Chrysler 300 M 2.7

Tamaño, aspecto, línea y presencia se unen en un vehículo de cinco metros, 1,6 toneladas, 200 CV y un estilo netamente norteamericano.

Chrysler 300 M 2.7
Chrysler 300 M 2.7

Mientras el Chrysler se balancea sobre el asfalto y sus ocupantes disfrutan de un interior tipo salón de hotel, se acaba la autopista. Ese suave balanceo y ese bajo régimen al que gira el motor gracias a los larguísimos desarrollos de la caja de cambios no son tan agradables cuando ya no es tan recto el camino y tan placentero. Las curvas invitan a que empleemos el denominado Autostick para seleccionar las marchas. Sólo hay cuatro, y muy separadas entre si. El sistema no es rápido, ni suave. Si el ritmo pretende ser vivo, tanto al bastidor como al cambio se les amontona el trabajo. El subviraje se aprecia enseguida y para salir de la curva siempre nos parece haber errado al elegir la marcha (o nos parece muy larga, o muy corta). El coche es bastante sensible a los cambios de apoyo, lo cual le da una agilidad de bastidor en principio casi insospechada. Lo que ocurre es que luego no acaba de pasar por las curvas con esa rapidez que presume la agilidad del bastidor. El peso y el normalmente inadecuado régimen de motor al que nos movemos impiden que así sea. Sin sacarle de su contexto, aunque en España el contexto suele ser en un alto porcentaje virado y con cuestas, notamos como el motor sube bien de vueltas, aunque no tenga el tacto de por ejemplo el motor BMW de 2,8 litros. Se encuentra mejor a medio régimen que en la zona alta del cuentavueltas. En este margen es una mecánica suave y agradable, que responde bien al acelerador porque tiene cilindrada y par, y que transmite sensación de poderío. Apenas hay tres elementos opcionales dentro del equipamiento del 300 M. Incluso el excelente equipo de música es de serie. La tapicería de cuero es bastante cara, pues cuesta 500.000 ptas. Una de las unidadades que hemos probado la llevaba, y como siempre, resulta más resbaladiza que la de tela, y muy calurosa en verano. También es posible montar el techo solar, así como pintura metalizada. Con todo es un vehículo de poco más de seis millones de pesetas, que puede aparcar cerca de un Clase S y no desmerecer por el tamaño, o que puede ser la opción americana y original frente a un Serie 5 o un A6. Es cuestión de querer ser diferente.