La masiva fiebre SUV que se ha extendido por todos los segmentos ha incidido seriamente en el interés hacia otro tipo de coches, como es el caso de las berlinas tradicionales, en otros tiempos objetos de deseo. Sin embargo, sea cual sea el rumbo de las tendencias, la imagen que proyecte cualquier automóvil va a seguir siendo clave para que surja ese «amor a primera vista», por eso Peugeot se ha volcado una vez más en el diseño para poner en escena una berlina que atrae innumerables miradas. Y no es solo el remate coupé de su carrocería, pues el nuevo 508 posee muchos rasgos que evocan deportividad y le permiten no desentonar al lado de coupés ad hoc, como un Kia Stinger o de un Audi A5 Sportback, por ejemplo.
Al abrir las puertas de la nueva creación de la marca del león, nos encontramos con unas ventanillas sin marco que potencian su carácter —el retrovisor interior también carece de bisel— y no generan turbulencias al ir rápido, descubriendo una vez dentro ese personal iCockpit que Peugeot ya ha convertido en seña de identidad de su gama. Quizá sea el 508 el coche al que mejor responde a esta configuración, pues en él la posición de conducción es más baja, muy al gusto de los conductores más entusiastas, de forma que su pequeño volante —achatado por arriba y por abajo— y la instrumentación por encima del mismo parecen encajar perfectamente. El Stinger también nos agasaja con una excelente posición de conducción, propia de un modelo de corte deportivo, con una banqueta en un plano muy bajo y unos estupendos asientos con ajuste eléctrico en ocho posiciones. Los del Peugeot incorporan la certificación AGR —de especialistas en el cuidado de la espalda—, pero para que dispongan de tantos reglajes eléctricos como los del Kia o de una vistosa y similar tapicería de piel como la de nuestra unidad habrá que incrementar la factura en más de 3.000 euros.
PRESTACIONES | Kia Stinger 2.2 CRDI 200 CV GT Line 4x4 | Peugeot 508 2.0 BlueHDI 180 CV GT Line |
Acel. 0-100 km/h | 8,31 s | 9,53 s |
Acel. 0-1000 metros | 29,5 s | 30,54 s |
Sonoridad al ralentí | 50,7 dBA | 47,4 dBA |
Sonoridad a 100 km/h | 67,2 dBA | 64,1 dBA |
Frenada desde 100 km/h | 35,51 m | 35,65 m |
Peso en báscula | 1.865 kg | 1.662 kg |
En ambos coches las plazas delanteras son igual de amplias, pero su línea coupé condiciona el acceso y la habitabilidad de las plazas traseras. La pronunciada caída del techo en la parte final obliga en los dos a agachar bien la cabeza al entrar o salir, mientras que una vez sentados, los pasajeros de más de 1,80 m de estatura comprobarán que la cota de altura es algo justa, más incluso en el 508 que en el Stinger. Éste presenta 11 cm más de distancia entre ejes que el Peugeot —también es 8 cm más largo—, pero es algo que no se plasma luego en el espacio interior.
Kia Stinger vs Peugeot 508: tracción total o trasera vs delantera
Entrando en otras comparaciones, el Kia presenta un motor longitudinal, junto a la tracción total en nuestra unidad de pruebas —trasera en caso contrario—, mientras que en el Peugeot el motor va en posición transversal y la tracción es delantera. En este caso se trata de versiones Diesel de cuatro cilindros, con un 2.2 CRDI de 200 CV en el Stinger y un 2.0 BlueHDI de 180 CV en el 508, los dos acompañados de sendos cambios automáticos con convertidor de par y ocho velocidades. Al pulsar el botón de arranque, el BlueHDI se siente algo más refinado, con un tacto menos áspero que el CRDI y también transmite menos vibraciones a alto régimen. El Stinger, en cambio, es algo más rápido, rinde 20 CV más, pero su peso —es 4x4 y más grande— también supera en 203 kg al del 508. En el paso de 0 a 100 km/h aventaja en 1,2 segundos al Peugeot y al cubrir el primer kilómetro desde parado, con mejor motricidad, es capaz de bajar de los 30 segundos y mantiene distancia con su rival.
CONSUMOS | Kia Stinger 2.2 CRDI 200 CV GT Line 4x4 | Peugeot 508 2.0 BlueHDI 180 CV GT Line |
Consumo en ciudad | 8,5 l/100 km | 7,1 l/100 km |
Consumo en carretera | 6,4 l/100 km | 5,1 l/100 km |
Consumo medio | 7,2 l/100 km | 5,9 l/100 km |
El buen par de sus mecánicas sale a relucir en las maniobras de adelantamiento, donde ambos dan lo mejor de sí mismos mostrando un consistente reprís. En el paso de 80 a 120 km/h que es la medición de referencia habitual, el Kia también saca 3 décimas de ventaja al Peugeot, con buenos registros para ambos, apoyados en unos eficaces cambios automáticos. Es cierto que su gestión en las transiciones de marchas no resulta tan veloz como en uno de doble embrague o en el de convertidor de par que monta, por ejemplo, el BMW 420d Gran Coupé, pero resultan satisfactorios y generan un alto grado de confort. La ventaja que el Stinger logra en prestaciones la pierde en las mediciones de consumo, con un gasto medio real que supera en 1,3 l/100 km el del 508, que lógicamente aprovecha aquí su mayor ligereza y la menor fricción de su tracción delantera.
Kia Stinger vs Peugeot 508: comportamiento
Toda la deportividad que transmiten las carrocerías de estos coupés la percibimos en mayor o menor medida a través de sus mandos. En el caso del Kia destaca el gran tacto de su bastidor, pues se siente muy aplomado, con una amortiguación algo más firme que en el Peugeot, pero que preserva el confort necesario y muestra una gran calidad de absorción. La tracción total da gran protagonismo al tren trasero —el par que asume puede variar del 60 al 100 por cien—, que aporta gran agilidad y ayuda a redondear las curvas más cerradas de forma muy progresiva. Además, si con el Drive Mode seleccionamos el modo Sport ** —también cuenta con los **Smart, Eco, Comfort y Sport— la zaga se insinuará más, aumentando el disfrute de la conducción.
En el 508 el balanceo de la carrocería está bastante contenido y parece dinámicamente muy equilibrado, aunque la dirección podría mejorar en precisión y en la información que transmite. Su comportamiento parece muy neutro y, aunque se nota más ligero que su rival, no se siente tan directo como el Stinger AWD a la hora de buscar el límite de agarre, con un tren trasero menos participativo. La suspensión del Peugeot deja la sensación de que el coche va bastante filtrado, con lo que ello significa a nivel de confort. También presenta varios modos de conducción —Eco, Confort, Normal y Sport—, aunque para disponer de suspensión activa con control electrónico de la amortiguación en la versión probada hay que acudir a la lista de opciones.
ESPACIO | Kia Stinger 2.2 CRDI 200 CV GT Line 4x4 | Peugeot 508 2.0 BlueHDI 180 CV GT Line |
Anchura delantera | 142 cm | 141 cm |
Anchura trasera | 134 cm | 135 cm |
Altura delantera | 87/93 cm | 87/94 cm |
Altura trasera | 88 cm | 86 cm |
Espacio para piernas | 76 cm | 75 cm |
Maletero | 415 litros | 470 litros |
Kia Stinger vs Peugeot 508: el factor económico
Si atendemos a las tarifas oficiales, las versiones probadas en esta comparativa están separadas por algo más de 9.000 euros, a priori un abismo, aunque hay un Stinger CRDi 4x2 Style que se sitúa en el mismo precio del 508. La gran distancia en el coste del Kia de la comparativa se debe a que cuenta con tracción total y un equipamiento de serie inigualable que nos llevaría muchas líneas describir. Solo vamos a mencionar una parte de la dotación que en el Peugeot habría que pagar aparte: cámara de visión trasera y de visión 360º, control de crucero adaptativo, asientos delanteros ventilados y con múltiples ajustes eléctricos, tapicería de cuero, carga inalámbrica para smartphone, asistente para el sistema de mantenimiento de carril, portón trasero automático, techo solar panorámico o un sistema de sonido de altas prestaciones, entre otros detalles.