Audi A6 2.0 TDI

Lo primero que nos viene a la cabeza antes de montarnos en el modelo: ¿podrá el 2.0 TDI tirar del nuevo A6? ¡Sí! Y de qué manera.

Audi A6 2.0 TDI
Audi A6 2.0 TDI

Nuestra primera toma de contacto con el Audi A6 se realiza en las atascadas calles madrileñas. Sabemos que la mecánica 2.0 TDI anima con alegría al A3, A4 o al Golf, pero, ¿podrá con la berlina de representación? A priori, creemos, le va a costar.Las continuas detenciones y arrancadas a las que nos obliga el tráfico intenso de la capital nos permite encontrarle un defecto al motor: a bajas vueltas casi no tira. Intentamos no buscarle justificaciones, aunque sin esfuerzo las encontramos. Pesa 1.540 kg y anuncia una potencia de 140 CV, con lo que resulta una relación peso/potencia de 11 kg/CV. La mecánica demuestra en nuestro banco de rodillos que no le falta empuje a partir de 2.200 rpm (37,3 mkg), pero no es tan espléndido más abajo. Con dos litros de cilindrada, registra un par máximo de 37,4 mkg a 2.500 vueltas y una potencia máxima de 155 CV a 3.960 giros -15 CV más de los que anuncia oficialmente-. El rango óptimo de utilización del propulsor está entre 2.000 y 4.000 vueltas. Ni antes, ni después. Gracias a un empuje notable del propulsor, las recuperaciones y los adelantamientos resultan satisfactorios. Recuperar una elevada velocidad de crucero después de un adelantamiento o remontar un puerto no son labores complicadas para este A6. Se mueve mejor en autopistas o autovías que en ciudad. Acelera de 0 a 100 km/h, según nuestros datos, en 10,2 segundos; Audi anuncia que lo hace en 10,3 segundos.Los consumos son escasos. Eso sí, siempre y cuando circulemos por autovías, menos de 7 litros a los 100 km, mientras viajamos a velocidad elevada. En los ciclos urbanos, sí que registramos cifras abultadas, que, en ocasiones, y dependiendo del tráfico rozan los 10 litros. Rápido y ágil en curvas, para lo grande que es. Tiene una batalla larga, lo que refuerza el aplomo y la estabilidad tanto en rápidos pasos por curva como en trazados rectos y aburridos. Se trata de un vehículo orientado al confort, pero no por ello las suspensiones comprometen la deportividad y, lo que es más importante, la seguridad. El tarado de las mismas nos ha parecido muy correcto, nos transmite seguridad y todo ello gracias también a una dirección que, todo sea dicho, dispone de un agradable tacto (precisión y rapidez son sus cualidades más notables). El comportamiento del A6 2.0 TDI se define como subvirador. Sin embargo no encontramos dificultades para amaestrar este tren delantero –basta con levantar el pie del acelerador para que se coloque- y hacerle entrar a punto en las curvas. No hace falta acariciar el freno en estas situaciones. Hablando de frenos. Hemos comprobado su eficacia y su resistencia al uso intensivo. Los datos recogidos por nuestro Centro Técnico respaldan nuestra afirmación: no sólo se encuentran dentro de los márgenes del segmento, sino que rebajan la media de metros recorridos en diferentes mediciones. Recorre 53 metros antes de detenerse por completo cuando circula a 120 km/h y apenas 70 metros desde 140 km/h. Nuestra primera toma de contacto con el Audi A6 se realiza en las atascadas calles madrileñas. Sabemos que la mecánica 2.0 TDI anima con alegría al A3, A4 o al Golf, pero, ¿podrá con la berlina de representación? A priori, creemos, le va a costar.Las continuas detenciones y arrancadas a las que nos obliga el tráfico intenso de la capital nos permite encontrarle un defecto al motor: a bajas vueltas casi no tira. Intentamos no buscarle justificaciones, aunque sin esfuerzo las encontramos. Pesa 1.540 kg y anuncia una potencia de 140 CV, con lo que resulta una relación peso/potencia de 11 kg/CV. La mecánica demuestra en nuestro banco de rodillos que no le falta empuje a partir de 2.200 rpm (37,3 mkg), pero no es tan espléndido más abajo. Con dos litros de cilindrada, registra un par máximo de 37,4 mkg a 2.500 vueltas y una potencia máxima de 155 CV a 3.960 giros -15 CV más de los que anuncia oficialmente-. El rango óptimo de utilización del propulsor está entre 2.000 y 4.000 vueltas. Ni antes, ni después. Gracias a un empuje notable del propulsor, las recuperaciones y los adelantamientos resultan satisfactorios. Recuperar una elevada velocidad de crucero después de un adelantamiento o remontar un puerto no son labores complicadas para este A6. Se mueve mejor en autopistas o autovías que en ciudad. Acelera de 0 a 100 km/h, según nuestros datos, en 10,2 segundos; Audi anuncia que lo hace en 10,3 segundos.Los consumos son escasos. Eso sí, siempre y cuando circulemos por autovías, menos de 7 litros a los 100 km, mientras viajamos a velocidad elevada. En los ciclos urbanos, sí que registramos cifras abultadas, que, en ocasiones, y dependiendo del tráfico rozan los 10 litros. Rápido y ágil en curvas, para lo grande que es. Tiene una batalla larga, lo que refuerza el aplomo y la estabilidad tanto en rápidos pasos por curva como en trazados rectos y aburridos. Se trata de un vehículo orientado al confort, pero no por ello las suspensiones comprometen la deportividad y, lo que es más importante, la seguridad. El tarado de las mismas nos ha parecido muy correcto, nos transmite seguridad y todo ello gracias también a una dirección que, todo sea dicho, dispone de un agradable tacto (precisión y rapidez son sus cualidades más notables). El comportamiento del A6 2.0 TDI se define como subvirador. Sin embargo no encontramos dificultades para amaestrar este tren delantero –basta con levantar el pie del acelerador para que se coloque- y hacerle entrar a punto en las curvas. No hace falta acariciar el freno en estas situaciones. Hablando de frenos. Hemos comprobado su eficacia y su resistencia al uso intensivo. Los datos recogidos por nuestro Centro Técnico respaldan nuestra afirmación: no sólo se encuentran dentro de los márgenes del segmento, sino que rebajan la media de metros recorridos en diferentes mediciones. Recorre 53 metros antes de detenerse por completo cuando circula a 120 km/h y apenas 70 metros desde 140 km/h.