Comparativa: VW Golf GTi vs GTD, en guardia

GTi, especializado en fuego a corta distancia. GTD, eficaz en largo alcance. Volkswagen tiene en su poder una de las escuadras más eficaces, dos Golf que arrasan en equipo pero que hoy, aquí, los hemos convertido en máximos rivales.

Raúl Roncero. Fotos: Arturo Rivas

Comparativa: VW Golf GTi vs GTD, en guardia
Comparativa: VW Golf GTi vs GTD, en guardia

Hay cosas que no cambian con el tiempo. El Golf GTI es una de ellas. Salvo un par de excepciones corregidas a tiempo, cada una de las seis generaciones anteriores ha interpretado a la perfección el concepto que él mismo inventó: deportividad en equilibrio sobre un formato concreto de carrocería. Fueron los otros los que intentaron darle un giro a esta visión y sistemáticamente se empezó –o empe- zamos– a llamar GTi a todo compacto movido por un buen puñado de caballos y suspensiones "de acero", cuando en realidad rozan o superan esa radicalidad de la que siempre ha huido el Golf, con GTi´s tan afinados y rápidos como para convertirse en rival natural de aquellos. Ahora vuelve de nuevo desdoblando la oferta en el genuino GTi y el que desde hace años viene siendo uno de sus rivales más duros de roer, el GTD. Y siguen sin cambiar demasiado las cosas.

 

Evolución natural. Creo que el motor Diesel manifiesta más y mejor sus evoluciones que el de gasolina en términos de prestación y tacto y por ello podemos hablar ahora de un cruce de caminos. Pero el GTi, el auténtico, estrena también un nuevo corazón que le da alas para volar, como siempre, casi a ritmo de los que son algo más que un GTi en la competencia. Ya ha logrado este motor tener los mejores consumos que imaginarías para un coche de 220 CV que corre como lo hace él; y también hoy tiene el TDi un tacto, respuesta y sonido que casi se corresponde con el de un motor de la otra acera. Idénticos en chasis, frenos, acabados, posibilidades de equipamiento. Distinguibles por sus logos, las franjas que rematan la calandra —siempre rojo el GTi y gris en el GTD, motivos que se repiten en el interior— y ubicación de escapes. Tienes hoy una opción para que hacer resonar la línea del GTD con tal garra y genio hasta el punto de confundirlo con el de gasolina, con tan fino ralentí como para que tu corazón no bombee una gota más de sangre de lo debido al ponerlo en marcha. Luego, ya es otro cantar.

 

 

Zona aeróbica. Pulmones para que no falte oxígeno... Al motor. Llega una culata con inyección directa-indirecta al GTi además de nuevos variadores de fase, mientras que el TDi es de los pocos Diesel con distribución variable, beneficio también para las emisiones contaminantes. También son nuevos los bloques —más delgados— y muchos otros periféricos, incluyendo Stop&Start o DSG con función inercia. Bueno antes el TSi, ahora es todavía más dul­ce y refinado al trote a bajas vueltas y más explosivo a la carrera. Elástico como una goma, entrega caballos haciéndote ver que los tiene de verdad estirando casi hasta el infinito, y no por el alto régimen al que llega, sino porque sale desde el subsuelo con absoluta regularidad de giro y empuje. Todo acompaña­do de esa buena gama de rugidos.

 

 

Es parte del juego, o al menos yo soy de esa opinión. Aún yendo a comprar el pan a la es­quina el GTi te pone los pelos de punta, algo que tal vez no te ocurra con el GTD. Como contraprestación, los más de 40 mkg del Diesel te hacen sentir también todopoderoso, pero en otra dimensión. Gran refinamiento para ser un Diesel aunque hay alguna aspereza en sus man­dos, discreto sonido desde dentro al subir de vueltas, el DSG no parece tan rápido como en la versión de gasolina aunque el tránsito de marchas sea fulminante y rango de uso, claro está, mucho más limitado. Es tanta la fuerza que desarrolla hasta 4.500 rpm que a partir de ese régimen parece que se agota, cuando al GTi le queda aún pulmones, pero creo que no hace fal­ta que entremos en este tipo de detalles.

 

 

Muy rápido, o más rápido aún. Hay considerable cifra de caballos entre ellos. Los suficientes como para que el GTi, otra vez, parezca correr más de lo que tiene que correr un GTi con ese equilibrio que proclama VW... En la práctica se merienda a todo un Focus ST de 250 CV, tal vez, con el que más en común tiene el de VW. Pero no te equivoques, el GTD, en el día a día, es “mucho GTi” por lo explosivo y ágil que es, creo que más aún en versiones de cambio manual y esa típica conducción de sexta al ritmo de otros, ganando más velocidad en menos metros que el gasolina, y eso es correr mucho para un Diesel... Aunque transmitiendo menos emociones. Claro que, también hay más factores. Milagros pare­ce haber hecho VW para que el GTi gaste tan poco en carretera, pero entre TSi y TDi sigue sin haber color, sobre todo cuando el GTi pre­tende justificar su mayor potencia. Grave error hacerlo teniendo enfrente al GTD, porque te va a desfondar en un par de centenas de kilómetros.

 

 

Matices. Mismo chasis y puesta a punto, con la ligereza y parabienes que implica la plataforma MQB. De estreno ahora, dirección de radio variable, evolución del diferencial electrónico, ESP sin posible desconexión total. Deliciosa las mane­ras en las que ambos filtran, aunque siento al GTD un poco más retenido de amortiguación cuando en reali­dad no hay exceso de kilos en su tren delante­ro para imponen mayor firmeza. Puede derivarse de la goma, de diferente marca en ambos, las mismas que también han impuesto una ventaja en frenada: bien el GTi, sobresaliente, tanto como  cualquier  Porsche, el GTD. De nuevo, todo es no­bleza, pero con raza, y mucha.

 

De vuelta a las sensaciones. Para mi, el GTD es tan ligero como el GTI entre curvas y cambios de apoyo, siempre con movimientos de cuerpo milimétricos, bien atados de atrás y muy inci­sivos de delante aunque sigue predominando el subviraje si no aprovechas los recursos que te dan ambos coches. Gran ayuda por cierto la nueva dirección variable, de las que coges el hilo en apenas cien metros de curvas para en­hebrar entre ellas sin el más mínimo sudor de manos. Tanta es la confianza y seguridad que transmite que pronto te verás subiendo un ni­vel tu conducción. Y es entonces cuando pue­den empezar a aparecer esos matices en los que el motor vuelve a entrar en acción.

 

 

Aprovecha el trabajo que VW ha echo por ti: su diferencial XDS no será tan eficaz como uno mecánico, pero funciona bien, ayuda a ce­rrar el giro si anticipas aceleración. La más progresiva entrega de par del TSi hace que el GTi se preste mejor a este estilo. De otro lado, el ESP Sport admite una pequeña colaboración del tren trasero, pero es tal el agarre que para deslizar de verdad tienes que ir tan rápido como para dejar al control estabilidad sin pun­tos de pivote, y te verás entonces deslizando de las cuatro ruedas a la vez. Parece entonces que el GTD destina todas las reservas del servo­freno al propio control de estabilidad y te deja esos milisegundos sin tacto de pedal que te pa­recen eternos, pero hablamos de situaciones de circuito, para lo que no están del todo prepara­dos. De vuelta a la vida real... Equilibrio para uno y otro, milagrosas cifras de consumo en gasolina si conduces tranquilo, pero sobre todo las del Diesel aunque lleves siempre hundido el acelerador. A sensaciones creo que no hay duda: el GTi es el caballo ganador. ¡Pero te sería casi imposible dejar atrás a un GTD!

 

 

 

ACELERACIÓN. 36 definitivos caballos que se traducen en dos segundos en la aceleración larga, los 1.000 metros, un mundo cuando hablamos de 28 segundos para el GTD en este ejercicio. 

 

FRENADA. Mismos discos, diferentes ruedas. Creo que son las que han permitido al GRD frenar como todo un Porsche. Buen aguante en ambos, pero recuerda que sobrecalientas frenos también en aceleración con la actuación del autoblocante electrónico XDS .

 

SONORIDAD. ¿Cantidad o calidad? Creo que no hay discusión en este sentido: cuando echas a rodar el precioso sonido del GTi y sus continuas explosiones de escape te enamoran más que el aséptico, filtrado y silencioso Diesel

 

ADELANTAMIENTO. Veloces. Pero vuelven a reflejar estos dados más aceleración que recuperación al actuar sus cambios DSG. Sacados a medio régimen con marcha fija, el GTD tiene mucho que decir.

 

POTENCIA Y PAR. De goma. El GTi parece infinito, por cómo y cuánto sube de vueltas, pero especialmente porque lo hace desde prácticamente el ralentí. En el GTD, su poco común distribución variable no ha logrado mejores subidas de vueltas, aunque el rendimiento es incuestionable.

 

CONSUMOS. No hace falta que saques la calculadora. Con idéntico precio de adquisición, con el también rapidísimo GTD cuesta menos cada kilómetros. Pero hay que darle el valor que tienen las excepcionales cifras del GTi. Todo un mérito

 

DIMENSIONES Y PESOS. Deportivos, pero también familiares. Por "usabilidad", no discrimina estos Golf a la familia. Idéntico espacio interior que los Golf normales, con sus virtudes en cuanto a espacio interior en las plazas traseras, pero con menos maletero que la media.