Comparativa: Honda Civic 1.6 i-DTEC vs VW Golf 1.6 TDI

Nunca antes el Civic se lo puso tan difícil al Golf. Con sus eficientes 1.6 Diesel ambos ofrecen consumos de risa, agrado de uso y un alto nivel de confort, pero hay sutiles detalles que inclinan la balanza a favor de uno u otro.

Pablo Mallo

Comparativa: Honda Civic 1.6 i-DTEC vs VW Golf 1.6 TDI
Comparativa: Honda Civic 1.6 i-DTEC vs VW Golf 1.6 TDI

Razones no les faltan para haberse ganado un puesto de honor entre los compactos más aspiracionales, incluso como alternativa a marcas de más alcurnia. El motivo, además de que realmente son coches muy bien hechos, es que ofrecen un plus en su agrado de uso y una conducción que no deja indiferente. Tacto, precisión, confort... todo está tan cuidado que no te da pereza subirte a ellos para realizar cualquier tipo de desplazamiento, ya sea un recado a la vuelta de la esquina o un viaje para poner a prueba sus autonomías de en torno a 1.000 km. Y es que estamos ante dos modelos que consumen muy poco, en los que es fácil ver medias inferiores a 5 l/100 km en el ordenador de a bordo sin necesidad de esmerarte para conseguirlo.

Honda Civic y VW Golf
Y si la séptima edición del Volkswagen Golf ha dado un importante salto hacia adelante mejorando un automóvil con muchas comparativas ganadas a sus espaldas, el Honda Civic estrena en esta novena generación el que quizá sea el mejor propulsor 1.6 Diesel de la actualidad. Precisamente el motor es el punto menos gratificante del Volkswagen Golf 1.6 TDI, aunque no por ello deja de ser la versión más vendida en nuestro país. La economía de uso y su precio de partida lo respaldan frente a otros Volkswagen Golf más sugerentes, pero en determinadas circunstancias llega a sentirse inframotorizado y, sobre todo, menos refinado. Su sonido, sin ser elevado, no es demasiado atractivo, y al abusar de par en torno a 1.600 vueltas llegan algunas vibraciones al volante, sobre todo con el motor frío, aunque es una apreciación que si no hubiera conducido antes el Honda quizá ni me habría llamado la atención.


El Honda Civic 1.6 i-DTEC, por su parte, se corona como la más equilibrada opción mecánica dentro de la gama Civic, ya que es un propulsor mucho más liviano y eficiente que el carismático 2.2 i-DTEC de 150 CV, aunque sea algo menos contundente y sin aquél personal sonido. Desde el arranque se nota muy fino, sin apenas vibraciones y con una discreta rumorosidad, no sé hasta qué punto fruto del sistema de cancelación de ruidos que monta este modelo, pues en su utilización no se perciben frecuencias molestas (tampoco de la suspensión). Su respuesta es muy inmediata, sube de vueltas con ganas desde muy abajo y mantiene la viveza incluso por encima de 3.500-4.000 rpm —el Golf es más "percherón" y a partir de 3.000 comienza desfallecer—. El menor peso en el tren delantero se complementa con una dirección más rápida que la de su hermano mayor —y también más que la del Golf— y todo esto no sólo le otorga agilidad, sino también confort, ya que puede montar muelles menos rígidos.


Para rematar, el 1.6 i-DTEC va asociado a un preciso y rápido cambio de 6 velocidades, con la palanca muy a mano y de lo más agradable de accionar gracias a sus cortos recorridos, muy al estilo Honda. En ciudad, por ejemplo, no te cansas de cambiar constantemente para callejear, incluso en 4ª, únicamente utilizando las 2.000 primeras vueltas del motor, que se muestran aún más solventes gracias a los acertados desarrollos. En el caso del Volkswagen Golf 1.6 TDI, el accionamiento del cambio obliga a marcar levemente el punto muerto, lo que dificulta transiciones excesivamente rápidas. Además, con sólo cinco marchas no se aprovecha la potencia de forma tan óptima y en ocasiones el acusado salto entre ellas se hace demasiado patente, lo que obliga a estar más pendientes del régimen del motor que en su rival. Aunque no deja de ser muy correcto, seguramente con el cambio DSG de 7 relaciones la cosa mejore bastante.

Honda Civic y VW Golf
Comportamientos engañosos

En lo referente a comportamiento los dos engañan. El Honda Civic transmite cierta deportividad con su directa dirección y un tren trasero bastante direccional, sensible a las transferencias de masas, lo que permite abrir o cerrar trayectorias a base de acelerador. Te obliga a implicarte más en la conducción, se siente ligero, reactivo. En definitiva, no te deja frío. Sin embargo, a medida que aumentas el ritmo esta deportividad que insinuaba se desvanece y se transforma en una fácil nobleza, a costa de sacrificar eficacia cuando se acerca el límite de agarre de los neumáticos, más bajo y con mayor deriva que en el Volkswagen Golf. Aun así, no hay ningún mal gesto del tren trasero, ninguna sacudida, ni siquiera al entrar frenando hasta el vértice de la curva para retardar el subviraje. Al cliente más "racing" le sabrá a poco, pero al gran público le convencerá.

Honda Civic y VW Golf
Lo mismo se puede decir del Volkswagen Golf 1.6 TDI con esta monta de neumáticos y suaves tarados de suspensión, aunque su bastidor es más eficaz y hay que buscarle más las cosquillas para ponerlo en apuros, ya que su velocidad de paso por curva es superior y su trayectoria se mantiene imperturbable frente a las transferencias de masas, lo que aporta una gran sensación de aplomo. La trasera sólo redondea cuando es verdaderamente necesario y, en caso de abrir gas en plena curva, la electrónica consigue que el tren delantero se ciña ligeramente al interior, en lugar de abrirse como sería lo normal. No se puede desconectar el ESP, que supervisa en todo momento, ayuda a lograr apoyos más inmediatos y actúa ante una esquiva consiguiendo cambiar la trayectoria de forma más inmediata que el Honda Civic. También evita cualquier insinuación de la trasera cuando esta redondea muy tímidamente tras provocarla, porque lo normal es que sea el tren delantero el que marque los límites.


Por último, el confort de bacheo y la calidad de amortiguación que ofrecen están a la par. Son dignos de elogio ambos, pero sobre todo el Civic, pues montando neumáticos de menor perfil consigue igual o incluso mejor resultado que el Golf, con lo que puede presumir de ser uno de los compactos más cómodos del momento. Y no es que el Golf se lo haya puesto fácil, pero este Civic es muy buena alternativa.