Es una nueva lucha de castas. De esa clase especial de berlinas que, ya segmento a segmento, y generación tras generación, alcanza la categoría de aristocracia del motor por su elevada tecnología, confort y dinamismo sumado con gran elegancia. O, lo que es lo mismo, entre Audi y Mercedes. La conocíamos en versión media (A4 y Clase C), grande (A6 y Clase E)... y superior (A8 y Clase S). Pero nunca la habíamos vivido en el formato más emocional y, hoy también, más vanguardista. No existía.
Desde 2004, Mercedes navegó completamente sola. Imaginó el concepto antes que nadie, con un CLS que sorprendió por su original y agresiva carrocería de casi
Con un más práctico portón trasero, el Audi A7 llega hoy adoctrinado por la tecnología del nuevo A8, por la tracción total con diferencial de corona del RS5, por la arquitectura mixta planteada también para el nuevo A6... prometiendo máximas emociones. Tantas como un Mercedes CLS con base de último Clase E, bastidor también con nuevos componentes de aluminio (capó, puertas, pasos de rueda...), más espacio o equipamiento de Clase S. Y ambos, aquí, con motores V6 gasolina y avanzados cambios automáticos de 7 marchas. ¿Qué más se puede pedir? Pues, como habrán comprobado, que BMW se sume a la fiesta. Será en 2012 con su nuevo Serie 6 Gran Coupé, pero, mientras tanto... la corte reclama soberano.
Autoridad suprema hasta la fecha, el Mercedes CLS debe someterse ya por tanto a referéndum. Y enfrente está el Audi A7. Dos cochazos que se presentan ante nosotros con uniforme de gala: ambos con suspensión neumática (cuesta unos 2.400 euros) para elevar aún más la efectividad en carretera. Claro que, más que hablar de dos coupés, casi habría que referirse a 4... en función de los modos de conducción elegidos. Más eficaces los dos en posiciones dinámicas, subirse a uno y otro marca diferencias y, cómo no, personalidades.
De inicio, sorprende la suavidad del Mercedes CLS, todo progresividad tanto en mandos como en movimientos de carrocería. Va más filtrado y, aunque en modo Comfort ofrece el bastidor más suelto, en Sport tampoco elimina por completo cierta flexibilidad de la amortiguación en extensión. No al menos como un Audi A7 que, sin perder nunca un muy buena comodidad de pisada, también proporcionada por menor sonoridad de marcha y más superficie de rodadura (más batalla y anchura), transmite sobre todo en Sport mayor solidez y sujeción de carrocería. Así que, aunque respecto a sus berlinas de origen y corte clásico (A6 y Clase E), los dos apuestan hacia una conducción más informativa y emocional, en general sentimos un A7 más instantáneo y directo, también a las órdenes de acelerador y cambio.
Cuestión, en principio, de gustos, porque falta ver cómo se traduce en busca de mayor eficacia dinámica. Y, aquí, el Mercedes CLS sorprende. Bueno, en realidad, y atendiendo a volumen y dimensiones, ambos por su combinación de confort y deportividad... aunque menos lo esperábamos de un Mercedes más aislado. Porque, incluso sin tracción total (habrá versiones 4Matic desde septiembre), el Mercedes CLS no pierde la estela del Audi A7.
Herederos de la más avanzada tecnología de Audi y Mercedes, no podemos esperar más que celdas de máxima seguridad. Fortalezas donde no se escatima en respuesta o equipamiento. Junto a todo lo imprescindible, el A7 añade de serie airbags laterales traseros, control de presión de neumáticos y la siempre aconsejable tracción quattro, mientras el CLS aporta airbag de rodilla delantero y sistema de alerta de cansancio. La batería "anti-accidentes" incluye en los dos los más sofisticados sistemas opcionales de asistencia, entre los que se incluyen controles de cambio de carril, ángulo muerto, visión nocturna o la exclusiva tecnología de ópticas por LEDs, donde Mercedes toma la delantera a Audi al poder asociarla con la iluminación adaptativa: se hace de día en la noche.
Ser deportivo en Mercedes sin parecerlo: en parte por ligereza (
Muy estable, el Audi A7 saca inicialmente en aceleración partido a su efectiva tracción total quattro para tomar ligeramente la delantera, también con un opcional diferencial autoblocante (1.305 €) que agiliza la respuesta de un tren trasero en general menos participativo. Maquinaria "pesada" para un Audi A7 que se conduce casi tan fácil como un A4, a base de acelerador y con un buen tren delantero que marca siempre el límite asumiendo hasta
— Motor y vida a bordo
Es una nueva lucha de castas. De esa clase especial de berlinas que, ya segmento a segmento, y generación tras generación, alcanza la categoría de aristocracia del motor por su elevada tecnología, confort y dinamismo sumado con gran elegancia. O, lo que es lo mismo, entre Audi y Mercedes. La conocíamos en versión media (A4 y Clase C), grande (A6 y Clase E)... y superior (A8 y Clase S). Pero nunca la habíamos vivido en el formato más emocional y, hoy también, más vanguardista. No existía.
Desde 2004, Mercedes navegó completamente sola. Imaginó el concepto antes que nadie, con un CLS que sorprendió por su original y agresiva carrocería de casi
Con un más práctico portón trasero, el Audi A7 llega hoy adoctrinado por la tecnología del nuevo A8, por la tracción total con diferencial de corona del RS5, por la arquitectura mixta planteada también para el nuevo A6... prometiendo máximas emociones. Tantas como un Mercedes CLS con base de último Clase E, bastidor también con nuevos componentes de aluminio (capó, puertas, pasos de rueda...), más espacio o equipamiento de Clase S. Y ambos, aquí, con motores V6 gasolina y avanzados cambios automáticos de 7 marchas. ¿Qué más se puede pedir? Pues, como habrán comprobado, que BMW se sume a la fiesta. Será en 2012 con su nuevo Serie 6 Gran Coupé, pero, mientras tanto... la corte reclama soberano.
Autoridad suprema hasta la fecha, el Mercedes CLS debe someterse ya por tanto a referéndum. Y enfrente está el Audi A7. Dos cochazos que se presentan ante nosotros con uniforme de gala: ambos con suspensión neumática (cuesta unos 2.400 euros) para elevar aún más la efectividad en carretera. Claro que, más que hablar de dos coupés, casi habría que referirse a 4... en función de los modos de conducción elegidos. Más eficaces los dos en posiciones dinámicas, subirse a uno y otro marca diferencias y, cómo no, personalidades.
De inicio, sorprende la suavidad del Mercedes CLS, todo progresividad tanto en mandos como en movimientos de carrocería. Va más filtrado y, aunque en modo Comfort ofrece el bastidor más suelto, en Sport tampoco elimina por completo cierta flexibilidad de la amortiguación en extensión. No al menos como un Audi A7 que, sin perder nunca un muy buena comodidad de pisada, también proporcionada por menor sonoridad de marcha y más superficie de rodadura (más batalla y anchura), transmite sobre todo en Sport mayor solidez y sujeción de carrocería. Así que, aunque respecto a sus berlinas de origen y corte clásico (A6 y Clase E), los dos apuestan hacia una conducción más informativa y emocional, en general sentimos un A7 más instantáneo y directo, también a las órdenes de acelerador y cambio.
Cuestión, en principio, de gustos, porque falta ver cómo se traduce en busca de mayor eficacia dinámica. Y, aquí, el Mercedes CLS sorprende. Bueno, en realidad, y atendiendo a volumen y dimensiones, ambos por su combinación de confort y deportividad... aunque menos lo esperábamos de un Mercedes más aislado. Porque, incluso sin tracción total (habrá versiones 4Matic desde septiembre), el Mercedes CLS no pierde la estela del Audi A7.
Herederos de la más avanzada tecnología de Audi y Mercedes, no podemos esperar más que celdas de máxima seguridad. Fortalezas donde no se escatima en respuesta o equipamiento. Junto a todo lo imprescindible, el A7 añade de serie airbags laterales traseros, control de presión de neumáticos y la siempre aconsejable tracción quattro, mientras el CLS aporta airbag de rodilla delantero y sistema de alerta de cansancio. La batería "anti-accidentes" incluye en los dos los más sofisticados sistemas opcionales de asistencia, entre los que se incluyen controles de cambio de carril, ángulo muerto, visión nocturna o la exclusiva tecnología de ópticas por LEDs, donde Mercedes toma la delantera a Audi al poder asociarla con la iluminación adaptativa: se hace de día en la noche.
Ser deportivo en Mercedes sin parecerlo: en parte por ligereza (
Muy estable, el Audi A7 saca inicialmente en aceleración partido a su efectiva tracción total quattro para tomar ligeramente la delantera, también con un opcional diferencial autoblocante (1.305 €) que agiliza la respuesta de un tren trasero en general menos participativo. Maquinaria "pesada" para un Audi A7 que se conduce casi tan fácil como un A4, a base de acelerador y con un buen tren delantero que marca siempre el límite asumiendo hasta
— Motor y vida a bordo