Audi A7 Sportback 3.0 TFSI quattro y Mercedes CLS 350 BlueEfficiency

Imagen, maneras y condición física. No sólo son parte de la nobleza del automóvil: heredan ya, además, todo el saber por su linaje. Durante años, el Mercedes CLS ejerció el poder como primera gran berlina-coupé. Hoy, al celebrar descendencia, Audi reclama la sucesión. Su nuevo A7 llega muy preparado. ¿Quién ganará el duelo?

Audi A7 Sportback 3.0 TFSI quattro y Mercedes CLS 350 BlueEfficiency
Audi A7 Sportback 3.0 TFSI quattro y Mercedes CLS 350 BlueEfficiency

Es una nueva lucha de castas. De esa clase especial de berlinas que, ya segmento a segmento, y generación tras generación, alcanza la categoría de aristocracia del motor por su elevada tecnología, confort y dinamismo sumado con gran elegancia. O, lo que es lo mismo, entre Audi y Mercedes. La conocíamos en versión media (A4 y Clase C), grande (A6 y Clase E)... y superior (A8 y Clase S). Pero nunca la habíamos vivido en el formato más emocional y, hoy también, más vanguardista. No existía. 

Desde 2004, Mercedes navegó completamente sola. Imaginó el concepto antes que nadie, con un CLS que sorprendió por su original y agresiva carrocería de casi 5 metros de longitud de estilo coupé, pero con 4 puertas. Afianzado, casi 7 años después, tendrá por fin verdadero rival. Separado entre tanto por debajo de un popular Volkswagen Passat CC, y por arriba de un más exclusivo Porsche Panamera, Mercedes esperaba ya a Audi con las espadas en lo alto. Tanto que, para la embestida, presenta sucesión con una segunda entrega CLS más moderna y mejorada. Porque el Audi A7 tiempo ha tenido para instruirse.

Con un más práctico portón trasero, el Audi A7 llega hoy adoctrinado por la tecnología del nuevo A8, por la tracción total con diferencial de corona del RS5, por la arquitectura mixta planteada también para el nuevo A6... prometiendo máximas emociones. Tantas como un Mercedes CLS con base de último Clase E, bastidor también con nuevos componentes de aluminio (capó, puertas, pasos de rueda...), más espacio o equipamiento de Clase S. Y ambos, aquí, con motores V6 gasolina y avanzados cambios automáticos de 7 marchas. ¿Qué más se puede pedir? Pues, como habrán comprobado, que BMW se sume a la fiesta. Será en 2012 con su nuevo Serie 6 Gran Coupé, pero, mientras tanto... la corte reclama soberano.

Autoridad suprema hasta la fecha, el Mercedes CLS debe someterse ya por tanto a referéndum. Y enfrente está el Audi A7. Dos cochazos que se presentan ante nosotros con uniforme de gala: ambos con suspensión neumática (cuesta unos 2.400 euros) para elevar aún más la efectividad en carretera. Claro que, más que hablar de dos coupés, casi habría que referirse a 4... en función de los modos de conducción elegidos. Más eficaces los dos en posiciones dinámicas, subirse a uno y otro marca diferencias y, cómo no, personalidades.

De inicio, sorprende la suavidad del Mercedes CLS, todo progresividad tanto en mandos como en movimientos de carrocería. Va más filtrado y, aunque en modo Comfort ofrece el bastidor más suelto, en Sport tampoco elimina por completo cierta flexibilidad de la amortiguación en extensión. No al menos como un Audi A7 que, sin perder nunca un muy buena comodidad de pisada, también proporcionada por menor sonoridad de marcha y más superficie de rodadura (más batalla y anchura), transmite sobre todo en Sport mayor solidez y sujeción de carrocería. Así que, aunque respecto a sus berlinas de origen y corte clásico (A6 y Clase E), los dos apuestan hacia una conducción más informativa y emocional, en general sentimos un A7 más instantáneo y directo, también a las órdenes de acelerador y cambio.

Cuestión, en principio, de gustos, porque falta ver cómo se traduce en busca de mayor eficacia dinámica. Y, aquí, el Mercedes CLS sorprende. Bueno, en realidad, y atendiendo a volumen y dimensiones, ambos por su combinación de confort y deportividad... aunque menos lo esperábamos de un Mercedes más aislado. Porque, incluso sin tracción total (habrá versiones 4Matic desde septiembre), el Mercedes CLS no pierde la estela del Audi A7

Herederos de la más avanzada tecnología de Audi y Mercedes, no podemos esperar más que celdas de máxima seguridad. Fortalezas donde no se escatima en respuesta o equipamiento. Junto a todo lo imprescindible, el A7 añade de serie airbags laterales traseros, control de presión de neumáticos y la siempre aconsejable tracción quattro, mientras el CLS aporta airbag de rodilla delantero y sistema de alerta de cansancio. La batería "anti-accidentes" incluye en los dos los más sofisticados sistemas opcionales de asistencia, entre los que se incluyen controles de cambio de carril, ángulo muerto, visión nocturna o la exclusiva tecnología de ópticas por LEDs, donde Mercedes toma la delantera a Audi al poder asociarla con la iluminación adaptativa: se hace de día en la noche.

Ser deportivo en Mercedes sin parecerlo: en parte por ligereza (150 kg menos), pero también por franqueza en los apoyos, con una suspensión que trabaja muy bien las cargas y descargas de carrocería, una alta motricidad en seco, mucha huella trasera con neumáticos opcionales 285/35 18 y, muy importante, una dirección paramétrica de serie (varía la desmultiplicación en función del ángulo de giro) muy rápida y precisa de guiado. Nos gusta más que la de Audi, más artificial al tacto en sus distintos modos: o muy dura y pesada en Dynamic, o demasiado asistida en Comfort. Entre medias, a diferencia del CLS, Audi cuenta también con un modo Auto para dar más o menos libertad a los caballos y endurecer o ablandar la pisada según necesidad, convirtiendo definitivamente al A7 en un coupé cómodo y tremendamente eficaz.

Muy estable, el Audi A7 saca inicialmente en aceleración partido a su efectiva tracción total quattro para tomar ligeramente la delantera, también con un opcional diferencial autoblocante (1.305 €) que agiliza la respuesta de un tren trasero en general menos participativo. Maquinaria "pesada" para un Audi A7 que se conduce casi tan fácil como un A4, a base de acelerador y con un buen tren delantero que marca siempre el límite asumiendo hasta 100 kg más de peso que el Mercedes CLS. En definitiva, Audi y Mercedes toman caminos distintos para llegar, prácticamente, al mismo tiempo.

Motor y vida a bordo

Es una nueva lucha de castas. De esa clase especial de berlinas que, ya segmento a segmento, y generación tras generación, alcanza la categoría de aristocracia del motor por su elevada tecnología, confort y dinamismo sumado con gran elegancia. O, lo que es lo mismo, entre Audi y Mercedes. La conocíamos en versión media (A4 y Clase C), grande (A6 y Clase E)... y superior (A8 y Clase S). Pero nunca la habíamos vivido en el formato más emocional y, hoy también, más vanguardista. No existía. 

Desde 2004, Mercedes navegó completamente sola. Imaginó el concepto antes que nadie, con un CLS que sorprendió por su original y agresiva carrocería de casi 5 metros de longitud de estilo coupé, pero con 4 puertas. Afianzado, casi 7 años después, tendrá por fin verdadero rival. Separado entre tanto por debajo de un popular Volkswagen Passat CC, y por arriba de un más exclusivo Porsche Panamera, Mercedes esperaba ya a Audi con las espadas en lo alto. Tanto que, para la embestida, presenta sucesión con una segunda entrega CLS más moderna y mejorada. Porque el Audi A7 tiempo ha tenido para instruirse.

Con un más práctico portón trasero, el Audi A7 llega hoy adoctrinado por la tecnología del nuevo A8, por la tracción total con diferencial de corona del RS5, por la arquitectura mixta planteada también para el nuevo A6... prometiendo máximas emociones. Tantas como un Mercedes CLS con base de último Clase E, bastidor también con nuevos componentes de aluminio (capó, puertas, pasos de rueda...), más espacio o equipamiento de Clase S. Y ambos, aquí, con motores V6 gasolina y avanzados cambios automáticos de 7 marchas. ¿Qué más se puede pedir? Pues, como habrán comprobado, que BMW se sume a la fiesta. Será en 2012 con su nuevo Serie 6 Gran Coupé, pero, mientras tanto... la corte reclama soberano.

Autoridad suprema hasta la fecha, el Mercedes CLS debe someterse ya por tanto a referéndum. Y enfrente está el Audi A7. Dos cochazos que se presentan ante nosotros con uniforme de gala: ambos con suspensión neumática (cuesta unos 2.400 euros) para elevar aún más la efectividad en carretera. Claro que, más que hablar de dos coupés, casi habría que referirse a 4... en función de los modos de conducción elegidos. Más eficaces los dos en posiciones dinámicas, subirse a uno y otro marca diferencias y, cómo no, personalidades.

De inicio, sorprende la suavidad del Mercedes CLS, todo progresividad tanto en mandos como en movimientos de carrocería. Va más filtrado y, aunque en modo Comfort ofrece el bastidor más suelto, en Sport tampoco elimina por completo cierta flexibilidad de la amortiguación en extensión. No al menos como un Audi A7 que, sin perder nunca un muy buena comodidad de pisada, también proporcionada por menor sonoridad de marcha y más superficie de rodadura (más batalla y anchura), transmite sobre todo en Sport mayor solidez y sujeción de carrocería. Así que, aunque respecto a sus berlinas de origen y corte clásico (A6 y Clase E), los dos apuestan hacia una conducción más informativa y emocional, en general sentimos un A7 más instantáneo y directo, también a las órdenes de acelerador y cambio.

Cuestión, en principio, de gustos, porque falta ver cómo se traduce en busca de mayor eficacia dinámica. Y, aquí, el Mercedes CLS sorprende. Bueno, en realidad, y atendiendo a volumen y dimensiones, ambos por su combinación de confort y deportividad... aunque menos lo esperábamos de un Mercedes más aislado. Porque, incluso sin tracción total (habrá versiones 4Matic desde septiembre), el Mercedes CLS no pierde la estela del Audi A7

Herederos de la más avanzada tecnología de Audi y Mercedes, no podemos esperar más que celdas de máxima seguridad. Fortalezas donde no se escatima en respuesta o equipamiento. Junto a todo lo imprescindible, el A7 añade de serie airbags laterales traseros, control de presión de neumáticos y la siempre aconsejable tracción quattro, mientras el CLS aporta airbag de rodilla delantero y sistema de alerta de cansancio. La batería "anti-accidentes" incluye en los dos los más sofisticados sistemas opcionales de asistencia, entre los que se incluyen controles de cambio de carril, ángulo muerto, visión nocturna o la exclusiva tecnología de ópticas por LEDs, donde Mercedes toma la delantera a Audi al poder asociarla con la iluminación adaptativa: se hace de día en la noche.

Ser deportivo en Mercedes sin parecerlo: en parte por ligereza (150 kg menos), pero también por franqueza en los apoyos, con una suspensión que trabaja muy bien las cargas y descargas de carrocería, una alta motricidad en seco, mucha huella trasera con neumáticos opcionales 285/35 18 y, muy importante, una dirección paramétrica de serie (varía la desmultiplicación en función del ángulo de giro) muy rápida y precisa de guiado. Nos gusta más que la de Audi, más artificial al tacto en sus distintos modos: o muy dura y pesada en Dynamic, o demasiado asistida en Comfort. Entre medias, a diferencia del CLS, Audi cuenta también con un modo Auto para dar más o menos libertad a los caballos y endurecer o ablandar la pisada según necesidad, convirtiendo definitivamente al A7 en un coupé cómodo y tremendamente eficaz.

Muy estable, el Audi A7 saca inicialmente en aceleración partido a su efectiva tracción total quattro para tomar ligeramente la delantera, también con un opcional diferencial autoblocante (1.305 €) que agiliza la respuesta de un tren trasero en general menos participativo. Maquinaria "pesada" para un Audi A7 que se conduce casi tan fácil como un A4, a base de acelerador y con un buen tren delantero que marca siempre el límite asumiendo hasta 100 kg más de peso que el Mercedes CLS. En definitiva, Audi y Mercedes toman caminos distintos para llegar, prácticamente, al mismo tiempo.

Motor y vida a bordo