Audi A4 Avant 3.2 FSI Quattro Tiptronic

Pocas veces se puede disfrutar de una unidad con buena parte de la extensa gama de opciones que Audi implanta en sus modelos. Sin embargo, este Audi A4 Avant 3.2 FSI Quattro Tiptronic incorpora buena parte de las más interesantes: motor de inyección directa, tracción total quattro, paquete S Line, dirección activa y cambio automático. Combinadas, convierten a este A4 Avant 3.2 FSI en un familiar de ensueño.

Audi A4 Avant 3.2 FSI Quattro Tiptronic
Audi A4 Avant 3.2 FSI Quattro Tiptronic

Hasta ahora no habíamos tenido entre manos un Audi A4 que dispusiese de la dirección dinámica, como ellos la llaman y que supone un desembolso extra de 1.270 euros más la obligatoriedad de elegir el "Audi drive select", que cuesta otros 380 euros. Sólo dicha posibilidad ya merecía dedicarle un espacio a este modelo que, como aditivo nada despreciable, incluye el paquete S Line que, entre otros elementos, incluye una suspensión deportiva evolucionada con el objetivo de configurar un modelo de muy alto rendimiento dinámico.Este A4 Avant 3.2 FSI es la respuesta en la gama media a los demandantes de coches tremendamente equipados, tanto en el aspecto tecnológico como de lujo y prestanciaAudi no ha inaugurado en el mercado la opción de dirección activa -para entendernos mejor- porque BMW la tuvo antes disponible. Con cerca de dos vueltas de giro de volante entre sus topes, el Audi no sorprende especialmente -y más si ya has tenido entre manos un BMW con este sistema- al conductor por su rapidez en las maniobras. De hecho, su diámetro de giro no le hace inusitadamente maniobrable en garajes, por lo que –afortunadamente- no es fácil "tragarse" esquinas o columnas por exceso de giro como sí te puede pasar con su rival teutón. Por tanto, el conductor no se ve muy sorprendido, lo que es bueno. Luego, cuando de verdad se pueden apreciar sus ventajas -con el vehículo a mayor velocidad- tampoco reacciona con tanta inmediatez sorpresiva. De hecho, y como Audi tiene previsto, el conductor, prácticamente, ni se entera de su actuación, a menos que la situación sea desesperada. En pruebas de extrema exigencia, como eslalon o test del alce, llevado al límite, se aprecia mejor que en carretera abierta como la dirección vuelve al coche todavía más efectivo de lo que sería sin ella. Ahí, sí que hay que calcular bien la actuación sobre el volante, porque un movimiento exagerado lleva al coche a un lugar donde, más que probablemente, el conductor no quería ir. Aquellos apartados que mantienen relación con el dinamismo son de sobresaliente: el bastidor, el motor y la transmisiónEl paquete S Line hay que detallar que incluye: asientos deportivos con regulación eléctrica en los delanteros, traseros abatibles por secciones asimétricas, llantas de 18 ó 19 pulgadas calzadas con neumáticos de mayor anchura, pomo de la palanca de cambio tapizado en cuero lo mismo que el deportivo volante de tres radios así como una suspensión deportiva más extrema. Decimos más extrema, porque la opción de suspensión deportiva para cualquier otro Audi supone una rebaja en la distancia de la carrocería al suelo en dos centímetros mientras que en el S Line se rebaja otro centímetro adicional. También la amortiguación se endurece proporcionalmente. Todo ello por un más que razonable precio de 1.390 euros. El resultado es sorprendente. Ayudado por su tracción integral con diferencial mecánico central, el Audi A4 Avant se comporta como un deportivo de primer nivel. Muy equilibrado, aunque con un ligero y natural subviraje, el A4 Avant pasa las curvas con una tremebunda velocidad de paso y dejando asombrado hasta al propio conductor, que no pone especial énfasis en su quehacer.El paquete opcional S Line convierte al Audi A4 Avant en un vehículo de carrocería familiar tan atractivo y eficaz como pocas berlinasEs curioso escuchar el motor al ralentí con el capó levantado. Un lejano parentesco con el sonido diésel llega a nuestros oídos. ¿Está mal regulado? No, simplemente posee inyección directa de gasolina. La relación de compresión es de 12,5:1, altísima, por encima de muchos coches de competición de hasta no hace muchos años y, ahora mismo, ya no muy lejana de los más modernos motores turbodiésel. Desde el habitáculo, esto pasa totalmente desapercibido, y este A4 cumple bien su papel de coche de representación. Eso sí, pese al "Audi drive select", sistema que actúa sobre la respuesta del motor, cambio y suspensiones en cuatro opciones -confort, automático, dinámico e individual- la dureza básica de suspensión hace que el rodar sobre la carretera sea incómodo. Peaje por la eficacia. El motor es un elemento que pasa desapercibido, más que nada porque cumple cualquier requisito exigido en tiempos de máxima restricción dinámica como el que vivimos. Exigido al máximo, el cambio automático suple con su particular funcionamiento la única laguna apreciable, que es su respuesta mejorable a bajo régimen. En la parte media y alta de la banda de utilización, este V6 es un disparo, generando unas prestaciones más que brillantes.Parece un inofensivo familiar, pero debajo se esconde un vehículo de tremenda eficacia dinámica— Comportamiento
— Transmisión y cambio
— Calidad visual— Confort de suspensión
— Elasticidad mejorable
— ConsumoHasta ahora no habíamos tenido entre manos un Audi A4 que dispusiese de la dirección dinámica, como ellos la llaman y que supone un desembolso extra de 1.270 euros más la obligatoriedad de elegir el "Audi drive select", que cuesta otros 380 euros. Sólo dicha posibilidad ya merecía dedicarle un espacio a este modelo que, como aditivo nada despreciable, incluye el paquete S Line que, entre otros elementos, incluye una suspensión deportiva evolucionada con el objetivo de configurar un modelo de muy alto rendimiento dinámico.Este A4 Avant 3.2 FSI es la respuesta en la gama media a los demandantes de coches tremendamente equipados, tanto en el aspecto tecnológico como de lujo y prestanciaAudi no ha inaugurado en el mercado la opción de dirección activa -para entendernos mejor- porque BMW la tuvo antes disponible. Con cerca de dos vueltas de giro de volante entre sus topes, el Audi no sorprende especialmente -y más si ya has tenido entre manos un BMW con este sistema- al conductor por su rapidez en las maniobras. De hecho, su diámetro de giro no le hace inusitadamente maniobrable en garajes, por lo que –afortunadamente- no es fácil "tragarse" esquinas o columnas por exceso de giro como sí te puede pasar con su rival teutón. Por tanto, el conductor no se ve muy sorprendido, lo que es bueno. Luego, cuando de verdad se pueden apreciar sus ventajas -con el vehículo a mayor velocidad- tampoco reacciona con tanta inmediatez sorpresiva. De hecho, y como Audi tiene previsto, el conductor, prácticamente, ni se entera de su actuación, a menos que la situación sea desesperada. En pruebas de extrema exigencia, como eslalon o test del alce, llevado al límite, se aprecia mejor que en carretera abierta como la dirección vuelve al coche todavía más efectivo de lo que sería sin ella. Ahí, sí que hay que calcular bien la actuación sobre el volante, porque un movimiento exagerado lleva al coche a un lugar donde, más que probablemente, el conductor no quería ir. Aquellos apartados que mantienen relación con el dinamismo son de sobresaliente: el bastidor, el motor y la transmisiónEl paquete S Line hay que detallar que incluye: asientos deportivos con regulación eléctrica en los delanteros, traseros abatibles por secciones asimétricas, llantas de 18 ó 19 pulgadas calzadas con neumáticos de mayor anchura, pomo de la palanca de cambio tapizado en cuero lo mismo que el deportivo volante de tres radios así como una suspensión deportiva más extrema. Decimos más extrema, porque la opción de suspensión deportiva para cualquier otro Audi supone una rebaja en la distancia de la carrocería al suelo en dos centímetros mientras que en el S Line se rebaja otro centímetro adicional. También la amortiguación se endurece proporcionalmente. Todo ello por un más que razonable precio de 1.390 euros. El resultado es sorprendente. Ayudado por su tracción integral con diferencial mecánico central, el Audi A4 Avant se comporta como un deportivo de primer nivel. Muy equilibrado, aunque con un ligero y natural subviraje, el A4 Avant pasa las curvas con una tremebunda velocidad de paso y dejando asombrado hasta al propio conductor, que no pone especial énfasis en su quehacer.El paquete opcional S Line convierte al Audi A4 Avant en un vehículo de carrocería familiar tan atractivo y eficaz como pocas berlinasEs curioso escuchar el motor al ralentí con el capó levantado. Un lejano parentesco con el sonido diésel llega a nuestros oídos. ¿Está mal regulado? No, simplemente posee inyección directa de gasolina. La relación de compresión es de 12,5:1, altísima, por encima de muchos coches de competición de hasta no hace muchos años y, ahora mismo, ya no muy lejana de los más modernos motores turbodiésel. Desde el habitáculo, esto pasa totalmente desapercibido, y este A4 cumple bien su papel de coche de representación. Eso sí, pese al "Audi drive select", sistema que actúa sobre la respuesta del motor, cambio y suspensiones en cuatro opciones -confort, automático, dinámico e individual- la dureza básica de suspensión hace que el rodar sobre la carretera sea incómodo. Peaje por la eficacia. El motor es un elemento que pasa desapercibido, más que nada porque cumple cualquier requisito exigido en tiempos de máxima restricción dinámica como el que vivimos. Exigido al máximo, el cambio automático suple con su particular funcionamiento la única laguna apreciable, que es su respuesta mejorable a bajo régimen. En la parte media y alta de la banda de utilización, este V6 es un disparo, generando unas prestaciones más que brillantes.Parece un inofensivo familiar, pero debajo se esconde un vehículo de tremenda eficacia dinámica— Comportamiento
— Transmisión y cambio
— Calidad visual— Confort de suspensión
— Elasticidad mejorable
— Consumo