Comparativa: Audi SQ5 TDi vs Porsche Macan S Diesel, SUV de elite

La novedad no es que Audi pueda transformar el coche que quiera en un gran deportivo, sino que Porsche haga destacar el refinamiento y el confort por encima de su inherente deportividad. Pero Q5 y Macan esconden, cómo no, otras caras que ponen patas arriba cualquier premisa.

Raúl Roncero. Twitter: @Rron0_autopista | Fotos: Mikael Helsing

Comparativa: Audi SQ5 TDi vs Porsche Macan S Diesel, SUV de elite
Comparativa: Audi SQ5 TDi vs Porsche Macan S Diesel, SUV de elite

Primer error que podríamos cometer –y de hecho, supuso una primera fría impresión la primera vez que me subí en él–: pensar que el Macan, por el mero hecho de ser un Porsche, tiene que ser un SUV de personalidad descaradamente deportiva. Segundo error, creer que una berlina, con todas las cualidades inherentes a lo que representa esa categoría, tenga que ser un coche de tres cuerpos, de carrocería relativamente baja e incapaz de salir del asfalto. Tercero, pensar que con dos toneladas de peso para un coche de proporciones relativamente compactas no se puede llevar la eficacia a extremos de coches verdaderamente deportivos. Y cuarto, pensar que Porsche siempre tiene que ir por delante de cualquiera de sus hermanas de grupo. Si estás hecho un lío, empecemos a ver detalles.

Recién llegado, tres motores son más que suficientes para cubrir el potencial público de Porsche, aunque no tengo claro que, con el tiempo, la marca vaya a renunciar al pellizco que, aquí, suponen las versiones con motor de cuatro cilindros. Lo que sí es cierto es que, mientras que en gasolina Porsche siempre había dado rienda a suelta a los caballos —en el Macan en concreto ya llega a los 400 CV en su versión Turbo—, en Diesel parecía haber una consigna en la que no podía comerle terreno a VW o Audi, erradicada después de subir el rendimiento de la berlina a 300 CV o montar el V8 en su SUV grande, así que no sé cuánto tiempo le durarán al SQ5 los 55 CV de ventaja que por ahora se cobra frente a su hoy rival. En realidad hay una diferencia de conceptos entre ambos coches toda vez que el SQ5 supone una clara especialización sobre el Macan Diesel hacia esa equilibrada vertiente deportiva que suele representar Audi en sus versiones S —curiosamente, S también utilizada por Porsche en su denominación—, lo cual se traduce en un desarrollo de chasis muy deportivo y específico frente a una puesta a punto mucho más abierta y "aburguesada" del nuevo modelo de Porsche.

Comparativa: Audi SQ5 TDi vs Porsche Macan S Diesel

Muelle o látex

Aquí radica una de las grandes diferencias que iremos encontrando entre ellos, porque mientras que Audi le ha cerrado al Q5 las puertas a la suspensión neumática, Porsche se las ha abierto de par en par, siempre previo pago. No es que sean estrictamente necesarias para conseguir que un Macan vaya como va, pero tal vez sí para aportar ese refinamiento extra que ha impuesto Porsche sobre el resto de modelos de la categoría... Para ello, y para poder disfrutar de dos coches en uno, dadas las múltiples configuraciones de altura y flexibilidad que ofrece. En realidad, son dos las alternativas que ofrece Porsche sobre el muelle/amortiguador convencional que ofrece de serie: las denominadas PASM por un lado —amortiguadores con reglaje variable— y las neumáticas —que a su vez, incluyen las PASM—.

Audi baja 30 mm la carrocería del Q5 y adopta unos tarados con los que compensar sobradamente el agarre lateral de unas inmensas ruedas de 20 pulgadas de serie y el cabeceo de un tren delantero sobre el que recaen más de 1.100 kilos de peso. Firmes, que no secas probablemente por una mera cuestión de calidades, no dejan de estar claramente orientadas hacia la eficacia y hacen que el SQ5 sea razonablemente incómodocuando el Macan puede convertirse a golpe de tecla, como ocurría en nuestra unidad probada, en una verdadera alfombra por cómo y cuánto aísla la carrocería del asfalto en su modo más confortable, aunque cuando seleccionar el más firme y "cerrado" de amortiguación supone encontrarse también con un súper deportivo de impecable calidad de rodadura. Resulta llamativo que incluso en esta configuración el Macan ofrece incluso movimientos de carrocería más amplios de lo esperado que, sin embargo, no se traducen en una pérdida de confianza y precisión al apurar todos sus caballos. Ahí es donde, probablemente, Porsche demuestra esa exquisita puesta a punto sobre su tren delantero para girar, apoyar y recuperarse sin aparente esfuerzo, pero cuánto trabajo escondido hay en sus transmisiones para que, independiente de la altísima eficacia de uno y otro, uno de ellos lo haga con una naturalidad fuera de lo común.

Comparativa: Audi SQ5 TDi vs Porsche Macan S Diesel

Entre curvas

Te prometo que no sabría decirte cuánto más rápido es un coche que el otro en curva: su agarre es tal que el sentido común te impide llegar a esos extremos, aunque sí he sentido mayor confianza en el Audi a la hora de buscarlos y seguir abriendo gas. Sin embargo, en el SQ5 llega un punto en el que manifiesta cierta saturación en su eje delantero cuando en Porsche hay otros elementos que aportan un punto extra de agilidad a su cintura, tal vez porque el diferencial central del SQ5, pese a sus posibles repartos, proporciona un comportamiento mucho de más tracción total que el embrague multidiscos del Macan, con clara predisposición a que su tren posterior, sin necesidad de derrapar, contribuya en la agilidad del coche, más aún si se añade el diferencial deportivo trasero que parece hacer mejor las funciones del "Torque Vectoring" de su rival.

Con sus motores pasa lo mismo, con la salvedad de que aquí el crono sí manifiesta la diferencia entre uno y otro. El del SQ5, biturbo sobre la base del Macan, tiene además un "gorgoteo" y sonido que estimula, además de marchas cortas más cerradas, así que con el gas a fondo sientes mucha más presión en la espalda que sobre el Macan, por encima de todo, refinadísimo pero también "infinito" si pretendes aprovechar toda su prestación. Respecto al mejor consumo del Posche, probablemente venga derivado, más que por la diferencia de caballos, por sus respectivas cajas de cambio: pese a la igualdad de desarrollo final, el convertidor tiene un mayor intercambio térmico que el doble embrague. Por cierto, lo que no podrás es identificar cuál es cuál por la rapidez entre marchas.  En resumidas cuentas, el Macan se lleva el gato al agua por ser un producto ciertamente más "global" que su rival, aunque si en tu balanza sólo pesan sensaciones y datos, Audi toma la palabra.

Comparativa: Audi SQ5 TDi vs Porsche Macan S Diesel

En pocas palabras

Aceleración: Tifón o huracán. Los caballos dictan sentencia y hacen justicia. Las diferencias de tiempo son proporcionalmente menores a la que hay en potencia, pero desde dentro, puedes sentir la diferencia entre el  misil Q5 y cohete Macan.

Frenada: Por imperativo. Muchos kg y demasiados CV exigen "acero" de calidad. La especialización del Q5 como SUV deportivo se refleja, también, en un equipo sobredimensionado que marca distancias con el también gran frenador Macan.

Sonoridad: Por cantidad o calidad, sobresalientes. La baja sonoridad es una de las infinitas cualidades que hacen del Macan el SUV más refinado. El SQ5, en el bando contrario: pocos Diesel hacen resonar el escape como él.

Adelantamientos: Un mundo. 55 CV hacen que el SQ5 sea medio segundo más rápido. Tras sus motores, grandes diferencias, también, en las transmisiones. Rapidísimo convertidor de 8 marchas frente a suavísimo doble embrague de 7.

Potencia y par: Doble o sencillo. Base común –ya Euro VI y con aditivo adBlue el V6 monoturbo—, el Bi-TDi ofrece un empuje feroz a altas vueltas aunque en toda la banda de revoluciones sientes que es un motor claramente más lleno, que no falto de progresividad.

Consumos: Deportivos... Y nómadas. Con ellos, puedes viajar muy rápido con los consumos que puedes lograr a ritmo tranquilo con sus correspondientes versiones de gasolina. Lógico mayor gasto del SQ5, pero no desproporcionado.

Dimensiones y pesos: Mismos mimbres. Parten de idéntica estructura y comparten, en líneas generales, el espacio interior. Audi suma polivalencia con su asiento trasero con desplazamiento longitudinal. En este tamaño, dos toneladas supone estar entrado en kilos.