BMW 320i

En esta constante guerra de cifras en las que se mueve el mundo del motor, oír 150 CV de un motor de gasolina en un BMW puede parecer poco, pero no es así. Este 320i no ofrece unas prestaciones de infarto, pero sí que tiene un comportamiento dinámico de primer orden, de lo mejor del segmento.

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El 320i es un coche bastante racional. En una época en la que las motorizaciones de gasolina están de capa caída, sobre todo en el segmento de las berlinas medias, es una sorpresa muy agradable este 320i, un coche que cumple en prestaciones, tiene un consumo moderado, es agradable y divertido de conducir.El modelo de BMW hace honor al eslogan de la marca, pues es un automóvil en el que disfrutas al volante. Tanto en grandes vías como en las carreteras más retorcidas, el 320i hace gala de un comportamiento impecable. En las primeras, muestra un gran aplomo y, a pesar de contar con unas suspensiones bastante firmes, la comodidad de los ocupantes no se ve afectada… por lo menos en los asfaltos en mejor estado. En carreteras de inferior nivel y con pavimentos rotos, los rebotes de la suspensión se hacen más patentes en nuestros riñones, pero no son, de ningún modo, incómodos. Es en las zonas de curvas donde sale a relucir el verdadero carácter de este 320i. Aquí aparece la diversión. En las curvas de mayor radio se muestra inamovible, gracias a un chasis que está preparado para soportar más potencia que los 150 CV que entrega esta versión, y concede velocidades de paso bastante elevadas; en las más cerradas, los apoyos se hacen con bastante aplomo y la carrocería apenas oscila. Cuando levantamos el pie del acelerador en esta situación, la tendencia es hacia el subviraje, aunque muy contenido. La responsabilidad de tan buenas sensaciones hay que se debe a tres elementos principalmente. Se trata del chasis –muy “sobrado" para esta versión-, las suspensiones –perfectamente calibradas- y una dirección que nos ha parecido de las más rápidas y directas del segmento. El coche gira de una manera espectacular: según apuntas con el volante, ya lo tienes colocado y eso que no cuenta con la dirección asistida variable, que no se ofrece ni como opción en esta versión. El propulsor elegido para animar esta variante es un dos litros y cuatro cilindros que se basa en el mismo que equipa el 318i, aunque con un incremento de potencia, desde 129 a 150 CV. Esta mecánica es ya veterana en la gama, pero se le han realizado algunas mejoras para actualizarla. Así, se ha intentado incrementar su suavidad y se han hecho ajustes para disminuir consumos y reducir emisiones. Su potencia declarada es de 150 CV, aunque en nuestro banco de rodillos ha entregado algún caballo menos –146,2 exactamente- y su par máximo es de 20,4 mkg a 3.600 rpm –19,6 mkg a 3.085 rpm en banco-. Lo más destacado de este motor no son sus cifras de aceleraciones o recuperaciones, aunque son parecidas a las de sus rivales de similares potencia. Aun así, acelerar de 0 a 100 km/h en 9,4 segundos y alcanzar el kilómetro desde parado en 30,9 segundos no está nada mal y es más que suficiente para un conductor sin aspiraciones deportivas. Sin embargo, a algunos puede parecerles un motor algo “corto". Lo que está fuera de toda duda es que es suave en su entrega de potencia, sin brusquedades y saltos, y que es muy agradable cuando lo utilizamos a bajas revoluciones, donde ya cuenta con más del 80 por ciento del par máximo. Esto lo consigue, en gran parte, gracias a dos sistemas ya conocidos y usados masivamente por BMW: el de modificación variable de las válvulas Valvetronic y el de regulación continua del árbol de levas Bi-Vanos.El propulsor responde bien a las demandas del pedal del acelerador y sube bien de vueltas, estirando hasta las 6.000 rpm, pero no con la contundencia que hemos percibido en las pruebas realizadas en Autopista.es a otros BMW, como es el caso del 320d o del 325i.El consumo es otro de los apartados donde este 320i obtiene buena calificación. Con un consumo medio de 8,3 litros cada 100 km (según mediciones de nuestro Centro Técnico), está entre los que menos gastan del segmento. Y podría gastar menos, pues se ve penalizado por un consumo urbano algo elevado (10,2 l/100 km), sobre todo si lo comparamos con el obtenido en carretera abierta (7,4 l/100 km a velocidades constantes de 120 km/h y 6,6 l/100 km a cruceros de 100 km/h). Los frenos también funcionan con una eficacia notable, con una mordiente y una resistencia a la fatiga muy buenas. Al mismo tiempo, las distancias de frenado son magníficas, algo que también hay que agradecer a unos neumáticos de gran tamaño, como son los 225/55 sobre llanta de 16 pulgadas que equipaba nuestra unidad de pruebas.
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El 320i es un coche bastante racional. En una época en la que las motorizaciones de gasolina están de capa caída, sobre todo en el segmento de las berlinas medias, es una sorpresa muy agradable este 320i, un coche que cumple en prestaciones, tiene un consumo moderado, es agradable y divertido de conducir.El modelo de BMW hace honor al eslogan de la marca, pues es un automóvil en el que disfrutas al volante. Tanto en grandes vías como en las carreteras más retorcidas, el 320i hace gala de un comportamiento impecable. En las primeras, muestra un gran aplomo y, a pesar de contar con unas suspensiones bastante firmes, la comodidad de los ocupantes no se ve afectada… por lo menos en los asfaltos en mejor estado. En carreteras de inferior nivel y con pavimentos rotos, los rebotes de la suspensión se hacen más patentes en nuestros riñones, pero no son, de ningún modo, incómodos. Es en las zonas de curvas donde sale a relucir el verdadero carácter de este 320i. Aquí aparece la diversión. En las curvas de mayor radio se muestra inamovible, gracias a un chasis que está preparado para soportar más potencia que los 150 CV que entrega esta versión, y concede velocidades de paso bastante elevadas; en las más cerradas, los apoyos se hacen con bastante aplomo y la carrocería apenas oscila. Cuando levantamos el pie del acelerador en esta situación, la tendencia es hacia el subviraje, aunque muy contenido. La responsabilidad de tan buenas sensaciones hay que se debe a tres elementos principalmente. Se trata del chasis –muy “sobrado" para esta versión-, las suspensiones –perfectamente calibradas- y una dirección que nos ha parecido de las más rápidas y directas del segmento. El coche gira de una manera espectacular: según apuntas con el volante, ya lo tienes colocado y eso que no cuenta con la dirección asistida variable, que no se ofrece ni como opción en esta versión. El propulsor elegido para animar esta variante es un dos litros y cuatro cilindros que se basa en el mismo que equipa el 318i, aunque con un incremento de potencia, desde 129 a 150 CV. Esta mecánica es ya veterana en la gama, pero se le han realizado algunas mejoras para actualizarla. Así, se ha intentado incrementar su suavidad y se han hecho ajustes para disminuir consumos y reducir emisiones. Su potencia declarada es de 150 CV, aunque en nuestro banco de rodillos ha entregado algún caballo menos –146,2 exactamente- y su par máximo es de 20,4 mkg a 3.600 rpm –19,6 mkg a 3.085 rpm en banco-. Lo más destacado de este motor no son sus cifras de aceleraciones o recuperaciones, aunque son parecidas a las de sus rivales de similares potencia. Aun así, acelerar de 0 a 100 km/h en 9,4 segundos y alcanzar el kilómetro desde parado en 30,9 segundos no está nada mal y es más que suficiente para un conductor sin aspiraciones deportivas. Sin embargo, a algunos puede parecerles un motor algo “corto". Lo que está fuera de toda duda es que es suave en su entrega de potencia, sin brusquedades y saltos, y que es muy agradable cuando lo utilizamos a bajas revoluciones, donde ya cuenta con más del 80 por ciento del par máximo. Esto lo consigue, en gran parte, gracias a dos sistemas ya conocidos y usados masivamente por BMW: el de modificación variable de las válvulas Valvetronic y el de regulación continua del árbol de levas Bi-Vanos.El propulsor responde bien a las demandas del pedal del acelerador y sube bien de vueltas, estirando hasta las 6.000 rpm, pero no con la contundencia que hemos percibido en las pruebas realizadas en Autopista.es a otros BMW, como es el caso del 320d o del 325i.El consumo es otro de los apartados donde este 320i obtiene buena calificación. Con un consumo medio de 8,3 litros cada 100 km (según mediciones de nuestro Centro Técnico), está entre los que menos gastan del segmento. Y podría gastar menos, pues se ve penalizado por un consumo urbano algo elevado (10,2 l/100 km), sobre todo si lo comparamos con el obtenido en carretera abierta (7,4 l/100 km a velocidades constantes de 120 km/h y 6,6 l/100 km a cruceros de 100 km/h). Los frenos también funcionan con una eficacia notable, con una mordiente y una resistencia a la fatiga muy buenas. Al mismo tiempo, las distancias de frenado son magníficas, algo que también hay que agradecer a unos neumáticos de gran tamaño, como son los 225/55 sobre llanta de 16 pulgadas que equipaba nuestra unidad de pruebas.