BMW 750i

BMW no ha querido romper los moldes con su nuevo Serie 7, que ofrece una elegante y discreta carrocería, una espectacular presentación interior y un comportamiento dinámico de primer nivel. Asociado al motor V8 de 407 CV se convierte en un deportivo para disfrutar en carretera y en una súper berlina para viajar con la máxima comodidad.

BMW 750i
BMW 750i

Es completamente nuevo, pero su imagen resulta bastante familiar, pues los responsables de BMW no han querido arriesgar mucho en el diseño del buque insignia de la marca bávara, que en su anterior edición resultó bastante criticado por su macizo aspecto.

Ahora el modelo tiene un aire fresco, a medio camino entre la Serie 3 y la Serie 6 y, a pesar de sus mayores dimensiones exteriores, parece más compacto. Las formas abombadas del capó, los grandes «riñones» delanteros de la parrilla y los prominentes pasos de rueda le proporcionan un aspecto mucho más dinámico y juvenil.

También la trasera pierde peso respecto al modelo de anterior generación y presenta una línea más moderna y atractiva caracterizada por unos innovadores grupos ópticos, de aspecto muy «tecno», y que configura un maletero algo justo en relación a las dimensiones –y eso que prescinde de rueda de repuesto-.

Pero sin duda, es en el interior donde se aprecia un verdadero salto cualitativo respecto a la edición precedente. Aparte de la gran carga tecnológica que ofrece el 750i, el diseño interior ha rejuvenecido unos cuantos años con el empleo de materiales de gran calidad, con una presentación visualmente atractiva y, lo más importante, con más espacio interior en todas las dimensiones.

El selector de la palanca de cambios –con posibilidad de manejo manual de tipo secuencial- vuelve a la consola central en lugar de ubicarse en la columna de dirección. Entrar en el habitáculo y acoplarnos en el puesto de conducción impone bastante, pues no sabemos ni siquiera donde se mete la llave de contacto; una multitud de mandos e interruptores situados en la consola central, en la columna de la dirección y a la izquierda del volante nos intimidan un poco. Menos mal que las instrucciones de funcionamiento –con espectaculares gráficos- se encuentran grabadas en un dispositivo que se gestiona con el nuevo iDrive, mucho más sencillo e intuitivo de manejo a través de menús y submenús, cuya información se visualiza en una espectacular pantalla central de alta resolución y 10,2 pulgadas.

Ahora el mando principal de la consola central permite seleccionar las funciones, girándola, basculándola o presionándola. Además, todos los menús presentan una estructura similar y dispone de teclas de acceso directo para el manejo del navegador, radio, CD, teléfono, una específica de acceso al menú principal y otra tecla de retorno a la función anterior.

Encontrar una postura cómoda al volante no será un problema en el 750i, sea cual sea nuestra complexión. Volante y asiento disponen de múltiples reglajes eléctricos para facilitar la máxima comodidad al conductor, que goza de buen espacio ambientado por materiales de la máxima calidad (cuero, madera, cerámica) y milimétrico ajuste.

Una importante novedad es que el selector de la palanca de cambios –con posibilidad de manejo manual de tipo secuencial- vuelve a la consola central en lugar de ubicarse en la columna de dirección, lo que permite un manejo más rápido si es que queremos hacer manejo del cambio automático, que invita a un apetecible uso manual. Está muy bien escalonado, ofrece transiciones suaves de marcha y gran rapidez de funcionamiento, aunque, excepto para las reducciones, no es necesario intervenir sobre la palanca. La sexta relación, con bastante desmultiplicación, permite mantener los consumos en orden en carretera y autopista (en torno a 12 l/100 km), aunque, en uso urbano, se disparan por encima de los 18 litros.

Otro aspecto que ha mejorado enormemente es el uso del climatizador, que se puede manejar por completo desde sus correspondientes teclas sin necesidad de acceder a complicados menús a través del iDrive. Resulta elegante e innovador el cuadro de instrumentos, que cambia de color en función de la luz ambiente. Además, la calidad de los gráficos representados en el cuadro es magnífica, y la información, muy precisa.

Electrónica al poder

Es completamente nuevo, pero su imagen resulta bastante familiar, pues los responsables de BMW no han querido arriesgar mucho en el diseño del buque insignia de la marca bávara, que en su anterior edición resultó bastante criticado por su macizo aspecto.

Ahora el modelo tiene un aire fresco, a medio camino entre la Serie 3 y la Serie 6 y, a pesar de sus mayores dimensiones exteriores, parece más compacto. Las formas abombadas del capó, los grandes «riñones» delanteros de la parrilla y los prominentes pasos de rueda le proporcionan un aspecto mucho más dinámico y juvenil.

También la trasera pierde peso respecto al modelo de anterior generación y presenta una línea más moderna y atractiva caracterizada por unos innovadores grupos ópticos, de aspecto muy «tecno», y que configura un maletero algo justo en relación a las dimensiones –y eso que prescinde de rueda de repuesto-.

Pero sin duda, es en el interior donde se aprecia un verdadero salto cualitativo respecto a la edición precedente. Aparte de la gran carga tecnológica que ofrece el 750i, el diseño interior ha rejuvenecido unos cuantos años con el empleo de materiales de gran calidad, con una presentación visualmente atractiva y, lo más importante, con más espacio interior en todas las dimensiones.

El selector de la palanca de cambios –con posibilidad de manejo manual de tipo secuencial- vuelve a la consola central en lugar de ubicarse en la columna de dirección. Entrar en el habitáculo y acoplarnos en el puesto de conducción impone bastante, pues no sabemos ni siquiera donde se mete la llave de contacto; una multitud de mandos e interruptores situados en la consola central, en la columna de la dirección y a la izquierda del volante nos intimidan un poco. Menos mal que las instrucciones de funcionamiento –con espectaculares gráficos- se encuentran grabadas en un dispositivo que se gestiona con el nuevo iDrive, mucho más sencillo e intuitivo de manejo a través de menús y submenús, cuya información se visualiza en una espectacular pantalla central de alta resolución y 10,2 pulgadas.

Ahora el mando principal de la consola central permite seleccionar las funciones, girándola, basculándola o presionándola. Además, todos los menús presentan una estructura similar y dispone de teclas de acceso directo para el manejo del navegador, radio, CD, teléfono, una específica de acceso al menú principal y otra tecla de retorno a la función anterior.

Encontrar una postura cómoda al volante no será un problema en el 750i, sea cual sea nuestra complexión. Volante y asiento disponen de múltiples reglajes eléctricos para facilitar la máxima comodidad al conductor, que goza de buen espacio ambientado por materiales de la máxima calidad (cuero, madera, cerámica) y milimétrico ajuste.

Una importante novedad es que el selector de la palanca de cambios –con posibilidad de manejo manual de tipo secuencial- vuelve a la consola central en lugar de ubicarse en la columna de dirección, lo que permite un manejo más rápido si es que queremos hacer manejo del cambio automático, que invita a un apetecible uso manual. Está muy bien escalonado, ofrece transiciones suaves de marcha y gran rapidez de funcionamiento, aunque, excepto para las reducciones, no es necesario intervenir sobre la palanca. La sexta relación, con bastante desmultiplicación, permite mantener los consumos en orden en carretera y autopista (en torno a 12 l/100 km), aunque, en uso urbano, se disparan por encima de los 18 litros.

Otro aspecto que ha mejorado enormemente es el uso del climatizador, que se puede manejar por completo desde sus correspondientes teclas sin necesidad de acceder a complicados menús a través del iDrive. Resulta elegante e innovador el cuadro de instrumentos, que cambia de color en función de la luz ambiente. Además, la calidad de los gráficos representados en el cuadro es magnífica, y la información, muy precisa.

Electrónica al poder