BMW M2, Ford Focus RS y Mercedes AMG A 45, ¿cuál gana?

Nada menos que 1.100 CV juntos sobre el asfalto. Comparamos tres de los mejores compactos deportivos de la historia: BMW M2, Ford Focus RS y Mercedes AMG A 45. Una batalla inolvidable.

Marcus Peters. Twitter: @autopista_es Fotos: Hans-Dieter Seufert y Sabine Hofmann.

BMW M2, Ford Focus RS y Mercedes AMG A 45, ¿cuál gana?
BMW M2, Ford Focus RS y Mercedes AMG A 45, ¿cuál gana?

¿Qué os parece si nos subimos a tres de los grandes deportivos del momento? Frente a nosotros, el nuevo BMW M2 con 370 CV, el nuevo Ford Focus RS con 350 CV y el renovado Mercedes-Benz AMG A 45 de superiores 380 CV de potencia. ¿Cuál ganará la batalla? Llegó por fin la hora de probarlos bien a fondo para saber quién, definitivamente, es más rápido, más divertido, más “derrapón”… o, simplemente, el mejor.

Compactos deportivosEs verdad que este tipo de superdeportivos compactos solían ser muy caros, poco útiles para el día a día e incompatibles muchas veces con la vida diaria y familiar. Pero es entonces cuando el nuevo Ford Focus RS, con su modo Drift, nos susurra ya al oído: “Derrapes por sólo 41.260 euros”. Y con cuatro plazas. Y con maletero (305 litros reales medidos). ¡Sí, señor! Al nuevo no le falta potencia desde luego para apuntarse a un rally. De hecho, casi se diría que le sobra: al menos, 350 CV y 44,9 mkg de par máximo deberían bastar en un coche compacto para jugar a los derrapes. De este modo, el Ford se sitúa a mucha distancia del BMW M2, con sus 370 CV (a partir de 62.900 euros) y del Mercedes-AMG A 45 (con 380 CV y 57.550 euros). M, RS y AMG son abreviaturas con las que se podría escribir un rap, pero estas siglas nos prometen ahora también nada menos que derribar la barrera entre el automóvil deportivo y el familiar.

BMW M2: un turbo insistente

El BMW M2 arranca con una teórica desventaja de tracción: es sólo propulsión trasera, mientras que Ford Focus RS y Mercedes-AMG A 45 son tracción total. Traslada todo su par motor exclusivamente a las ruedas posteriores mediante la caja de cambios automática de doble embrague opcional (DKG), quitándole pues todo el trabajo al eje delantero.

Frente a él, gracias ahora a su caja de cambios también de doble embrague pero de serie, el Mercedes AMG A 45 4Matic distribuye al menos siempre el 50 por ciento del par motor al eje delantero, y como máximo en situaciones de baja adherencia el 50 por ciento al trasero, por lo que suele tirar normalmente más de delante. El Ford Focus RS, por su parte, traslada hasta un 70 por ciento del par motor al eje trasero mediante su caja de cambios de seis velocidades (la única que tiene). Con su modo Drift, mediante dos embragues, traslada hasta el 100 por cien de su fuerza a la rueda del exterior de la curva, provocando un extra de par motor.

Valora tu coche gratisSin embargo, hay que saber muy bien cómo funciona la tracción a las cuatro ruedas del Ford Focus RS. Si el aficionado al drifting lo conduce, deja que el eje trasero siga la trayectoria, pisa el acelerador y cambia de dirección (como es habitual en los coches con propulsión trasera), la unidad de control transmite la fuerza hacia adelante, y el Focus sale recto de la curva. Para lograr los trucos de un piloto de rallyes, como Ken Block, el esperanzado conductor, tras tomar la curva, debe dejar que el eje trasero se desplace (cada vez más lejos) y, solo entonces, pisar el acelerador y volver a girar hacia dentro.

BMW M2: ¿Hablábamos de drifting?

El BMW es todo un especialista y, además, al estilo clásico (y en peligro de extinción), lo que convierte al M2 en una rara avis hoy entre los deportivos compactos: cambiar de carga, dejar que el eje trasero gire, pisar el acelerador, cambiar de dirección y ejecutar. Con lo único que hay que tener cuidado es con su par motor. Por suerte, el M2 Coupé realiza el derrape con prudencia, el eje trasero amplía ligeramente el radio de la curva, y los neumáticos traseros se rozan suavemente.  Decimos "por suerte", porque la dirección no responde precisamente con mucho ahínco, y resulta extrañamente artificial. De permitirnos orientar la trasera con una precisión milimétrica se encarga principalmente el incendiario y terco turbocompresor, que permite dosificar el derrape. Gracias al reducido juego de sus articulaciones esféricas, el deportivo de BMW gira con precisión con el eje delantero, deslizándose en el vértice de la curva suave, pero constantemente con las ruedas delanteras si se mantiene la presión, o con las ruedas traseras si se pisa a fondo. La campanada viene luego.

Por el contrario, en caso de duda, el Mercedes AMG A 45 se desvía de la trayectoria con subviraje, y la dirección avisa al piloto a tiempo. El eje delantero es el alfa y el omega de la dinámica, y no debe maltratarse demasiado, por lo que es mejor llegar al vértice algo más despacio, pisar rápido el acelerador y dejar que el coche salga. En ese momento, el cuatro cilindros con turbocompresor de Mercedes toma una buena bocanada de aire e impulsa al AMG A 45 al exterior de la curva con un envite brutal. Sin embargo, a quien espere poses heroicas en las curvas le convendrá saber que, vistos desde fuera, estos envites se perciben más como errores de conducción que como maniobras de drifting intencionadas. La campanada nos espera en la carretera. Y es que, en posición de confort, los amortiguadores alisan las irregularidades del asfalto con tanta precisión que prácticamente no transmiten ninguna al chasis. Gracias al bloqueo delantero opcional, todo el par motor se trasforma directamente en empuje en el Mercedes.

Deportivos de más de 300 CVEl BMW M2, por su parte, se mueve de modo equilibrado por poblado y carretera. Sus asientos son cómodos, y su suspensión te lo pone fácil. Menos para familias, tiene madera de primer coche. Al fin y al cabo, los coupés de dos puertas suelen tener poco espacio en la parte de atrás. Lo que sí es típico de BMW es su 6 cilindros, con una tracción monumental y un trompeteo ensordecedor. Con lo único que no armoniza es con la caja de cambios de doble embrague que da tirones al arrancar.

¿Y qué hay de deportividad? En BMW, "M" es sinónimo de una buena ración de potencia, con dimensiones relativamente compactas y predominio del eje trasero, pero no así de placer en carretera, precisamente. Su rígida suspensión reacciona de mala gana a las irregularidades del terreno, transmitiendo los golpes a la carrocería. Esto le pasa factura a la dirección, con lo que hacen falta concentración y buenos reflejos para conducir rápido. En la pista de pruebas, ya en cambio es otro cantar: gracias a su rigidez, el BMW M2 es el que más rápido se desenvuelve entre los conos.

Al Ford Focus RS le pasa lo contrario: el chasis parece estar diseñado para la carretera comarcal, por la que responde mucho mejor que por la autopista. El sistema de tracción a las cuatro ruedas se luce todavía más, sin los saltos y las pérdidas de agarre de Mercedes y BMW. El Focus RS devora las curvas: cuanto más se pisa el acelerador, más acorta los radios. Esta conducta requiere confianza, sobre todo teniendo en cuenta que el chasis se tiene que reposicionar después de entrar en los apoyos. Sin embargo, después se mantiene estable hasta la salida. De todos modos, hay que tener bien agarrado el volante, porque hay ocasiones en que se intenta escapar. En resumen, es un coche tan vivo que sólo los pilotos activos se lo pasarán bien. Pero, eso sí, tan bien como en ningún otro.

BMW M2, Ford Focus RS y Mercedes AMG A 45: prestaciones

Ya hemos visto cómo se comportan los tres, sus sistemas de tracción, cuál es más divertido, pero… ¿y cuál es más rápido en prestaciones? Pues aquí gana el Mercedes AMG A 45, por poco. Hemos medido su 0 a 100 km/h en 4,3 segundos y los 1.000 metros desde parado en 12,6. Por su parte, el BMW M2 los registra en 4,6 y 12,8 segundos, respectivamente, y el Ford Focus RS en 5,2 y 13,6 segundos, siendo ya algo más lento.

Entrando ya en nuestro circuito de pruebas más exigente, es el BMW M2 el que se lleva el “gato al agua”, siendo ligeramente más rápido en el eslalon que el Mercedes (y algo más ya que el Focus), tanto con el ESP activado como desactivado. Los tres, eso sí, frenan en las mismas cifras, mientras que si hablamos de consumos el Mercedes AMG resulta claramente más eficiente: 6,9 l/100 km de media, frente a los 7,7 l/100 km del Ford Focus RS y los 7,9 del BMW M2.

Compactos deportivos en circuitoBMW M2, Ford Focus RS y Mercedes AMG A 45: ¿Con cuál quedarnos?

En el apartado de costes arrasa el económico Ford Focus RS (¿alguien se esperaba otra cosa?). Sin embargo, a la hora de enfrentarse al día a día, está configurado de un modo demasiado duro, y por eso tiene que conformarse con la tercera posición. ¿Estás buscando un compacto agresivo con el que poder imitar un poco a Ken Block? En ese caso, su campeón tiene el nombre: RS.

Sin embargo, quien de verdad quiera imitar a Ken Block en todo momento tendrá que sacar el fajo de billetes y contar más de 62.000 euros (manual) para llevarse el BMW M2 (correspondientemente bien equipado). Aquí no hay alternativa para una verdadera propulsión trasera. Por cierto, que si eres un gourmet de los motores, con su 6 cilindros estarás encantado. Sin embargo, en la puntuación de criterios de conducción cotidiana, sólo alcanza la segunda posición, y todo por culpa… del sistema de tracción.

Con el Mercedes AMG A 45 podrás ya desplazarte con el máximo confort por tu día a día (¡no te olvides de encargar los amortiguadores adaptativos!), catapultarte a máxima velocidad por carretera con su sistema de lanzamiento Launch Control, disfrutar del show más emocionante, fiarte de la mayoría de sistemas de asistencia a la conducción y de la dinámica más accesible, consumir menos que los demás y... En fin, creo que ya son suficientes argumentos, ¿no?

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