Citroën C3 BlueHDi, Peugeot 208 BlueHDi y Renault Clio dCi: ¿cuál es mejor?

Los motores Diesel del Citroën C3, Peugeot 208 y Renault Clio les aportan todavía más polivalencia de uso gracias a unos consumos bajísimos y a las buenas virtudes de un segmento siempre en evolución.

Pablo Mallo. Twitter: @p__mallo Fotos: Israel Gardyn

Citroën C3 BlueHDi, Peugeot 208 BlueHDi y Renault Clio dCi: ¿cuál es mejor?
Citroën C3 BlueHDi, Peugeot 208 BlueHDi y Renault Clio dCi: ¿cuál es mejor?

La llegada del Citroën C3 al segmento B supone un soplo de aire fresco en materia de diseño, una apuesta muy original y atractiva que rompe con lo establecido y llama la atención allá por donde pasa. Para ello sigue los pasos del Citroën C4 Cactus, del que toma sugerentes soluciones como los Airbumps laterales para resguardar la carrocería del siempre inhóspito aparcamiento urbano, pasos de rueda de aspecto crossover y muchas posibilidades de personalización mediante la combinación de colores diferentes para ciertas partes del coche como el techo, los retrovisores o los marcos de los faros antiniebla delanteros.

Por si fuera poco, para competir con lo más granado de la categoría viene cargado de contenido, con elementos que hacen de él un coche único en su especie. Sin embargo, tanto el Peugeot 208 como el Renault Clio son duros contrincantes muy a tener en cuenta, cada uno con sus puntos fuertes y peculiaridades, e igualmente apetecibles. Aun siendo suficientemente diferentes por enfoque, en los tres automóviles elegidos para esta comparativa hay un denominador común, y es que están propulsados por mecánicas turbodiésel de sobresaliente eficiencia, de esas con las que pasas muy poco por la gasolinera, como podrás ver en nuestras mediciones de consumo. 

Citroën C3 1.6 BlueHDi 100 Shine, Peugeot 208 1.6 BlueHDi 100 GT Line y Renault Clio 1.5 Energy dCi 90 ZenEl interior del Citroën C3 también destaca por su frescura, con detalles que aportan un agradable toque de color y una disposición de elementos muy ordenada. Esto es posible porque la pantalla táctil engloba la mayoría de funciones secundarias del coche, de hecho hay más botones en el volante multifunción que en el propio salpicadero. El precio que hay que pagar por un diseño tan limpio es que acceder a ciertas funciones como la climatización requiere más atención por nuestra parte —le ocurre lo mismo al Peugeot 208—, a pesar de que los menús son intuitivos y amenos, con muy buena respuesta de la pantalla táctil. El cuadro de instrumentos, por su parte, es completo, sencillo y claro, dotado de un diseño atractivo y con un display central multifunción de cristal líquido que muestra informaciones diversas, por ejemplo el ordenador de viaje o un velocímetro digital adicional. Del mencionado Citroën C4 Cactus toma los tiradores de las puertas, formados por una gruesa cinta que imita cuero, unos amplios y mullidos butacones delanteros, así como la posibilidad de equipar techo panorámico de cristal, en este caso con cortinilla. Como punto más criticable, carece de asideros en el techo, al igual que el Peugeot 208, lo que puede dificultar el acceso y la salida del habitáculo a pasajeros con movilidad reducida. Por lo demás, es el que mejor postura de conducción proporciona, no sólo por la superior anchura disponible, sino también porque el reglaje del volante en profundidad y altura es el que permite una mayor variación, de modo que es difícil no encontrarse cómodo. Es el Peugeot 208 el que obliga a mayores compromisos en este sentido, sobre todo porque el respaldo se ajusta mediante una palanca que permite moverlo entre varias posiciones prefijadas y no es tan preciso como en sus rivales, en los que el ajuste es por medio de una rueda. A esto hay que sumar la innovadora concepción del habitáculo del Peugeot 208, diseñado para que la instrumentación quede por encima del pequeño volante, para lo que hay que llevar éste en una posición más baja de lo habitual, algo que también puede condicionar la postura de conducción o, al menos, hacer que tardemos más tiempo en encontrar la que más se ajuste a nuestras necesidades.

Por la calidad percibida y textura de sus materiales, eso sí, el Peugeot 208 es el que cuenta con una imagen más lujosa, al menos con el acabado GT Line probado. En cuanto al Renault Clio, sin dejar de ser perfectamente correcto, es el más sencillo en lo que a aspecto interior y materiales se refiere, más acorde con lo que cabría esperar de un coche de este segmento. No por ello descuida el equipamiento, pues puede contar con dispositivos como llave inteligente, faros delanteros full led o un completo sistema de información y entretenimiento —también sus contrincantes— en el que además se pueden configurar diferentes sonidos para el motor, consultar la previsión meteorológica en la zona y, al igual que el Citroën C3, ver en tiempo real posibles retenciones o incidentes en nuestra ruta. 

Con todo lo que ofrecen a nivel de equipamiento, los motores y el comportamiento casi podrían pasar a un segundo plano. Sin embargo, es aquí donde encontramos diferencias significativas. El Citroën C3 y el Peugeot 208 comparten mecánica, y aun habiendo mostrado un rendimiento similar en nuestro banco de potencia, el Citroën C3 es más rápido en prácticamente todas las mediciones. El Renault Clio queda por detrás, perjudicado por algo más de peso y menor par motor, a pesar de que su potencia verificada supera en 10 CV la cifra oficial y se equipara a la de sus rivales. Curiosamente, sus consumos reales quedan en orden inverso a los homologados, siendo el Renault Clio el que más se distancia de la cifra oficial y el Citroën C3 el que sorprende con unos brillantes 4,2 l/100 km reales de media, aunque en todo caso estamos frente a un gasto muy contenido. El Peugeot 208 se posiciona en el medio en cuanto a prestaciones y consumos, algo que también podemos decir de su bastidor, ya que su puesta a punto se sitúa entre la mayor inclinación del Citroën C3 hacia el confort y una orientación más dinámica en el caso del Renault Clio, que va muy sujeto gracias a una amortiguación más firme y, por lo tanto, proporciona mayor estabilidad en curvas a alta velocidad y en frenadas en apoyo. En esta última situación el Citroën C3, que presenta oscilaciones de carrocería más perceptibles, se muestra algo más nervioso, siempre dentro de unos límites aceptables y a cambio de una mejor absorción de las irregularidades. El Peugeot 208, por su parte, se encuentra en un buen punto de equilibrio entre sus contrincantes. Cada uno tiene una personalidad bien definida y los tres cuentan con una precisa dirección, por lo que a nivel de conducción no tienen pegas y permiten mucho más que el mero uso urbano, donde también se defienden de manera admirable. 

Citroën C3 1.6 BlueHDi 100 Shine, Peugeot 208 1.6 BlueHDi 100 GT Line y Renault Clio 1.5 Energy dCi 90 Zen (datos del Centro Técnico de Autopista)

Medición Citroën C3 1.6 BlueHDi 100 Shine Peugeot 208 1.6 BlueHDi 100 GT Line Renault Clio 1.5 Energy dCi 90 Zen
Potencia 100 CV a 3.750 rpm 100 CV a 3.750 rpm 90 CV a 4.000 rpm
Par máximo 25,9 mkg a 1.750 rpm 25,9 mkg a 1.750 rpm 22,4 mkg a 1.750 rpm
0-100 km/h 10,3 s 10,48 s 11,68 s
0-1.000 m 32,4 s 32,5 s 33,6 s
Consumo urbano real 4,4 l/100 km 4,2 l/100 km 3,5 l/100 km
Consumo carretera real 3,2 l/100 km 3 l/100 km 3,1 l/100 km
Consumo medio real 3,7 l/100 km 3,5 l/100 km 3,3 l/100 km
Frenada 100-0 km/h 37 m 38 m 37 m
Peso 1.209 kg 1.192 kg 1.248 kg
Anchura Del/Tras 175/132 cm 174/132 cm 173/125 cm
Espacio piernas atrás 70 cm 70 cm 68 cm
Maletero 325 litros 300 litros 330 litros
Precios 19.650 euros 20.600 euros 18.300 euros

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