BMW 320 D / Renault Laguna 2.2 dCi Initiale / Volvo S60 D5

El selecto club de las berlinas Diesel prestacionales se va completando. El nuevo Renault Laguna se inscribe en él por derecho propio. Cualidades ruteras y equipamiento no le faltan.

BMW 320 D / Renault Laguna 2.2 dCi Initiale / Volvo S60 D5
BMW 320 D / Renault Laguna 2.2 dCi Initiale / Volvo S60 D5

Cualquiera de estas berlinas pretenden distinguir a sus conductores, por lo menos en nuestro país, pues estamos hablando de modelos que sitúan su precio en prácticamente los 30.000 euros. Por este motivo el confort de marcha, la terminación y por supuesto la generosa dotación son argumentos importantes de elección. El diseño del interior del BMW es más frío y quizás austero, pero tiene el atractivo de lo bien hecho y mejor pensado. No es muy habitable, pero sabe envolver a su conductor y esta generación ha solucionado su pega principal, el espacio para las piernas atrás. El Volvo es especial, con dos plazas delanteras muy encajonadas, pero en ningún modo agobiantes. Renault destila diseño, pero le sucede lo mismo que a otros de sus representantes: las plazas delanteras no tienen muchos huecos en donde dejar las pequeñas cosas que siempre llevamos con nosotros. Los tres son cómodos, pero gracias al nivel sonoro se lleva la palma el BMW y pierde el Laguna por ser el más ruidoso. Sin embargo, es importante tener en cuenta el nivel de equipamiento y aquí el Laguna se lleva la palma. Este acabado Initiale de nuestra unidad —3.750 euros más que la Privilege— lleva todo lo deseable de serie, incluido el cuero, y sólo puede completarse con elementos claramente eliminables, como el techo solar o el sistema Carminat de Navegación. Para igualar a sus rivales con este Laguna, y siempre con los matices de algunos elementos no disponibles, tendríamos que poner sobre la mesa 5.757 euros más en el BMW y 4.338 en el Volvo, lo que es una diferencia muy importante. En la variante Óptima del S60 de nuestras fotos —que incluye climatizador automático, ruedas de aleación, control de crucero, etc— el precio se elevaría 2.635 euros más. El resumen que hacemos es muy claro. BMW mantiene las distancias en lo que se refiere a calidad y diseño en lo que se ve y en lo que no se aprecia visualmente, lo que se denomina vulgarmente buen tacto. El Volvo avanza, pero acusa una ligera falta de este último detalle, mientras que Renault con este Laguna juega en el campo de los mayores con la baza de la exclusividad por lujo y nivel de dotación. Cualquiera de estas berlinas pretenden distinguir a sus conductores, por lo menos en nuestro país, pues estamos hablando de modelos que sitúan su precio en prácticamente los 30.000 euros. Por este motivo el confort de marcha, la terminación y por supuesto la generosa dotación son argumentos importantes de elección. El diseño del interior del BMW es más frío y quizás austero, pero tiene el atractivo de lo bien hecho y mejor pensado. No es muy habitable, pero sabe envolver a su conductor y esta generación ha solucionado su pega principal, el espacio para las piernas atrás. El Volvo es especial, con dos plazas delanteras muy encajonadas, pero en ningún modo agobiantes. Renault destila diseño, pero le sucede lo mismo que a otros de sus representantes: las plazas delanteras no tienen muchos huecos en donde dejar las pequeñas cosas que siempre llevamos con nosotros. Los tres son cómodos, pero gracias al nivel sonoro se lleva la palma el BMW y pierde el Laguna por ser el más ruidoso. Sin embargo, es importante tener en cuenta el nivel de equipamiento y aquí el Laguna se lleva la palma. Este acabado Initiale de nuestra unidad —3.750 euros más que la Privilege— lleva todo lo deseable de serie, incluido el cuero, y sólo puede completarse con elementos claramente eliminables, como el techo solar o el sistema Carminat de Navegación. Para igualar a sus rivales con este Laguna, y siempre con los matices de algunos elementos no disponibles, tendríamos que poner sobre la mesa 5.757 euros más en el BMW y 4.338 en el Volvo, lo que es una diferencia muy importante. En la variante Óptima del S60 de nuestras fotos —que incluye climatizador automático, ruedas de aleación, control de crucero, etc— el precio se elevaría 2.635 euros más. El resumen que hacemos es muy claro. BMW mantiene las distancias en lo que se refiere a calidad y diseño en lo que se ve y en lo que no se aprecia visualmente, lo que se denomina vulgarmente buen tacto. El Volvo avanza, pero acusa una ligera falta de este último detalle, mientras que Renault con este Laguna juega en el campo de los mayores con la baza de la exclusividad por lujo y nivel de dotación. Cualquiera de estas berlinas pretenden distinguir a sus conductores, por lo menos en nuestro país, pues estamos hablando de modelos que sitúan su precio en prácticamente los 30.000 euros. Por este motivo el confort de marcha, la terminación y por supuesto la generosa dotación son argumentos importantes de elección. El diseño del interior del BMW es más frío y quizás austero, pero tiene el atractivo de lo bien hecho y mejor pensado. No es muy habitable, pero sabe envolver a su conductor y esta generación ha solucionado su pega principal, el espacio para las piernas atrás. El Volvo es especial, con dos plazas delanteras muy encajonadas, pero en ningún modo agobiantes. Renault destila diseño, pero le sucede lo mismo que a otros de sus representantes: las plazas delanteras no tienen muchos huecos en donde dejar las pequeñas cosas que siempre llevamos con nosotros. Los tres son cómodos, pero gracias al nivel sonoro se lleva la palma el BMW y pierde el Laguna por ser el más ruidoso. Sin embargo, es importante tener en cuenta el nivel de equipamiento y aquí el Laguna se lleva la palma. Este acabado Initiale de nuestra unidad —3.750 euros más que la Privilege— lleva todo lo deseable de serie, incluido el cuero, y sólo puede completarse con elementos claramente eliminables, como el techo solar o el sistema Carminat de Navegación. Para igualar a sus rivales con este Laguna, y siempre con los matices de algunos elementos no disponibles, tendríamos que poner sobre la mesa 5.757 euros más en el BMW y 4.338 en el Volvo, lo que es una diferencia muy importante. En la variante Óptima del S60 de nuestras fotos —que incluye climatizador automático, ruedas de aleación, control de crucero, etc— el precio se elevaría 2.635 euros más. El resumen que hacemos es muy claro. BMW mantiene las distancias en lo que se refiere a calidad y diseño en lo que se ve y en lo que no se aprecia visualmente, lo que se denomina vulgarmente buen tacto. El Volvo avanza, pero acusa una ligera falta de este último detalle, mientras que Renault con este Laguna juega en el campo de los mayores con la baza de la exclusividad por lujo y nivel de dotación.