Daewoo Lacetti 1.6 CDX

El Daewoo Lacetti, el último producto lanzado por Daewoo, es por entero fruto de la nueva etapa de la marca coreana, ahora propiedad de General Motors. Un mayor conocimiento del mercado europeo ha dado como resultado un coche mejor hecho, lleno de aciertos y con un gran precio.

Daewoo Lacetti 1.6 CDX
Daewoo Lacetti 1.6 CDX

El Lacetti, un compacto de dimensiones generosas para su categoría, es un producto orientado directamente a Europa, un continente en el que Daewoo se hace un hueco cada vez más cómodo.

Ahora, de la mano de General Motors, que tiene su bastión europeo en Opel, Daewoo presenta un coche moderno, atractivo de formas, cumplidor en cuanto al comportamiento y bastante bien situado por precio. Es el Lacetti, que en esta ocasión probamos con el motor 1.6 de 110 CV y el acabado CDX.

Los que busquen un coche de buen precio, sin grandes pretensiones pero correcto en todos los apartados, no deberían dejar de pensar en este Lacetti, símbolo de los nuevos buenos tiempos que vive Daewoo.Animado por el motor de gasolina 1.6 de 109 CV (105 CV a 5.530 rpm, según nuestro Centro Técnico), el Lacetti se comporta con gran corrección. No es ningún velocista, ni tampoco un coche deportivo, pero cumple con los objetivos que se marca sin pasar apuros para lograrlo. Se mueve con relativa soltura, sobre todo si acompasamos su trabajo con un buen uso del cambio de velocidades. Este trabajo del conductor es mucho e inevitable. De no hacerlo con atención, pronto nos veremos faltos de fuerza para superar repechos en marchas largas y, sobre todo, para adelantar. El motor responde a un esquema bastante sencillo, de corte más bien picudo. Entrega lo mejor de sí mismo a ritmos altos, con el máximo del par en las 4.250 vueltas, y se estira bien para sus posibilidades. Además, hay que reconocer que tiene un tramo utilizable más bien amplio. Si somos capaces de, tirando de cambio, mantener al motor en esa zona del cuentavueltas, obtendremos un rendimiento más que satisfactorio. En cambio, los bajos no son nada brillantes y la parte más alta del contador tampoco tiene mucho empuje que ofrecer.El cambio, que utiliza unos desarrollos bien escalonados, ofrece la contrapartida negativa de una palanca torpe y mal ajustada. Su manejo es lento, espeso, con recorridos muy largos y llenos de obstáculos.La parte mala del motor es su veteranía. Es una máquina que ya no se puede considerar moderna, y eso se nota. Lo veremos a la hora de repostar, porque nos daremos cuenta de que su consumo de 8,8 litros de media a los 100 km/h esconde una sed insaciable. Y también lo notaremos en lo ruidoso que es, algo que se aprecia todavía más por culpa de una insonorización que, todavía, no es del todo un estándar europeo. Cierto carácter desabrido y algo tosco viene a subrayar lo que decimos.

El resultado final es un motor que mueve al Lacetti bien, sin grandes alardes, pero con facilidad. No hay que pedirle grandes velocidades de crucero, sobre todo si llevamos el coche cargado, pero tampoco es una tortuga. Este talante nos parecerá el más indicado para este coche una vez que hayamos visto cuál es su comportamiento dinámico. Sigue leyendo…Con el Lacetti 1.6, la marca coreana no ha querido ofrecer un vehículo que rivalice en deportividad con nadie. Y no es que el coche no tenga posibilidades, pero es que la combinación de motor y bastidor no invita a las aventuras, sino a la tranquilidad, al rodar cómodo y agradable y al viaje sensato.Por ejemplo, cuando se adentra en carreteras más complicadas, el Lacetti muestra un carácter más bien prudente. En Daewoo han empleado una plataforma muy amplia, con una batalla larguísima para un compacto (2,6 metros), lo que confiere al coche una base de trabajo muy buena para buscar la estabilidad. Sobre este bastidor se ha montado una suspensión con amortiguadores bastante firmes. Gracias a esta mezcla, el resultado es un comportamiento muy neutral y noble, con cierta tendencia a subvirar al límite pero muy fácil de corregir levantando el pie del acelerador.
Si los muelles fueran también un poco más sólidos, se podría hablar todavía de un coche bastante más ágil, pero, sin ser la “tabla" que podría ser (o que nos gustaría), está a siglos del tacto “blandito" y poco preciso de anteriores modelos de Daewoo. Se puede ir bastante rápido con él, aunque, la verdad, hay que exprimir bastante el motor y el cambio para que el Lacetti nos emocione. El buen trabajo del bastidor está además apoyado por un sorprendente equipo de frenos. Decimos sorprendente porque son unos frenos que funcionan mejor a plena carga, cuando más se les exige. Esto, según hemos podido saber, se debe al tipo de líquido que lleva su circuito hidráulico. En Daewoo han elegido un líquido de especificaciones casi de competición, una elección que da un resultado muy bueno, con frenadas de gran mordiente cuanto más calientes están los frenos. Esto tiene un efecto colateral con el que hay que contar: en frío puede parecer que los frenos muerden poco y, hasta que se calienten, nos obligarán a pisar con más intensidad de lo normal. Los datos de nuestro Centro Técnico son claros: la primera frenada desde los 140 km/h se prolongó 90 metros, mientras que a la tercera el coche se detenía ya en sólo 73 metros. Es una pena que no haya ESP disponible, porque, con este elemento, el conjunto del bastidor todavía sería más solvente y esos frenos, raros y eficaces, irían mejor acompañados.Entonces, como éste no es un modelo pensado para la deportividad, sino para la eficacia, habrá que reconocer que es muy cómodo cuando se viaja con tranquilidad y que, por tanto, cumple con su objetivo. En carreteras fáciles y autovías, la suspensión proporciona un alto nivel de confort a los ocupantes, que, como veremos, disfrutan también de un generoso habitáculo. Otra ventaja extraída de la batalla larga.