Skoda no era, a diferencia de otras que se han incorporado en tiempos recientes, una marca nueva en el mercado de los SUV: en 2005 ya mostró su primer prototipo del Yeti y, cuatro años más tarde, se inició la comercialización de este polivalente modelo que sigue siendo un ejemplo entre los SUV pequeños por su versatilidad —las posibilidades de configuración interior que permiten sus asientos traseros son enormes—, amplitud de gama o rendimiento de sus motores, por ejemplo. Soberbio el Skoda Yeti, sí.
Sin embargo, no ha sido hasta la aparición del Skoda Kodiaq —o el desembarco de la plataforma MQB del Grupo Volkswagen en el mundo de los SUV y, más concretamente, en la marca checa—cuando Skoda ha empezado a tener peso entre los SUV compactos. De hecho, su oferta en este tipo de vehículos aumentará en breve con la llegada del Karoq, pero 30 cm más corto que el Kodiaq.
ESPACIO | Skoda Kodiaq |
Anchura delantera | 147 cm |
Anchura trasera | 143 cm |
Altura delantera | 94-100 cm |
Altura trasera | 94 cm |
Espacio para piernas | 84 cm |
Maletero | 540 litros |
Y es que, con sus 4,6 m de largo, el Skoda Kodiaq no sólo está entre los SUV más grandes de este segmento, sino que frente al camino elegido por otros fabricantes con modelos de dimensiones parecidas —Alfa Romeo, por ejemplo, con el Stelvio opta por la vertiente deportiva, lo mismo que pretende el Jaguar F-Pace, BMX X4, Mercedes GLC Coupé o Porsche Macan; y Volvo XC60, Mercedes GLC, Audi Q5 o BMW X3 no difieren tampoco mucho de tamaño ni con los anteriores—, con él la marca checa ha apostado por darle un cariz muy familiar.
Junto con los Mitsubishi Outlander, Hyundai Santa Fe, Kia Sorento, Nissan X-Trail y el muy reciente Peugeot 5008, el Skoda Kodiaq cuenta con la posibilidad —en él es una opción no muy costosa, 850 euros — de disponer de hasta siete plazas gracias a la incorporación de dos asientos plegables en la zona del enorme maletero y que con su envés conforman su suelo.
La gama de motores abarca en gasolina desde el 1.4 TSI de 125 CV hasta el 2.0 TSI de 180 CV, mientras que todos los Diesel gravitan en torno al 2.0 TDI. Con este motor, la versión más enérgica es la de 190 CV, mientras que se sitúa por debajo de ella es la de 150 CV, la más demandada en la actualidad.
El motor de potencia equivalente en gasolina es una versión del 1.4 TSI de 150 CV y con la particularidad de disponer de un sistema de desconexión de cilindros que, en determinadas circunstancias, prescinde de los dos centrales para, de ese modo, reducir rozamientos y consumos. Este motor se combina tanto con la tracción total, y en ese caso, tanto con el cambio manual como con el automático DSG; como con la tracción delantera, y en esa circunstancia, exclusivamente con la caja automática. Para quien desee un motor de gasolina con tracción delantera y cambio manual, Skoda deja el 1.4 TSI de 125 CV versión que, con esa configuración, disfruta de un precio muy atractivo: es 5.600 euros más económico que la que ocupa el siguiente escalón, el 2.0 TDI 150 CV 4x4 más económico, con el nivel de equipamiento Active.
Con este motor Diesel encontramos las mismas combinaciones de tracción total —siempre con el consabido embrague multidisco Haldex— o delantera con las cajas de cambios, si bien el año que viene veremos có mo llega al mercado la del 2.0 TDI 4x2 con cambio manual y, probablemente, de gran tirón comercial.
Antes de entrar en el enfrentamiento entre los dos motores de 150 CV que provocan estas líneas y que, en el Skoda Kodiaq, monopolizan la inmensa mayoría de los pedidos, adelantemos que no conviene desdeñar la aportación del 1.4 TSI de 125 CV; un motor, también de cuatro cilindros, inyección directa y sobrealimentado, como el de nuestros protagonistas, del que no cabe esperar grandes prestaciones, pero que si las exigencias hacia él no son muy altas, bien puede convenir. Más cuando su precio de partida está, aplicadas ofertas, no muy lejano de los 22.000 euros.
Skoda Kodiaq 1.4 TSI 4x4 ACT vs Kodiaq 2.0 TDI 4x4 DSG: prestaciones
La realidad indica que los 150 CV conforman, no sólo la columna vertebral de la gama Skoda Kodiaq, sino también su grueso de ventas. Y aunque la ventaja es para los TDI en cuanto a reparto de las mismas, lo cierto es que esa preponderancia difícilmente se sostiene exclusivamente con las prestaciones. La razón es simple: las diferencias que apreciamos en la medición clave para determinar la rapidez de un coche , la aceleración de 0 a1.000 m —en la que la incidencia, por ejemplo, del cambio es menor que otras—, determina que las diferencias entre uno y otro son semejantes a las que podríamos encontrar entre dos unidades con el mismo motor. Esto se justifica porque la ventaja de peso para la versión de gasolina —de algo más de 100 kilos—, ha de quedar compensada por la mayor pegada a bajo o medio régimen del Diesel. No es que en el 1.4 TSI falte fuerza para arrancar a mover la masa del Kodiaq o que tengamos que es que tengamos que prestar atención especial al embrague, pero no esperes gran despliegue de energía hasta que se llega a eso de las 1.800-1.900 rpm, que es cuando el turbo de este cuatro cilindros de gasolina se despierta y su reacción al acelerador se intensifica.
PRESTACIONES | Skoda Kodiaq 1.4 TSI 150 4x4 ACT | Skoda Kodiaq 2.0 TDI 150 4x4 DSG |
Acel. 0-100 km/h | 11,49 s | 10,78 s |
Acel. 0-1000 metros | 32,8 s | 32,6 s |
Adelantamiento 80-120 km/h | 8,91 s (4ª) | 8,80 s (D) |
Sonoridad 100 km/h | 65,4 dB | 63,8 dB |
Sonoridad 120 km/h | 67,4 dB | 67,9 dB |
Frenada desde 140 km/h | 67,6 m | 68,9 m |
Peso en báscula | 1.783 kg | 1.897 kg |
Compensa, por tanto, mantenerlo por encima de ese rango, aunque tampoco interesaría irse mucho más allá de las 5.000 rpm. Para ello, el cambio manual, que ni es el más preciso, rápido o de recorrido cortos, si parece suave y difícilmente levantara quejas por su desarrollos, ayuda. Quien necesite «algo más» ahí tiene la opción del DSG, cambio que también serviría para enmascarar, aquí como en cualquier motor, la escasez de brío a pocas vueltas.
Éste, con siete marchas en lugar de las seis del TSI, es el que hemos probado en el 2.0 TDI. Es un motor que no se siente, a su estilo y como también ocurre con el 1.4 de gasolina, particularmente cómodo a muchas vueltas. Por eso mejor que dejar que el cambio estire el motor, a poco que se pasa de las 3.500 rpm, compensa buscar la siguiente marcha manualmente, que bien puede hacerse de modo muy cómodo. Incluso, usando el 60 o 70 por ciento del recorrido del acelerador la lógica del cambio hará que entre las 3.000 y las 3.500 vueltas ya se pase a una marcha superior.
Yendo al análisis del chasis, siquiera somero, conviene dejar claro que en los dos vamos a encontrar una dirección muy asistida, que pierde algo de tanta ayuda si elegimos el modo Sport configurable. Con todo, resulta difícil apreciar lo que pasa bajo las ruedas. Filtra también de modo apreciable la suspensión, con una capacidad encomiable para pasar por encima de los baches sin que sus ocupantes tengan que padecerlos aunque, como contrapartida, no se siente la carrocería tan sujeta como en algún modelo de la competencia. Nos estamos acordando del recién llegado 5008, también más ágil en las curvas lentas, aunque en las rápidas o en las habituales de una autopista no haya tanta diferencia entre ambos. No es que el balanceo o el cabeceo sea muy acusado, pues hay no pocos coches parecidos en los que es mayor, pero incluso puede que disminuya un poco si elegimos el modo Sport y con él la amortiguación pierde de su flexibilidad.
CONSUMOS | Skoda Kodiaq 1.4 TSI 150 4x4 ACT | Skoda Kodiaq 2.0 TDI 150 4x4 DSG |
Consumo en ciudad | 7,4 l/100 km | 7,0 l/100 km |
Consumo en carretera | 6,5 l/100 km | 6,2 l/100 km |
Consumo medio | 6,9 l/100 km | 6,5 l/100 km |
Skoda Kodiaq 1.4 TSI 4x4 ACT vs Kodiaq 2.0 TDI 4x4 DSG: consumo
Si no se está acelerando o se acelera poco y la velocidad está por encima de los 50 km/h es probable que el motor TSI pase a desactivar dos de sus cuatro cilindros. Y más fácilmente ocurrirá salvo si la pendiente no trabaja a nuestro favor. Así, el 1.4 TSI tiene una apreciable arma a su favor para reducir el consumo, más cuando el paso de uno a otro modo ni se oye ni se siente en forma de más o menos vibraciones. Simplemente ocurre y el conductor queda enterado de lo que está haciendo la distribución del motor por medio de la indicación que aparece en el ordenador de viaje si tiene activada la cualquier función relacionada con el consumo (instantáneo, medio o autonomía) o si se fija en que aparece el término eco donde habitualmente está la temperatura exterior.
Por su parte, el más pesado 2.0 TDI tiene de su lado, además del intrínseco mejor rendimiento ligado a su más alta compresión, un cambio de desarrollos más largos: de comparar el Diesel DSG con el de gasolina manual, por ejemplo, la quinta del primero —recuerda que el automático tiene siete, por tanto dos más por encima, la última con un desarrollo de 57,5 km/h cada 1.000 rpm— casi es tan larga como la sexta del de gasolina.
Sin embargo, lo cierto es que los consumos obtenidos por nuestro Centro Técnico hacen que, quien piense que el 1.4 TSI poco tiene que hacer frente al 2.0 TDI no pueda estar más equivocado. Ahí están los números para demostrar que la diferencia de uno a otra es tan pequeña que difícilmente bastará el consumo como argumento para elegir uno frente al otro.
Skoda Kodiaq 1.4 TSI 4x4 ACT vs Kodiaq 2.0 TDI 4x4 DSG: precio final
Porque, efectivamente, no sólo conviene tener en cuenta el consumo para elegir entre los dos si lo que más nos importa es la economía. Quizá más importante que esos 0,4 l/100 km de diferencia que hay en el consumo medio de ambas versiones de gasolina y Diesel, lo sea el precio. Y, teniendo en cuenta éste, puede que difícilmente se sostenga la elección del Diesel si nos atenemos a que, a igualdad de transmisión, acabado y tipo de tracción, el TSI cuesta 2.150 euros menos. Y más aún, con lo contado hasta aquí.
Esto lleva la amortización del Diesel —el kilometraje al que comenzamos a ahorrar con ese motor— al precio actual del carburante no se alcance hasta sobrepasados los 164.348 kilómetros.
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