ancho por la línea de cintura, se ganan seis centímetros para los hombros, con lo que las plazas traseras son bastante anchas. Pero donde más se pierde es en el maletero, que pasa a tener 290 litros, 70 menos que el 5 puertas, según los datos de nuestro Centro Técnico. En el maletero también es criticable la falta de huecos donde dejar objetos pequeños: no hay forma de sujetarlos y se pasan el tiempo dando tumbos. Con esta aparatosa denominación de Sport Vodafone, que mezcla la variante deportiva con la tecnología Bluetooth, el Fiesta da un paso adelante en cuanto a equipamiento.En la dotación de serie se incluye el doble airbag delantero, ABS, llantas de aleación de 16 pulgadas, equipo de sonido y asientos y volante con regulación de altura. También hay parachoques en el color de la carrocería, un llamativo spoiler trasero, retrovisores eléctricos y calefactables y radio con CD y mandos en el volante.
Pero, claro, el elemento estrella de esta versión es el Bluetooth, que permite hablar por teléfono móvil sin tener siquiera que tocarlo.Para completar el equipamiento, se puede recurrir a las opciones. Por un lado, hay un pack de seguridad que, por 420 euros, nos coloca los airbags laterales y de cortina. Si optamos por el confort, podemos elegir otro pack, el Sport, que monta aire acondicionado y cargador de CD por 900 euros más.

Después, hay muchas “piezas sueltas": el sensor de aparcamiento (350 euros), las lunas atérmicas (210 euros), la pintura metalizada (210 euros), la tapicería de cuero (900 euros) y el techo practicable (600 euros). Como se ve, todavía se pude personalizar mucho más el coche. Eso sí, a costa de encarecerlo mucho. Hay en el mercado español una durísima pugna por controlar el segmento utilitario, uno de los más jugosos. Como ya no vale con los modelos “a secas", menudean las versiones especiales: Seat Ibiza Sportrider, Toyota Yaris Expo, Peugeot 206 MP3… Se trata de enganchar como sea a los compradores.

A fuerza de competir en esa batalla, Ford ha ido afinando su modelo Fiesta, uno de los súperventas del país con 3.097 coches vendidos en febrero.
En plena madurez, se nota que el Fiesta ya está en unos niveles más que interesantes. Poco a poco, se ha pulido su comportamiento dinámico, se ha mejorado la oferta de motores y, sobre todo, se ha realizado un importante esfuerzo en los acabados y equipamientos disponibles. Fruto de ese trabajo sobre la gama es este divertido Fiesta 1.6 TDCI Coupé Sport Vodafone, que sale por 15.330 euros. La nueva versión destaca por el equilibrio que se logra entre dinamismo, motor eficaz y ahorrador, equipamiento y estética. Desde luego, hoy por hoy, es una de las opciones Diesel más atractivas dentro del segmento de los utilitarios.Claro, lo que más llama la atención al ver este coche es su impactante imagen deportiva, asociada a este acabado Vodafone. Para empezar, los ojos se van a las dos bandas blancas adhesivas que cruzan morro, techo y trasera destacando sobre el color rojo vivo de la carrocería. Esas líneas son parte del denominado “paquete GT", que integra la dotación de los Vodafone. Además, suponen toda una declaración de principios, un grito a los gustos más radicales de los compradores.Después, el acabado Sport pone las llantas de 16 pulgadas, el pequeño alerón sobre el portón trasero, las enormes tomas de aire delanteras con trama de panal de abeja y el remate del parachoques trasero, tan “rácing".Ya en 2004, Ford firmó un acuerdo con Vodafone, la compañía de telefonía móvil, para lanzar una versión del Focus equipada con manos libres Bluetooth. El Fiesta es el continuador de aquel acuerdo.
Se ha elegido la versión Sport por su contenido deportivo y por lo mucho que se parece a la ST, la más radical de todas las variantes del Fiesta. Los motores disponibles son siempre los TDCI en las variantes de 100 y 90 CV, que es la que nos ocupa, aunque se ofrece el kit como opción para el resto de los Fiesta.
Comprar este coche supone pagar 340 euros sobre lo que cuesta un Fiesta Sport normal, pero Vodafone agrega un teléfono móvil Nokia 6630 que puede funcionar como navegador por satélite y el ya conocido sistema de manos libres Bluetooth.
Este sistema es interesante, pues nos permite recibir y hacer llamadas sin tocar el teléfono. Dos botones colocados en un módulo al lado de la palanca de cambios sirven como mandos del teléfono, mientras que un pequeño micrófono colgado del techo recoge nuestra voz. La voz entrante se oye por los altavoces del coche. Además, el conjunto reconoce nuestras órdenes, con lo que podemos utilizar el teléfono simplemente hablando “con él".
Por el precio también se incluyen los elementos del paquete GT, que tiene en las llantas y las bandas blancas de la carrocería sus integrantes más reconocibles. En realidad, de puertas para adentro, la inyección de deportividad que aporta el acabado Sport Vodafone se matiza mucho. Quedan algunos detalles del “paquete GT", como los cristales oscurecidos, los remates rojos de la tapicería y unos pocos remates cromados aquí y allá y, muy discretos, los elementos del equipo de comunicaciones por Bluetooth, que es la aportación de la telefónica Vodafone a este coche. Por lo demás, la factura no ha cambiado gran cosa. Hay en esta versión una consola central que lleva la parte inferior lacada en un vistoso negro brillante, pero poco más que destacar. Eso sí, los plásticos del salpicadero siguen siendo igual de duros que antes, los ajustes no son del todo exactos y hay gomas que vendría bien mejorar.Tenemos que celebrar la incorporación –por fin- de un reposapiés para el pie izquierdo, que no estaba en los primeros Fiesta y se echaba de menos. El que han puesto no es del todo bueno, pero algo es algo.

En cuanto a la habitabilidad, el Fiesta Coupé sigue sin ser de los mejores de la categoría, pero tampoco es de los peores. Las plazas delanteras, con asientos de corte deportivo, son correctas y sujetan bien (si acaso algo duras y cortas las banquetas), mientras que las traseras son muy escasas para tres personas y bastante justas para dos. El maletero, correcto, no destaca tampoco por su capacidad. Desde luego, la configuración de tres puertas no ayuda mucho a mejorar este apartado, porque la carrocería coupé tiene líneas más tensas y cerradas, con lo que se recorta bastante hueco al habitáculo.

Otro punto que no nos ha gustado es del aislamiento. A pesar de que el motor TDCI no es especialmente ruidoso, al habitáculo se cuela mucho ruido. En principio, parece provenir más de la aerodinámica y de los generosos neumáticos, pero, en cualquier caso, es bastante molesto La carrocería de tres puertas, que en Ford llaman –con cierta pompa- coupé, da al coche un aire mucho más alegre y deportivo. Sin embargo, tiene sus pegas, que se traducen, básicamente, en pérdidas de espacio en el habitáculo. La nueva línea en cuña que imprime este formato va rematada por un techo de corte descendente. Esta curva más marcada hace que se pierdan 3 centímetros de altura libre al techo en las plazas traseras con respecto a los 5 puertas: 89 en nuestro protagonista, 92 en la otra carrocería.
A cambio, al ser algo más ancho por la línea de cintura, se ganan seis centímetros para los hombros, con lo que las plazas traseras son bastante anchas. Pero donde más se pierde es en el maletero, que pasa a tener 290 litros, 70 menos que el 5 puertas, según los datos de nuestro Centro Técnico. En el maletero también es criticable la falta de huecos donde dejar objetos pequeños: no hay forma de sujetarlos y se pasan el tiempo dando tumbos. Con esta aparatosa denominación de Sport Vodafone, que mezcla la variante deportiva con la tecnología Bluetooth, el Fiesta da un paso adelante en cuanto a equipamiento.En la dotación de serie se incluye el doble airbag delantero, ABS, llantas de aleación de 16 pulgadas, equipo de sonido y asientos y volante con regulación de altura. También hay parachoques en el color de la carrocería, un llamativo spoiler trasero, retrovisores eléctricos y calefactables y radio con CD y mandos en el volante.
Pero, claro, el elemento estrella de esta versión es el Bluetooth, que permite hablar por teléfono móvil sin tener siquiera que tocarlo.Para completar el equipamiento, se puede recurrir a las opciones. Por un lado, hay un pack de seguridad que, por 420 euros, nos coloca los airbags laterales y de cortina. Si optamos por el confort, podemos elegir otro pack, el Sport, que monta aire acondicionado y cargador de CD por 900 euros más.

Después, hay muchas “piezas sueltas": el sensor de aparcamiento (350 euros), las lunas atérmicas (210 euros), la pintura metalizada (210 euros), la tapicería de cuero (900 euros) y el techo practicable (600 euros). Como se ve, todavía se pude personalizar mucho más el coche. Eso sí, a costa de encarecerlo mucho.