La visibilidad desde el puesto de conducción es algo limitada. Hacia atrás, el diseño de la luna reduce la vista, ya que la inclinación y la superficie impiden un amplio ángulo de visión. En cuanto a los espejos retrovisores, son pequeños. A pesar de la escasez de detalles, el manejo del derecho se hace a través de un mando eléctrico. El asiento del conductor tiene un diseño bastante bueno, aunque en curvas la sujeción deja bastante que desear. En cuanto a la comodidad, se puede hablar de que el conductor se encuentra con una banqueta dura que se regula hacia delante y hacia atrás, no en altura, una carencia que se ve suplida por la posibilidad de situar el volante más arriba o más abajo. El conductor, además, percibe unos diseños algo antiguos, aunque la situación de los mandos es bastante lógica. Los botones presentan un tacto gomoso y por la noche hay mandos que no se ven.
El espacio de los pedales es pequeño, nada adecuado para pies grandes. De hecho, en mi caso, es ideal, pero sin perder de vista que calzo un 38. El paso de rueda es cómodo. El cambio tiene un recorrido corto, lo que, dada la cantidad de veces que hay que recurrir a él, se agradece. Sin embargo, la sensación que transmite es algo mecánica.
Como ya mencionamos antes, el Lanos es un vehículo con un precio muy ajustado y es en el interior y en los acabados donde más se deja ver el ahorro de costes. Los acabados tienen un aspecto plasticoso, pero resistente. No es el caso de los que aparecen en el maletero, donde hay desajustes de todo tipo en los acabados y la bandeja que lo cubre resiste poco más que el peso de un par de abrigos. Por otra parte, el maletero, con una capacidad de 340 litros, ofrece la misma capacidad que sus rivales, aunque con 10 litros menos que el Mégane. Los asientos traseros cuentan con tres cinturones de seguridad, dos con tres puntos de sujeción y uno, el central, con dos. Hay dos reposacabezas y el tamaño es más bien reducido.
El equipamiento de serie del SX cuenta con dos airbags y el ABS, mientras que el Renault, además, ofrece el aire acondicionado. El León tampoco ofrece de serie el aire acondicionado (que cuesta 961,62 euros, unas 160.000 pesetas), pero, además, cobra por el sistema de ayuda a la frenada 476,76 euros (casi 80.000 pesetas), lo que le diferencia más en cuanto a precio del coreano. Así, el Lanos 2.5 de 5 puertas con acabado SX cuesta 11.779,84 euros (1.960.000 pesetas), el Renault Mégane 1.6 16v, 13.700 euros (2.320.000 pesetas), y el Seat León 1.6 Stella, 13.700 euros más los 476,6 ? del ABS, es decir, 14.176,6 euros (2.360.000 pesetas). En cuanto a opciones, el Daewoo ofrece el aire acondicionado por 961,62 euros, lo mismo que el León.
Lo cierto es que, a la vista de los precios, el Lanos es el único que se queda por debajo de los dos millones de pesetas (11.779,84 euros), un dato muy a tener en cuenta para los que busquen un vehículo urbano con más capacidad que los más pequeños de las marcas y que les permita hacer pequeños viajes, pero sin que el precio se suba a las nubes.