Comparativa: Toyota Prius vs BMW 316d y Mazda 6 SkyActiv G-145

Es la eterna cuestión: ¿gasolina, híbrido o Diesel? Dar en el blanco es más fácil de lo que te imaginas, todo es cuestión de los kilómetros qué haces y dónde los haces. Aquí va una pequeña ayuda en forma de comparativa de tecnologías.

Daniel Cuadrado. Twitter: @DanielCuadradoT. Fotos: Israel Gardyn.

Comparativa: Toyota Prius vs BMW 316d y Mazda 6 SkyActiv G-145
Comparativa: Toyota Prius vs BMW 316d y Mazda 6 SkyActiv G-145

Si antes era complicado elegir entre gasolina o Diesel, ahora que además tenemos co­ches eléctricos e híbridos la de­cisión de compra se complica to­davía más. Para una utilización completa, es decir, desde moverse por la atasca­da ciudad a viajar hasta donde se nos antoje, los eléctricos que hay en la actualidad no sirven. Su limpia pero justa autonomía, de unos 120 km de media, les impide de momento alejarse mu­cho de la urbe, por lo que para esta comparativa directamente los hemos descartado. En nuestra redacción logramos con el Renault Zoe una autonomía de 264 km, todo un récord en un eléctrico real, pero todavía no es suficiente para viajar. Nos centramos así entre gasolina, Diesel e híbrido. Para ello escogemos tres modelos, que si bien por concepto no son muy comparables entre sí, aportan cada uno una muy buena eficiencia en­tre los de su misma tecnología.

 

Toyota Prius vs BMW 316d y Mazda 6 SkyActiv G-145Supongo que estarás conmigo en que sería difícil encontrar un comprador que dudase en­tre BMW, Mazda y Toyota, marcas tan separa­das por su categoría y precio, que no por tecnología o calidad. Un Mazda 6 podría pelear en tu mente contra un BMW Serie 3 con muy buenos argu­mentos, todo es cuestión de precio, motor, aca­bado y, sobre todo, gustos personales. Sin em­bargo, el Toyota Prius tiene otro tipo de cliente, tanto en precio como en imagen de marca. Olvídate de los modelos en cuestión, es una comparativa en la que llegamos un nivel similar de presta­ciones o rendimiento a través de distintos ca­minos. Dado el precio de los carburantes, quien acude a un coche de estos lo hace en busca de un consumo bajo. Ya sea por ahorrar, por eco­logía o por la comodidad de pasar menos ve­ces por la gasolinera; cualquiera cumple con su cometido a la perfección pero ahora verás que cada uno tiene su propio terreno.

 

El Diesel

BMW 316dNo todo es gastar poco. BMW y su 316d han creado una muy interesante versión de acceso Diesel tanto al modelo como a la mar­ca. Aporta todo el ADN que se espera de BMW, con calidad, muy buena imagen y presentación. Este modelo basa su bajo consumo en un mo­tor Diesel de 2 litros con apenas 116 CV y toda la batería de eficientes medidas (recuperación de energía, periféricos desacoplables, consejos en tiempo real para una conducción eco...) para gastar nada más que lo imprescindible, detalle que logra y con nota.

 

La apuesta en gasolina

 Mazda 6 SkyActiv G-145Al igual que el BMW, el nuevo Mazda 6 busca la eficiencia través de un motor "gran­de". Mientras que la mayoría de las marcas han hecho suya la apuesta por bajar cilindra­da o número de cilindros y compensarlo con la sobrealimentación, Mazda pone en el merca­do un motor de gasolina atmosférico con cuatro cilindros, dos litros de cubicaje y 145 caballos. Tanto si lo conduces como si analizas su rendimien­to sobre el papel te das cuenta de que el famo­so "downsizing" no es algo obligatorio, ya que se puede alcanzar una gran eficiencia sin abu­rrir al personal. No me considero detractor de bajar cilindrada y te aseguro que he proba­do muy buenos motores "pequeños", pero este Mazda me ha gustado tanto que estoy empe­zando a pensar que los fabricantes hacen mo­tores pequeños sólo porque así los pueden meter en más modelos, desde utilitarios a ber­linas, y con ello rentabilizar más... No todo es así pero estoy convencido de que tengo parte de razón en esta "elucubración".

 

El tercer candidato es el híbrido

Toyota PriusHa sido el primer modelo en popularizar esta tecnología. Nosotros incluso le hemos hecho una prueba de 200.000 km y hemos quedado gratamente sor­prendidos por su fiabilidad. Combina un motor de gasolina 1.8 de 98 CV con otro eléctrico inte­grado de 80 caballos. Lleva baterías de hidruro de níquel que autorrecarga con la energía cinéti­ca o el propio motor térmico. Logra una poten­cia combinada de 136 CV y "abusa" siempre que puede del movimiento cien por cien eléctrico, algo que le lleva a consumir muy poco, espe­cialmente a baja velocidad. Esto mismo le otor­ga un agrado de conducción realmente elevado, ya que el sonido mecánico desaparece la mayor parte del tiempo.

 

Probados por separado los tres coches son una maravilla y si quiero gastar poco cualquiera de ellos me vale pero... ¿Y ahora qué? Pues muy sencillo, sólo hay que pensar en qué buscas en tu coche y entonces tendrás tu tecnología ideal. La cla­ve de todo está en la ciudad y los kilómetros que hagas en ella. Siguiendo nuestro protocolo habitual, en el que el 40 por cien­to de los recorridos son en ciudad y el 60 por ciento en carretera, la victoria en consumo medio se la lleva el Prius con 4,4 l/100 km frente a los 4,7 litros del BMW y los 6,3 litros del Mazda. Es una medi­ción estándar de nuestro Centro Técnico, que se aplica a todos los coches por igual para tomarlos como referencia.

 

Ahora bien, me olvido de ella y decido hacer otra prue­ba con menos kilómetros de ciudad y más de carretera. Me hago mi recorrido particular de 68,4 km, todos los días, a la misma hora y lo repito dos veces con cada uno. Hay subida, bajada, llano, curvas y, al final, 10 km en ciudad con tráfico relativamen­te fluido y mis consumos medios son: 3,7 l/100 km en el BMW, 4,1 l/100 km en el Prius y 4,5 l/100 km en el Mazda. Como verás, cambian los datos. El híbrido sigue gastando poco pero ya no es el consumo más bajo. Sigue siendo bueno pero, a medida que hagas menos ciudad y más carretera la diferencia aumentará con respecto al Diesel, mientras que el gasolina hace todo lo contrario. ¿Dónde está el término medio? Ya ves la respuesta, en el Diesel.

 

Hablando de consumos ya se ve que lo equilibrado es el Diesel, que además tiene un gasto menos sensible al tipo de con­ducción que hagas, pero claro, hay más aspectos aparte del consumo. Como el re­finamiento, el agrado de conducción, las prestaciones, el precio o, incluso, la pasión por una tecnología u otra. Los tres han mostrado un nivel prestacional similar; el placer que supone conducir el Mazda y su motor de gasolina atmosférico no lo tie­nen los otros dos. El silencio de marcha del Prius en la ciudad y la sensación que te da de ser un conductor ecológico no lo tienen los otros dos. El menor gasto glo­bal y la menor dispersión en lo que a con­sumos se refiere del BMW no lo tienen los otros dos. Pero llega la hora de dar una tecnología ganadora y no me queda más remedio que rendirme ante la evidencia, el Diesel, por mucha pasión que me pro­duzca un motor de gasolina como el del Mazda. Luego llega la hora de pagarlos y... el BMW se desmarca, pero es que no son coches comparables.