Audi Cabrio V6 2.4

El motor de gasolina V6 con 170 CV se las ve y se las desea para mover con agilidad este convertible que, sin embargo, destaca por unos acabados impecables y una fina elegancia que llama poderosamente la atención.

Audi Cabrio V6 2.4
Audi Cabrio V6 2.4

El cuidado puesto en el diseño no ha limitado la consecución de un excelente Cx y de una buena insonorización aerodinámica ya que el ruido comienza a "sentirse" sólo a partir de 170 km/h. Hasta esa velocidad se rueda con buen confort, tanto sobre buen pavimento como sobre firmes bacheados, aunque este aspecto se ve afectado por algunos detalles que no están a la altura del prestigio de Audi ni de la calidad esperable de este modelo. El motor V6 2.4 muestra una notable falta de respuesta a bajas revoluciones y no reacciona hasta casi 4.500 rpm. Entre este régimen y 5.500 rpm tiene vibraciones de alta frecuencia que son muy perceptibles por el conductor debido, quizás, a una inadecuada filtración en el montaje del pedal del acelerador y de la transmisión, lo que se nota claramente en la palanca de cambios. Para colmo, el acelerador electrónico parece tener un "hueco", retrasándose bastante la reacción del motor cuando se quiere acelerar a fondo desde primera o segunda.

Es evidente que los casi 200 kg más que el Audi Cabrio pesa respecto de la berlina A4 tienen mucha influencia en esta pereza que experimenta cuando se trata de recuperar o adelantar. De todas maneras, el A4 cabrio no es el tipo de vehículo que, necesariamente, deba impresionar por sus prestaciones, aunque sí podría esperarse más del motor en cuanto a suavidad de marcha y agrado de conducción a bajo régimen, sobre todo teniendo en cuenta que su potencia específica es bastante moderada.

Otro cantar muy diferente es el del comportamiento del chasis. La estructura reforzada tiene una rigidez aceptable para tratarse de un cabrio, aunque las de BMW y Mercedes son algo más fuertes en este sentido. A partir de ahí, la capacidad de absorción de las suspensiones es notable y el aplomo de marcha, aún a alta velocidad en zonas bacheadas, sorprende agradablemente. También nos gustó su seguridad en curvas y su capacidad de transmitir la potencia al pavimento. Provisto con control de tracción y estabilidad, ambos entran en acción de manera muy suave y casi no se entrometen cuando desarrollamos una conducción vivaz y deportiva. Realmente hay que dejarse llevar por muchos excesos para que hagan sentir su presencia. Con el ESP quitado, la seguridad dinámica sigue siendo muy alta, aunque las reacciones de la dirección, algo desmultiplicada, disten mucho de ser las típicas de un deportivo. La actitud dominante en curva, con la monta de neumáticos más deportiva (235/45 R 17), es la de un deslizamiento de morro que es más notable en la entrada que en las fases medias.

El eje trasero no se mueve y tampoco se muestra nervioso aun quitando el pie del acelerador en apoyo. Otro aspecto elogiable es el sistema de frenos, por su mordiente y resistencia, así como el tacto del cambio, que es muy suave y de recorridos medios, lo que permite una selección rápida de las marchas. Como en casi todos los Audi, la lista de opcionales y accesorios es muy completa, abarcando distintos tipos de llantas, neumáticos, faros de xenón, volante con mandos incorporados, sistema acústico de aparcamiento, navegador GPS y otros detalles de confort. Globalmente, este convertible es un modelo muy bien realizado, aunque el motor 2.4 resulta a todas luces insuficiente dando la impresión de que lo suyo es decantarse por el motor 3.0.

El motor 3.0, con el cambio multitronic de seis marchas, no sólo es más progresivo y prestacional, obviamente, sino, también, algo más silencioso y más refinado por un mejor filtrado de las vibraciones. Llega con agilidad y progresividad hasta 6.500 rpm pero comienza a tirar con verdaderas ganas a partir de las 3.500 rpm. Las seis marchas le otorgan mayores posibilidades de elección y de salir "disparados" en velocidades intermedias. Es larga la quinta y aún más la sexta, de 58 km/h cada 1.000 rpm, pensada para reducir el consumo y que permite viajar a velocidades de crucero moderadas con un buen nivel de insonorización en el habitáculo. Uno puede elegir el modo secuencial en el cambio y realizar la selección de marchas tanto con la palanca de cambios convencional o utilizando los botones situados en el volante. Con uno u otro sistema las inserciones se producen con absoluta suavidad y bastante rapidez. El resto del vehículo es idéntico a su hermano 2.4, incluyendo el buen comportamiento dinámico.