BMW M5 Competition frente a Mercedes-AMG GT 63s ¿Cuál es más rápido?

Son 1.164 caballos de carreras en tan solo dos coches, que de normales tienen bien poco. BMW M5 Competition y Mercedes AMG GT 63s venden máxima deportividad y lujo, algo que consiguen con creces. Son una delicia y cuesta decidir cuál es mejor.

Daniel Cuadrado

Fotos: Mikael Helsing

BMW M5 Competition frente a Mercedes AMG GT 63s ¿Cuál es más rápido?
BMW M5 Competition frente a Mercedes AMG GT 63s ¿Cuál es más rápido?

Tengo delante a los BMW M5 Competition y el Mercedes AMG GT 63s y trato de hacer memoria entre todos los deportivos que he conducido en mi vida como probador de coches, y cuento con los dedos de una mano los que me han impactado en el máximo nivel de potencia y conducción. Pues bien, en este selecto recuento entran sin dudarlo los dos modelos de esta comparativa. Son muy potentes (1.264 CV entre los dos), son muy rápidos y son espectaculares los mires por donde los mires, pero es que además son buenos, muy buenos. Tanto Mercedes, bueno, mejor dicho AMG, como BMW no se han dedicado solo a hacer una berlina con potencia estratosférica para participar en la absurda guerra por el “y yo más" que tienen entre todos los fabricantes alemanes. Han querido hacer un deportivo y lo han conseguido, y eso a pesar del peso, el tamaño, el número de plazas o el confort que tienen.

BMW M5 Competition frente a Mercedes AMG GT 63s ¿Cuál es más rápido?

BMW M5 Competition frente a Mercedes AMG GT 63s ¿Cuál es más rápido?

BMW M5 Competition y Mercedes AMG GT 63s: son muy rápidos

Está claro que en este nivel de calidad, potencia y precio o puede haber coche malo, pero es que los sacas de su entorno natural de carreteras abiertas al tráfico y los pones a prueba en circuito y descubres una prodigiosa estabilidad natural, que luego en la calle se traduce en alta seguridad y, si se busca, diversión. El M5 Competition aporta 625 caballos y el AMG GT 63s 639 CV, el primero llega a los 150.000 euros y el segundo se acerca a los 200.000 euros. El concepto de coche no es exactamente el mismo, ya que el BMW es el máximo exponente de la Serie 5 y el GT nace como deportivo y su planteamiento no está hecho para convivir con versiones diésel, híbridas o modestas, de ahí la diferencia de precio. Sin embargo las diferencias dinámicas que aporta la versión Competition en el BMW nos hace plantearnos esta comparativa. Veamos qué aporta cada uno.

PRESTACIONES BMW M5 Competition Mercedes-AMG GT 63s
Acel. 0-100 km/h 2,95 s 2,99 s
Acel. 0-400 m 10,9 s 10,9 s
Acel. 0-200 km/h 9,97 s 10,33 s
80 a 120 km/h 1,95 s 1,86 s
Sonoridad 100 km/h 66 dBA 67,1 dBA
Sonoridad 120 km/h 67,5 dBA 70,5 dBA
Frenada desde 140 km/h 67,19 m 68,58 m
Peso en báscula 1.925 kg 2.164 kg

BMW M5 Competition y Mercedes AMG GT 63s: 1.264 CV

El Competition es una variante del M5 que sube la potencia en 26 caballos a base de electrónica. Es exactamente el mismo motor y el mismo coche, que ya es mucho decir, pero con** una puesta a punto específica que es la que nos ha llevado a compararlo con el AMG. Para empezar, **en el tren trasero se han cambiado los silentblocks principales por rótulas uniball **o esféricas, además de cambiar la **dureza de la barra estabilizadora. Delante hay más caída negativa y se ha modificado la rigidez de la estabilizadora modificando sus soportes. La suspensión es ligeramente más firme en el modo Sport Plus (tiene control electrónico), manteniendo mismos muelles. También lleva los soportes del motor y caja de cambios más rígidos. Con todas estas medidas se busca hacer un coche de sensaciones más directas y efectivo, si bien son detalles que van en contra del confort. Otra diferencia está en el escape, que además de dejarle “respirar" mejor aporta un sonido natural muy bonito.

El 63s crea al AMG GT más potente de su gama. Al igual que el BMW, dispone de un V8 con un turbo por cada bancada. Tiene 4 litros, frente a los 4,4 del M5, que aporta un motor con pistones más “cuadrados" en lugar de la carrera larga de su rival. Sinceramente, no sabría con qué motor quedarme. Los dos ofrecen tanto en cualquier parte de su régimen que resultan prodigiosos. Sí es cierto que con menos cilindrada el GT aporta más potencia y par, también a un régimen más alto, pero** el nivel es magnífico en ambos**. Si los intercambiásemos, probablemente el resultado final sería muy parecido, con apenas algunos matices de sonido o entrega de par. Viendo las prestaciones, están muy parejos, si bien el AMG tiene que lidiar con un peso superior, que en línea recta le quitarán algo, y digo algo porque con una cuadriga de 639 caballos se puede tirar de lo que sea y no ir despacio.

BMW M5 Competition frente a Mercedes AMG GT 63s ¿Cuál es más rápido?

BMW M5 Competition frente a Mercedes AMG GT 63s ¿Cuál es más rápido?

BMW M5 Competition y Mercedes AMG GT 63s: imponentes en el día a día

En uso diario los dos imponen, si bien el Mercedes lo hace un poco más. Sus magníficos asientos son más duros y la suspensión se siente más firme, lo que vuelve confortable al Competition y hace que nos olvidemos de la ligera pérdida de confort respecto al M5 convencional. Esto, unido a un sonido de escapes mucho más artificialmente elaborado, hace que el AMG transmita más a su conductor ** desde que lo saca del garaje. El M5 arranca despertando al vecindario, para luego volverse manso hasta que el conductor decida lo contrario. El GT despierta con “mala leche" y sigue enfadado hasta que se acuesta; una maravilla. En cualquier caso, **los dos son más cómodos de lo que sus más de 600 CV podrían presagiar. En los modos confortables, lo es más el M5, en Sport Plus y Race, es más firme siempre el AMG que, curiosamente, lleva muelle neumático.

ESPACIO BMW M5 Competition Mercedes-AMG GT 63s
Anchura delantera 149 cm 146 cm
Anchura trasera 142 cm 143 cm
Altura delantera 93/100 cm 90/97 cm
Altura trasera 92 cm 90 cm
Espacio para piernas 75 cm 76 cm
Maletero 520 litros 450 litros

BMW M5 Competition frente a Mercedes AMG GT 63s ¿Cuál es más rápido?

BMW M5 Competition frente a Mercedes AMG GT 63s ¿Cuál es más rápido?

Por la ciudad se mueven bien, dentro de sus limitaciones de tamaño. El consumo es alto, aunque bien analizado, bajo para tanta potencia, si es que rondar los 15 litros se puede considerar bajo. Aquí es algo mejor el BMW, que además puede disfrutar de un modo de conducción eficiente; aquí el AMG responde desconectando medio motor con baja carga de acelerador. Los dos tienen un buen espacio para cuatro ocupantes, aunque pueden ir cinco perfectamente. Hay calidad, lujo y diseño a raudales, con una importante sensación de coches a la última. En carretera y vías rápidas con todas las ayudas conectadas son magníficos, si bien el Mercedes vuelve a transmitir en cada apoyo, en cada pequeño acelerón que es algo más “estresante". Ahora bien, llegado el momento de ver de lo que son capaces, el agradable M5 cambia de cara a golpe de botón y se pone a la altura de estrés de su rival.

CONSUMOS BMW M5 Competition Mercedes-AMG GT 63s
Consumo en ciudad 15,1 l/100 km 13,6 l/100 km
Consumo en carretera 9,6 l/100 km 9,9 l/100 km
Consumo medio 11,8 l/100 km 11,3 l/100 km

BMW M5 Competition y Mercedes AMG GT 63s: Comportamiento

Hay que tener las cosas muy claras y la pista despejada, y mente, para encontrar la estabilidad natural de cada uno. Los dos ofrecen unos modos de conducción asistidos pero deportivos muy buenos, en los que a la salida de la curva incluso exigen contravolante, y eso que son tracción total. Personalmente no recomiendo pasar de ahí, porque sin ayudas son muy exigentes en la conducción, especialmente el BMW. Aquí el Mercedes es un poco más efectivo. Los dos entran en curva muy bien. Las dos unidades llevaban discos carbocerámicos, si bien en el M5 hay más mordiente que se agradece en circuito; quizá ahí esté la diferencia de peso. Ambos dejan frenar tarde y entran extraordinariamente bien en la curva, por muy cerrada que sea. Una vez llega el momento de acelerar para salir de la curva, el AMG empieza a deslizar de las cuatro ruedas a punta de gas, hasta el punto que pasar de las 4.000 rpm significa que sus reacciones sean de coche de tracción trasera total. Esto lo hace con nobleza y avisando de lo que va a ocurrir en todo momento. Me encantó, puesto que me puso las cosas fáciles; eso sí, con mucha velocidad y mimando el acelerador para evitar sustos.

El M5 empieza igual de bien, pero al acelerar suelta la trasera enseguida, obligando a dosificar todavía más el pie derecho. Si en ese momento logras pensar que es un 4x4 y lo mantienes derrapando un poco, enseguida sientes como el tren delantero empieza a ayudarte y te saca con velocidad de la curva. En el BMW hay que mimar más el acelerador. Yendo al límite, me costó mucho más esfuerzo sacar un buen tiempo en el M5 que en el AMG GT, si bien el resultado final en tiempo no fue tan diferente en uno y otro. Como coche de diario el M5 Competition es más lógico y razonable, si es que la lógica y la razón entran en la descripción de un coche de 625 caballos, claro. Pero si se busca algo más de dinamismo, el AMG es excelente en todo lo que hace. El peor de los dos es tan bueno, que el problema de elegir uno y otro no lo es tal, sino un placer.

BMW M5 Competition y Mercedes-AMG GT 63s: vídeo en circuito

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