Comparativa: Audi Q5 Hybrid vs Lexus NX 300h y Volvo V60 Plug-in Hybrid

La tecnología híbrida se va consolidando como una alternativa real en el vehículo convencional, pero a falta de dar con la tecla correcta, empiezan a haber tantos nuevos híbridos, como sistemas de hibridación. Ejemplo de ello son los tres protagonistas de nuestra comparativa: Audi Q5 Hybrid, Lexus NX 300h y Volvo V60 Plug-in Hybrid.

Lorenzo Alcocer. Twitter: @LorenzoAlcocer / Fotos: Alicia Ruiz

Comparativa: Audi Q5 Hybrid vs Lexus NX 300h y Volvo V60 Plug-in Hybrid
Comparativa: Audi Q5 Hybrid vs Lexus NX 300h y Volvo V60 Plug-in Hybrid

Lejos de ser modelos específicos como los primeros híbridos, hoy son una versión más de muchas gamas. Por su historial y experiencia, Toyota/Lexus se ha convertido en el estándar de dicha materia. Desde su primer Prius (1997), Toyota ha "patentado" el vehículo híbrido, combinando un motor de gasolina con otro eléctrico. Con el motor eléctrico capaz de poner por si solo en movimiento al coche; desplazarlo básicamente en ciudad a baja velocidad por unos cientos de metros y de apoyar al motor térmico en aceleración, los híbridos del experimentado fabricante japonés se han ganado su credibilidad por obtener consumos de gasolina equivalentes a los mejores modelos Diésel equiparables.

Audi Q5 HybridCon un segundo motor eléctrico acoplado en el eje trasero, Lexus convirtió sus híbridos en modelos con propiedades puntuales de 4x4 y lo utilizó para proponer aquel primer SUV híbrido: el RX 400h. Esta es la configuración que presenta el nuevo NX 300h (también hay un 4x2 con un solo motor eléctrico), que combina un motor de gasolina 2.5 de 155 CV, con dos eléctricos: un potente delantero de 143 CV muy participativo en solitario o apoyando al motor térmico (la potencia máxima combinada es de 197 CV) y uno trasero de 68 CV con aportaciones muy concretas: en el inicio de la marcha, bajo fuerte aceleración o por pérdida de motricidad del tren delantero.

Con una capacidad de propulsión exclusivamente eléctrica de hasta 1,5 kilómetros y hasta 60 km/h fácilmente aprovechable, el NX 300h hace de su rendimiento energético una verdadera proeza, especialmente en ciudad, teniendo en cuenta, además, la proyección de un soberbio vehículo de semejante porte y capacidad. 

La receta de Audi en el Q5 Hybrid pasa por adosar un compacto (y no muy potente) motor eléctrico al cambio automático (en lugar del convertidor de par), con lo que sin modificaciones estructurales respecto a un Q5 con tracción quattro, el Hybrid cuenta sin más con tracción integral permanente. El Q5 utiliza como motor principal un 2.0 TFSi de gasolina de 211 CV, que recibe apoyo del eléctrico de 54 CV (potencia máxima combinada de 245 CV).

Volvo V60 Plug-in HybridComo en el Lexus, el eléctrico también tiene capacidad suficiente para impulsar por si solo al Q5 durante 3 kilómetros y hasta 60 km/h, pero ni de lejos resulta tan sencillo ni probable conseguirlo como en el modelo japonés. Con la referencia del Lexus, en el Q5 sientes muy poco participativo al motor eléctrico: apenas por momentos cuando inicias muy suavemente la marcha, en maniobras de aparcamiento o apoyando cuando aceleras muy fuerte.

En este sentido, el Q5 Hybrid es el coche más convencional de todos e incluso su planteamiento no parece que sea, como en el Lexus, adaptar todo para priorizar el bajo consumo. Motores y cambios nos hablan de unas filosofías muy distintas. El Audi Q5 Hybrid es un coche mucho más temperamental y deportivo de motor que el Lexus, y parece querer con su hibridación un plus de potencia sin disparar el consumo, no rebajar la participación del motor de gasolina con el eléctrico para reducir el consumo de combustible. Sólo basta comparar lo que anda uno y otro y lo que consumen (el Lexus NX la mitad en ciudad que el Audi Q5), para comprobar lo diferentes que son sus planteamientos.

Interior del Lexus NX 300hEl último en presentar sus credenciales ha sido Volvo. Y sorprende con la idea de híbrido que tiene. Tras la menos convincente propuesta de PSA, Volvo ha elegido también un motor Diesel como propulsor principal, en su caso un por si solo brillante y eficiente bloque 2.5 de 5 cilindros y 215 CV que trabaja con un cambio automático convencional. Sobre el eje posterior ubica un motor eléctrico de 70 CV. De forma individual o combinada (Volvo no anuncia la potencia conjunta, que no es equivalente a sumar la máxima de ambos motores, al no coincidir sus máximos en el mismo punto), resulta muy participativo en la dinámica del coche, además de otorgarle al V60 tracción integral, que podemos forzar (tecla AWD) a que sea permanente hasta 150 km/h. Pero lo que más diferencia al V60 de sus rivales es su potente batería (10 veces de mayor capacidad que la del Audi), que además puedes cargar en una toma doméstica de 220 voltios y recorrer hasta 50 kilómetros (en teoría) en modo puramente eléctrico y hasta 125 km/h.

De esta manera, Volvo nos introduce en el mundo eléctrico, en concreto a quien se basta diariamente con una autonomía de unos 30 km y disponga de un enchufe y entre 3,5 y 7,5 horas (dependiendo de la línea de cable) para salir de casa con la batería llena.

En la práctica

Como mecánicas alternativas y con el objetivo de reducir el gasto de combustible fósil y sus perniciosas emisiones de escape, el Volvo no solo es el modelo que menos consume en modo híbrido, también su nivel de prestaciones es altísimo. Y además utiliza su tracción eléctrica para mejorar de paso su dinámica en superficies deslizantes.

Como coche eléctrico está en otro nivel y también como híbrido es el modelo que por sí solo puede almacenar más energía cinética en las frenadas y deceleraciones y retornarte de nuevo más metros de autonomía eléctrica, aprovechable además a mayores velocidades circulando fuera de la ciudad. El elevado peso del V60 es más un problema teórico. En cambio, es cuestionable el pequeño maletero que queda por utilizar una batería tan generosa.

El habitáculo del Lexus está menos o nada condicionado y aunque el NX no tenga la capacidad puramente eléctrica del V60, como híbrido por muchos momentos sí lo parece. Con una poca implicación por tu parte, el Lexus NX es capaz de rodar por muchos momentos en eléctrico en ciudad y atascos en carretera. Además, su combinación mecánica resulta refinadísima, por suavidad, acústica y linealidad de su cambio tipo CVT, que eso sí, en fuertes aceleraciones simula un resbalamiento que empaña el agradabilísimo funcionamiento general hasta ese momento.

Desconcierta un Audi Q5 en el que sientes muy poco su aportación eléctrica y, si te guías por sus gráficos, compruebas que su motor térmico apenas se desconecta en desaceleraciones o estando parado. No deja de ser el coche con menor proporción eléctrica y te preguntas si para tan poco, merece la pena su altísima inversión. Si eres un comprometido por la causa, hay versiones TDI más eficientes y si lo que quieres es un estimulante motor de gasolina, la versión TFSi 225 CV Quattro es tan rápido, no consume mucho más y cuesta 15.000 € menos.

El precio de partida del Lexus no parece de híbrido. O política comercial o porque la marca lleva mucho años rentabilizando esta tecnología, el NX 300h tiene las ventajas de un híbrido y no veo ningún inconveniente que no sea su peculiar cambio y, como en todos los híbridos, saber qué pasa con la vida útil de sus baterías.