La nueva generación del Kia Óptima, que llegará en septiembre a los concesionarios, ya tiene los rasgos del concepto Kia Sportspace. Y también la futura variante familiar que verá la luz a finales de 2016. Se trata de la materialización del nuevo lenguaje de la marca que, en exclusiva, hemos podido conducir en la ciudad alemana de Frankfurt.
Diez de la mañana. Anna y Vladislav, responsables de comunicación de Kia Europa, me reciben. Bajamos hasta la zona de pistas que linda con el recinto ferial donde se organiza el Salón del Automóvil, un lugar perfecto para poder rodar con un concept car. No está matriculado y no puede salir al tráfico. Recorremos algunos metros hasta llegar al punto de encuentro. Allí me espera, con ese intenso color rojo que tanto llama la atención, el Kia Sportspace.
Torsten Göckeritz, director general de planificación, me aconseja que primero le acompañe en un breve recorrido para familiarizarme con los mandos. “Por supuesto, le digo, no me gustaría que una pieza tan delicada sufriera el más mínimo contratiempo”. Con su transmisión automática, lo primero, pisar el pedal de freno. Pulsar durante unos segundos el botón de arranque y, finalmente, mediante ligeros toques a la palanca de selector de marchas, elegir el modo: P, R, N o D. “Recuerda, me explica, que no cuenta con dirección asistida y carece de suspensión y de cinturones de seguridad”. Es un estudio de diseño y está muy limitado, pero ¡quién quiere comodidades si el precio es poder conducir esta pieza única y exclusiva! El concepto cuenta con un motor híbrido (Diesel de 170 CV-eléctrico), el mismo que la marca mostró en su Óptima T-Hybrid, un prototipo que avanza las tecnologías de los futuros híbridos de la marca surcoreana.
Hora de conducir
Me siento a sus mandos y me encuentro a gusto en el asiento de fibra de carbono, pero compruebo que ingenieros y diseñadores han creado el concepto para tallas alemanas. Con mi 1,69 de estatura no llegaba ni de puntillas a los pedales. La banqueta no se desliza y la única solución es echarme hacia adelante y no apoyar la espalda en el respaldo del asiento. Suelto el pedal del freno y el coche pide marcha. No se puede circular a más de 40 km/h en el recinto ferial por seguridad pero el Sportspace parece divertido. Recta y tomo una curva cerrada. Increíble la fuerza que requiere mover el volante. Mientras, en la pantalla del cuadro de mandos un sinfín de datos e informaciones. Todo muy conceptual.
La generosa pantalla central no pasa inadvertida. Desde el asiento del conductor giro la cabeza y compruebo la amplitud del Sportspace, sus dos asientos traseros individuales (impensable esta configuración en el futuro familiar) y su espectacular techo panorámico. El maletero se caracteriza por su ingenioso sistema de bolas (hay 28 en total) que se elevan a la hora de incorporar los bultos para facilitar que rueden mejor, y que vuelven a su posición inicial para sujetar la carga y que no se desplace durante el trayecto. Esta solución de momento se ha descartado llevarla a producción por el elevado coste que supondría.
¿Será así el nuevo Kia Óptima familiar? No exactamente igual, está claro, pero sí muy similar, me cuenta Gregory Guillaume, director de Diseño de Kia Europa. Entre sus características principales, la ventanilla trasera, de pequeño tamaño, la línea cromada que rodeará toda la zona acristalada lateral hasta el montante trasero y la zona central de la parrilla que será la base sobre la que se asentarán todos los nuevos modelos de la marca. ¿Te imaginas ya qué aspecto tendrá? Yo sí.