Audi A3 1.8 T 180 CV Ambition Plus

Dispone de un motor turboalimentado de gasolina, una cilindrada de 1,8 litros y 180 CV de potencia oficiales, alguno más, según nuestros datos. La interjección de sorpresa ¡Ave María! le viene al pelo: la seguridad, las prestaciones y el confort lo definen. Así es el A3 1.8 T.

Audi A3 1.8 T 180 CV Ambition Plus
Audi A3 1.8 T 180 CV Ambition Plus

Algunos Audi acusan una frenada un tanto floja, teniendo en cuenta, claro está, la alta calidad en otros aspectos como aceleraciones o recuperaciones. Pues bien, este A3 dispone de unos frenos muy efectivos y certeros, asociados a unos neumáticos de horma ancha. Las cifras de frenada lo confirman. Desde una velocidad de 140 kilómetros por hora, recorre 76,6 metros hasta detenerse por completo y tarda 3,28 segundos en la operación. En una situación de frenada más normal, a una velocidad de 60 kilómetros por hora, por ejemplo, recorre 12,9 metros hasta parar.

El cambio resulta muy preciso. Se trata de una caja de cambios manual, de cinco velocidades y con unos desarrollos pautados con maestría. No obstante, los datos facilitados como oficiales por la marca no pueden ser aplicados a este coche, ya que los neumáticos con que hemos probado este A3 no son los que equipa de ordinario. De hecho, de serie monta unos 205/60 T sobre llantas de 15 pulgadas. Sin embargo, el nuestro disponía de llantas de 17 pulgadas y neumáticos con tamaño 225/45 ZR. Es decir, con más perfil y con un código de velocidad más elevado, más deportivos, en definitiva.

El A3 es, junto con su hermano pequeño, el A2, uno de los modelos de la marca que más se adapta, por su tamaño, a la ciudad. Tiene una longitud de 4,15 metros, una anchura de 1,73 y una altura de 1,42. Sus pocas vueltas de volante, tres, y la asistencia de la dirección hacen que la maniobrabilidad sea cómoda en la urbe. El inconveniente que hemos encontrado en recorridos urbanos es el ímpetu del coche. El turbocompresor, que se hace patente entre las 2.500 y las 3.000 rpm, hace que se “encabrite" en los primeros compases de nuestro recorrido urbano. Basta un periodo de adaptación corto para acostumbrarse al modelo, controlar la “fiereza" del motor y realizar una conducción un tanto más relajada. El consumo en ciudad es otro de los “peros" que encontramos al coche, pero es algo inevitable, si tenemos en cuenta la potencia y la cilindrada. No obstante, el resto de sus rivales andan por las mismas cifras en urbano, incluso mucho más abultadas, como en el caso del Mercedes C 200, que alcanza los 14,3 litros a los 100 kilómetros, frente a los 10,6 litros de este Audi o del Volkswagen Golf. Si hablamos de consumo, no deben alarmarnos las cifras. Con unas prestaciones así nos ha sorprendido que los consumos no penalicen “ad infinitum" como sería de esperar. De hecho, según nuestros cálculos, muy cerca de los oficiales por cierto, se sitúan en 10,9 litros a los 100 kilómetros en recorridos urbanos, y 8 litros en recorridos extraurbanos. Quizás la última cifra sea la que se aleje un poco más de los datos oficiales, que indican unos 6 litros a los 100 kilómetros. La autonomía media, resultante de nuestros cálculos y de un depósito de 55 litros de capacidad, es de unos 640 kilómetros.

A juzgar por los resultados de nuestro Centro Técnico, el ordenador de a bordo del modelo es muy fiable en cuanto a consumos se refiere. En el resto de funciones que tiene, al no tratarse más que de cálculos matemáticos más concretos, no hay lugar a las dudas. Dichas funciones son: cálculo de horas de viaje (cuando se cumplen las dos horas suena un pitidito y aparece la hora intermitente: es el momento de parar a descansar un rato); la velocidad media del viaje y la autonomía restante dependiendo de la velocidad media que se lleva en el momento de la consulta (cuando queda combustible para unos 40-50 kilómetros, el vehículo entra en reserva y de nuevo el conductor es advertido mediante una señal acústica).