La favorable acogida del Matiz desde su lanzamiento, en 1998, -así lo atestiguan más de 500.000 unidades vendidas en Europa, según las cifras ofrecidas por Daewoo- ha impulsado a sus creadores para dar una vuelta de tuerca al modelo y añadir un nuevo propulsor a la gama: el 1.0, que, desde ahora, ofrecerá a su conductor el buen sabor de sus 63 CV.
El fabricante coreano ha elegido un motor de cuatro cilindros y origen Suzuki –presentado en el Salón de Bolonia en diciembre- para que sirva como escalón superior a la mecánica de tres cilindros y 0,8 l ya existente. Respecto a su “hermano pequeño", el nuevo propulsor ofrece 12 CV más, una velocidad máxima de 152 km/h –frente a los 142 km/h del 0.8- y una aceleración mayor, según anuncia la marca.
La mejora de las prestaciones también ha estado propiciada por el contenido incremento del peso del Matiz: esta “ración extra" de potencia sólo ha hecho que el minivolumen de Daewoo “engorde" 20 kg, por lo que se pueden conseguir cifras –sobre el papel- de 14,2 s para pasar de 0 a 100 km/h.
En la práctica, estas cifras se traducen en un propulsor con un funcionamiento agradable, que empuja de manera uniforme y que permite al conductor abandonar los límites de la ciudad (el entorno en el que el Matiz se encuentra más cómodo) para internarse en las carreteras y autopistas. En este terreno comienzan a verse sus limitaciones –no olvidemos que estamos hablando de un motor con 1.000 cm3-, pero los adelantamientos o repechos no amedrentan al pequeño de Daewoo, capaz de alcanzar y mantener velocidades cercanas a su máxima sin dar la sensación de estar forzando excesivamente la mecánica. Cuando se marcha a buen ritmo, se acusa demasiado la rumorosidad del propulsor, que, si bien ha mejorado respecto a la versión de tres cilindros, resulta algo molesta. Sin embargo, es un excelente indicador del régimen del motor –pues el Matiz no posee cuentarrevoluciones- e irá marcando con bastante precisión cuándo debemos cambiar de marcha. Una palanca de recorridos cortos facilita la tarea de ir pasando de una a otra relación, una operación que realizaremos con mucha frecuencia en carreteras reviradas, donde es necesario recurrir al cambio continuamente si queremos mantener un ritmo constante.En este tipo de vías, las suspensiones hacen gala de un tarado bien escogido, pues, aunque están pensadas para favorecer la comodidad de los ocupantes, permiten que el conductor afronte las curvas a una velocidad mayor de la que puede suponerse en un principio. Sin embargo, la sensación de seguridad se incrementaría con unos neumáticos más anchos (la nueva versión monta 155/65 sobre llanta de 13 pulgadas, que ya estaban presentes en el 0.8 SE) y con una dirección algo más firme: el volante apenas opone resistencia ante la mínima insinuación que se haga sobre él, lo que resulta muy cómodo para realizar maniobras en ciudad, pero, a la hora de corregir la trayectoria en una curva -si ésta se cierra o varía su radio, etc- la excesiva suavidad con la que se maneja puede llevarnos a dar un giro mayor del que en realidad necesitamos.