Que un SUV de 4,6 metros de longitud homologue un consumo medio de gasolina de 4,6 l/100 km (6 l/100 km, según nuestras mediciones) es algo muy significativo, un dato que demuestra la efectividad del sistema de propulsión híbrida que emplea para lograrlo, que es sin duda el corazón del vehículo y lo que define en gran medida su personalidad. En esta nueva generación, el Toyota RAV4 Hybrid ha ganado sofisticación, aunque su esencia se mantiene.
Sin dejar de lado un manejo sencillo de todos los elementos, la presentación interior del Toyota RAV4 Hybrid resulta más atractiva que antes, con un diseño mucho más actual pero sin estridencias, y sin la sensación de “nave espacial" que podemos tener a bordo de un Toyota Prius. Lo primero que llama la atención al subir al habitáculo es el buen tacto de algunos mandos y una gran visibilidad hacia todos los ángulos, incluso hacia los laterales delanteros, favorecida por la buena ubicación de los retrovisores exteriores y una pequeña ventanilla justo antes de los pilares. La columna de la dirección cuenta con generosas cotas de regulación longitudinal y en altura, por lo que resulta fácil encontrar una perfecta postura de conducción, a pesar de la falta de reglaje lumbar en este acabado. Los ajustes del asiento son manuales, con palancas de plástico para la altura de la banqueta y la inclinación del respaldo cuyo tacto está menos cuidado que el resto de terminaciones del habitáculo. No falta una bandeja de carga inductiva para el teléfono móvil, ni varios puertos USB repartidos por el habitáculo, además de abundantes huecos portaobjetos y buenas cotas de habitabilidad para todas las plazas.
Toyota RAV4 Hybrid: algunos de sus secretos
El cuadro de instrumentos cuenta con una zona central formada por una pantalla en color, en la que se muestran los datos del ordenador de viaje y el velocímetro, que podemos configurar para que sea de tipo analógico o digital, si bien mantiene relojes “físicos" en los laterales para la temperatura del agua, el combustible y el preciso indicador de uso de la potencia, que sustituye al cuentavueltas y nos permite sacar mayor partido al sistema híbrido. Resulta útil, por ejemplo, para saber hasta dónde podemos acelerar sin que arranque el motor de combustión, manteniendo la aguja en la zona “eco", o cuánto podemos frenar sin que actúen los discos de freno —lo que supondría un desperdicio de energía—, por medio de la frenada regenerativa. Se trata de un automóvil que, siempre que te guste ir en busca de la máxima eficiencia y exprimir al máximo cada gota de combustible, invita a que te involucres mucho en la conducción. No obstante, también se logran buenos consumos haciendo una conducción normal y sin ser un experto en eficiencia, de hecho en muchas ocasiones te encuentras circulando en modo eléctrico sin buscarlo, sobre todo en condiciones favorables a velocidad mantenida.
PRESTACIONES | Toyota RAV4 Hybrid 220H 218 CV E-CVT 4x2 |
Acel. 0-100 km/h | 8,12 s |
Acel. 0-400 m | 16 s |
Acel. 0-1000 m | 29,12 s |
Sonoridad 120 km/h | 70,1 dBA |
Sonoridad 140 km/h | 72,6 dBA |
Frenada desde 140 km/h | 75,75 m |
Peso en báscula | 1.670 kg |
La batería del Toyota RAV4 Hybrid 2019 anuncia la misma capacidad que en la anterior generación del modelo, aunque se nota mayor empuje eléctrico en las arrancadas y en zonas urbanas se puede acelerar durante más tiempo sin que funcione el motor de combustión, siempre dependiendo de cuánto presionemos el pedal derecho, pues es necesario hacerlo con moderación, aunque no tanta como para ralentizar excesivamente el tráfico. Adicionalmente, dispone de un botón EV para forzar el funcionamiento en eléctrico hasta poco más de 50 km/h, siempre que la carga de la batería y la aceleración demandada se encuentren dentro de unos límites concretos. Esta función es apropiada para usar, por ejemplo, dentro de un garaje, pues en los modos convencionales (Sport, Normal o Eco) también es posible moverse únicamente con electricidad hasta mayores velocidades siendo sensibles con el acelerador.
CONSUMOS | Toyota RAV4 Hybrid 220H 218 CV E-CVT 4x2 |
Consumo en ciudad | 5,7 l/100 km |
Consumo en carretera | 6,2 l/100 km |
Consumo medio | 6,0 l/100 km |
Toyota RAV4 Hybrid: mejor Eco que Sport
Los programas de conducción Sport y Eco cambian la respuesta del acelerador, haciéndola más o menos reactiva; además, en Eco se reduce la potencia del climatizador y en Sport se endurece la dirección, aunque su tacto pierde algo de naturalidad. También es posible influir sobre la conducción por medio de la palanca de cambios, que cuenta con una posición S en la que el motor de combustión se revoluciona más para lograr mayor retención. Desde la posición S, empujando de la palanca hacia delante o tirando de ella hacia atrás, se simulan 6 marchas fijas, que, al circular en eléctrico, se corresponden con distintos niveles de retención/regeneración. Pese a lo que pueda parecer la teoría, en la práctica es un coche muy sencillo de conducir, similar a cualquier automático, pues el funcionamiento de la transmisión es prácticamente idéntico al de un cambio de variador continuo. Suavidad, por tanto, es lo que prima en la forma de entregar la potencia, no obstante, en caso de acelerar con decisión, la respuesta es muy inmediata y contundente, acompañada, eso sí, de un sonido estacionario del motor más elevado de lo que nos gustaría. Tampoco está especialmente bien aislado el ruido del viento a alta velocidad.
Aunque su mecánica consigue muy buenas prestaciones, el bastidor cuenta con una puesta a punto bastante conservadora, dejando claro su enfoque familiar. Es muy estable y preciso a alta velocidad en autopistas, pero no resulta tan dinámico en el paso por curva como un Toyota C-HR, y su mayor peso se deja notar si elevas demasiado el ritmo de marcha, ya que el tren delantero se vuelve algo impreciso cuando se acerca el límite de adherencia de los neumáticos, que llega relativamente pronto, aunque de forma noble y predecible. La intervención de las ayudas electrónicas es poco intrusiva, y nos deja cierto tiempo de reacción antes de encarrilar cualquier exceso de optimismo o error de conducción cometido por nuestra parte. Su forma de progresar es la típica de un tracción delantera, el tren anterior puede abrir ligeramente la trayectoria si afrontamos algún giro cerrado sin dosificar el acelerador —sobre todo si el pavimento está resbaladizo—, y el eje trasero brinda cierto redondeo al ahuecar bruscamente en fuertes apoyos. Pese a que no se le puede poner ningún pero dado el tipo de coche que es, quizá la versión 4x4 aporte algo más de efectividad en condiciones exigentes, además de evitar que la rueda interior delantera pierda tracción al acelerar con decisión a la salida de curvas muy cerradas. Más criticable es el tacto de frenos, algo comprensible y habitual teniendo en cuenta que se trata de un coche híbrido, ya que a la hora de modular la frenada hay un leve retraso desde que actúas sobre el pedal hasta que el sistema interviene sobre las ruedas, lo que en ocasiones dificulta una dosificación precisa. Esto no ocurre cuando se realiza una frenada de emergencia, en cuyo caso la deceleración máxima se alcanza de forma inmediata.
ESPACIO | Toyota RAV4 Hybrid 220H 218 CV E-CVT 4x2 |
Anchura delantera | 147 cm |
Anchura trasera | 142 cm |
Altura delantera | 90/96 cm |
Altura trasera | 95 cm |
Espacio para piernas | 77 cm |
Maletero | 585 litros |
El acabado probado no equipaba algunas de las novedades que puede incorporar esta generación del RAV4, como el espejo retrovisor con pantalla incorporada, que permite visualizar las imágenes de una cámara trasera cuando las cabezas de los ocupantes posteriores nos restan visión. En cambio, sí que nos ha llamado la atención el buen funcionamiento del asistente de mantenimiento de carril, que actúa sobre la dirección de manera discreta pero eficaz, o el sistema de información y entretenimiento que, aun sin ser una referencia, ha mejorado mucho respecto a su antecesor.