Comparativa: Opel Ampera vs Toyota Prius Plug-in

Mientras llega la tecnología prometida, híbrido con guiños de eléctrico y eléctrico con guiños de híbrido pasan por ser las dos fórmulas que apuntan directamente a la ficción del futuro, pero desde la realidad del presente.

Lorenzo Alcocer

Comparativa: Opel Ampera vs Toyota Prius Plug-in
Comparativa: Opel Ampera vs Toyota Prius Plug-in

La idea del Opel Ampera de ser eléctrico puro durante algo más de media centena de kilóme­tros y a partir de ahí extender su autonomía con un generador de gasolina, me resultó cuanto me­nos “realista” hace casi dos años cuando lo probé por primera vez, pero recuerdo que aun maravillado por cómo funcionaba y las enormes prestaciones de aquel Ampera como coche puramente eléctri­co (hasta 160 km/h y contundentes aceleracio­nes), en su modo de trabajo con autonomía ex­tendida con frecuentes medias de gasolina de 8 l/100 km cuestionaba su fórmula desde un pun­to de vista de eficiencia energética. Ahora sé que aquel Ampera con matrícula alemana era un pro­totipo preserie y que los Opel Ampera de serie se han beneficiado de una optimización de su sistema eléctrico, que les hacen ser mucho más eficientes... y mucho más gratificantes.

Denominación de origen

Por su par­te, el Toyota Prius se ha convertido en una referencia cuando hablamos de coches híbridos y también la propia Toyota lo ha evolucionado con esta nueva variante Plug-in, que le acerca al mundo de los coches eléctricos puros. Otra batería de mayor capacidad de ion de litio y un dispositivo de recarga de 230 voltios (enchufe doméstico), le permite moverse a base de electricidad unos 25 kilómetros (hasta unos 80 km/h) y a partir de ahí, como en un Prius convencional, el motor térmico de gasolina asume mayoritariamente la propulsión, también apoyado o sustituido puntualmente por el motor eléctrico mediante la energía cinemática recuperada. Por cierto, según nuestras mediciones, el Plug-in como híbrido es más eficiente que el Prius normal y de hecho se siente por más momentos eléctrico puro una vez agotada la carga doméstica y parece asistir el motor eléctrico también más al de gasolina, quizá por la aportación de su nueva batería de litio.

Pura coincidencia

Una y otra configuración mecánica te pueden resultar similares, pero Ampera y Prius Plug-in son tan diferentes, como son los planteamientos de cada coche, de cada fabricante. Desde la perspectiva de la eficiencia energética, el Prius es mejor (también es 300 kg más ligero), porque como eléctrico consume algo menos de kilowatios y como híbrido menos gasolina que el Ampera en sus respectivos modos de trabajo. Una carga eléctrica del Prius Plug-in en la red doméstica lleva unas 2 horas y hemos verificado un consumo de 3 kW (80 céntimos de euro, impuestos incluidos, en mi factura de la luz), para una autonomía media de 20 kiló­metros.

Y tras las 5,15 horas que nos ha llevado la carga eléctrica completa del Ampera, hemos verificado un consumo de 12,2 kW (3,3 euros), para una autonomía media urbana de 70 km. No saques la calculadora que lo haré yo por ti: 100 km urbanos en eléctrico en el Prius te costarán 4 euros, por 4,7 en el Ampera. Para mi testimo­nial, porque la calidad de funcionamiento y pres­tación del Ampera está en otra dimensión.


El Ampera es un coche eléctrico de 150 CV y el Prius, como tal, dispone de 82
(como híbri­do de 136 CV). El Prius es mágico por la pro­pia "elegancia" de la propulsión eléctrica, pero el Ampera, además, te gratifica por más tiempo y con una inmensa respuesta que te lleva con las mismas garantías fuera de la ciudad. De he­cho, en el Prius en modo eléctrico una enérgica demanda de aceleración puede llevar a ponerse momentáneamente el motor térmico en marcha para sumar empuje, mientras el Ampera, a base de electricidad, te aseguro que te sentirás siem­pre el más rápido saliendo de los semáforos y el más "pillo" para aprovechar todos los huecos en el denso tráfico, por su impronta e inmensa respuesta de acelerador.

De fin de semana

Agotada la carga do­méstica de la batería, me ha sorprendido esta vez lo agradecido que es el Ampera recuperan­do energía cinemática... sin necesidad de poner­te la gorra de ecológico, de implicado por la cau­sa, como sí te instiga el Prius a hacerlo. Cuántos momentos, cuántos cientos de metros te regala, despreocupadamente por tu parte, de autono­mía eléctrica, el Ampera tras un ligero descen­so, una retención, una suave frenada, etc, tanto en carretera como en ciudad. Sabiendo leer el trazado y la orografía (en ambos se puede re­servar la carga eléctrica para la ciudad si vienes del extrarradio), aunque el Ampera consume más kW, también recupera más y las cuentas pueden volverse a su favor.

El Prius en carretera siempre es un muy buen híbrido, es­pecialmente eficiente, como especialmente pe­culiar. Este Prius es el mejor de todos los Prius, su revisada amortiguación ha mejorado la ca­lidad de rodadura y el molesto resbalamiento de su cambio en aceleración parece menor por una menor sonoridad mecánica y también por­que quizá, efectivamente parece que hay menos resbalamiento, no sé si por el mayor empuje que parece que hay ahora por parte de la batería.


Cuando el Ampera recurre a su motor de ga­solina para generar electricidad, las cosas ya no son tan idílicas, sobre todo en carretera exi­gente, donde también el motor de gasolina con “extraños” regímenes de giro en función a la energía que consumimos, rompe con la uto­pía anterior. Pero no por respuesta de acelera­dor, tan directa y poderosa como para otra vez sentirte en la aceleración corta el más rápido de la carretera.


Sus bastidores siguen ese mis­mo guión y me atrevería a decirte que sus habi­táculos son consecuentes con el planteamiento de cada coche. Bajo, sólido, directo, el Ampera parece una deportiva berlina coupé por formas, ergonomía y sensaciones dinámicas, como el Prius, alto, luminoso, equilibrado, te lleva a un concepto más familiar. Como te decía antes, que ambos consuman kilowatios y octanos, es pura coincidencia