El Ford Focus ST, en circuito

Probamos el Ford Focus ST en circuito y te contamos nuestras conclusiones.

Daniel Cuadrado. Twitter: @DanielCuadradoT

El Ford Focus ST, en circuito
El Ford Focus ST, en circuito

Cuando probé este co­che me pareció tan bueno que incluso dije de él que des­bancaba al anterior Golf GTI de su trono. Ahora llega esta comparativa y queda úl­timo. Pues bien, sigo pensando lo mismo. Su problema está más en los rivales y en el tipo de medición que en él mismo. Es el menos potente y menos radical de los cuatro. Está pensado como un compac­to rápido y ágil sin ser demasiado duro y eso en el circuito se paga. A esto hay que añadir que la unidad que nos dejaron apenas tenía 200 km, algo que le favore­ció bien poco. Aunque es de los más ligeros de los cuatro -y eso que pesa 1.453 kg-, su relación peso potencia de 6 kg/CV es también la más alta de la comparati­va. Con este "currículum" es lógico que haya sido el más lento, aunque te vuel­vo a repetir que no por ello decepciona. Si fuese para rodar en tandas de circuito no me lo compraría, pero como coche de diario me parece una opción interesante.

 

La mejor forma de entender cómo va es poniéndote al volante de nuevo, así que si se te ha pasado ya el "susto" del BMW -impresiona mucho y te hace sudar para sacar el tiempo, y eso que me paso el día haciendo esto- abróchate bien el cinturón que te garantizo que esto se va a mover.

Lo primero que tenemos que hacer es dar unas cuantas vueltas rodando y refri­gerando los frenos, ya que con tan pocos km los discos y pastillas están a estrenar ¿o acaso pensabas que los coches vienen de fábrica ya rodados? El rodaje es para estas cosas también, no sólo pienses en el motor. En el Focus ST desde el principio se aprecia que hay menos potencia que en el resto. Sale más lento y alcanza menos velocidad punta, siendo esta acorde con su poten­cia. El bastidor peca un poco de blando pero gira de atrás de maravilla. Su velo­cidad de paso por curva es más lenta que la de Astra y Mégane -ambos llevan au­toblocante mecánico- y ligeramente su­perior a la del BMW.

 

Vamos a por la curva. Llegas más lento que en el resto, pero ojo que no vas nada despacio. Es estable en la frenada aunque habrás notado que le falta un poco más de rodaje a los frenos por la falta de mor­diente. Llevas el control de estabilidad desconectado, recuérdalo. Te deja frenar en apoyo pero cuando lo haces con brus­quedad la trasera se descoloca ¡bienveni­da sea! Pero ten cuidado no te pases de velocidad de entrada o tendrás que co­rregir con la dirección más que en Astra y Mégane. La dirección te gusta, si bien no tiene la precisión deportiva vista en sus rivales, algo que en carretera abier­ta ni apreciarás. Si vienes de una zona lenta sin apenas velocidad y fuerzas de­masiado la dirección aparece el subvira­je, en cambio si vienes rápido en cuanto entras descolocas la zaga a tu gusto.

 

Con ello redondeas la curva de atrás e inme­diatamente abres gas con mimo para no quedarte parado perdiendo tiempo. No tracciona nada mal, si bien tienes que es­tar muy atento. Aunque deportivo y po­tente, en el fondo es un tracción delantera sin autoblocante. El cambio te acompaña con deportividad y el bonito sonido de su resonador lo envuelve todo. En esta me­dición habría mejorado con una unidad con un poco más de rodaje, pero tampo­co mucho más. Al final queda último en el tiempo por vuelta pero, como te decía al principio la sensación que te queda no es de haberte aburrido o haber sufrido. Está donde le corresponde por potencia y pretensiones.

Supercomparativa GTI