El segmento de los SUV es uno de los más demandados en los últimos tiempos y Porsche no es ajena a esta circunstancia. Si alguien no se cree todavía que lo que "pita" ahora son los SUV, aquí tiene unas cifras para entenderlo. De los 54.004 Porsches que se han vendido el pasado año, el 27 por ciento fueron Macan y el 22 por ciento Cayenne; es decir casi el 50 por ciento de los modelos que vende la mítica marca deportiva son SUV. A ellos se suma, por supuesto, el 911 con un 24 por ciento. La gama del Cayenne se compone de seis versiones de gasolina, una de ellas híbrida, con potencias que van desde los 300 CV del Cayenne hasta los 570 CV del recientemente aparecido Turbo S, pasando por los 416 CV del S E-Hybrid. El más demandado, sin embargo, es el Diesel con sus 262 CV de potencia y los casi 7 l/100 km de consumo de combustible.
El Cayenne Turbo S esconde bajo su capó delantero el motor V8 de 4,8 litros de cilindrada biturbo que se ofrece en el Turbo, con unas mejoras en la gestión electrónica con las que se consiguen 570 CV de potencia (50 CV más que el Turbo «a secas»). Los turbocompresores están incorporados directamente en los colectores de escape para mejorar la respuesta al acelerador y ser más eficientes en términos de consumo y emisión de contaminantes. Comparado con el Turbo S de la anterior generación, el nuevo tiene 20 CV más, 5,1 mkg más de par y todo ello sin subir el consumo homologado. Sus prestaciones son realmente de primer nivel: 4,1 segundos para alcanzar los 100 km/h partiendo desde parado y 284 km/h de velocidad máxima. Ahora que parece ser que el tiempo en Nürburgring es una referencia obligada para los deportivos, podemos apuntar que el Cayenne Turbo S consigue dar una vuelta completa al «Infierno Verde» en 7’51’’, un tiempo que no está nada mal para un modelo de casi 4,9 metros de longitud y más de 2,2 toneladas de peso.
Sin llegar a esos extremos, tenemos que apuntar que el Cayenne Turbo S no decepcionará a los amantes de las grandes prestaciones. Su motor empuja con fuerza y con mucha rabia desde poco más allá de las 1.500 rpm y no descansa ni un momento hasta que la gestión electrónica corta la inyección (si vamos en modo manual en la caja de cambios) o cambia a una marcha superior si nos movemos en modo automático. Sólo un «pero» las transiciones entre ir despacio e intentar salir disparado como un cohete son más largas de lo que nos gustaría, pero se te olvida inmediatamente cuando toda la caballería del motor V8 sale a relucir al pisar el pedal del acelerador a fondo.
De serie, el Turbo S cuenta con una larga y extensa lista de electrónica disponible para conseguir domar sin ningún tipo de paliativos a todos y cada uno de los 570 CV que se alojan bajo el capó delantero. El control de tracción con distribución variable del par entre ambos ejes, el sistema PTV Plus que se encarga de ir frenando la rueda exterior de la curva para reducir el subviraje, el control dinámico del chasis… todo está presente en el nuevo Turbo S. Por supuesto, el paquete Sport Chrono viene de serie para mejorar unas, ya de por sí, envidiables prestaciones. Como novedad, y para mejorar la seguridad de esta potente versión, se montan discos cerámicos con pinzas de diez pistones en el tren delantero y de cuatro pistones en el trasero con unos discos de 420 mm de diámetro delante y 370 mm detrás. La capacidad de frenada y la resistencia al trabajo duro son, como en todos los modelos de la firma, excepcionales.
192.590 € es el precio del Cayenne Turbo S, es decir hay que pagar 337 € por cada CV que se esconde en el motor.