Aprovechando la llegada de la versión Roadster, BMW mejora algunos aspectos técnicos del i8 y especialmente en lo que a la eficiencia concierne. De esta manera, se montan baterías más potentes y gracias a ello se consigue aumentar la autonomía en modo eléctrico de 37 a 55 km y gracias a ello obtener la preciada etiqueta Cero Emisiones en nuestro país, con las ventajas que ello supone en materia de circulación en las grandes ciudades.
La mayor potencia de las baterías también permite aumentar la potencia del motor eléctrico que pasa de 131 a 143 CV, si bien es verdad que la velocidad máxima en modo eléctrico se mantiene en 120 km/h.
Por su parte, la única novedad que incorpora el tres cilindros de 1.5 litros turboalimentado es que monta ahora un filtro de partículas para conseguir cifras de emisiones de auténtico récord, se anuncia 46 g/km. El rendimiento no varía y como hasta la fecha desarrolla 231 CV y 32,6 mkg, lo que desde luego no está nada mal si se tiene en cuenta su escasa cilindrada. El tres cilindros va asociado a un cambio de convertidor de par con seis velocidades y sistema de accionamiento secuencial; transmite su rendimiento a las ruedas traseras, mientras que es el eje delantero el que se encarga de aprovechar los 143 CV del motor eléctrico, que se gestionan de forma inteligente. Especialmente en fase de aceleración o para aumentar la motricidad y aplomo en curva, donde se comporta como un tracción total.
A pesar del incremento de rendimiento del motor eléctrico, las prestaciones no mejoran. Se continúa anunciando una velocidad máxima de 250 km/h, mientras que para acelerar de 0 a 100 km/h se emplean 4,4 segundos; la cifra aumenta hasta los 4,6 segundos en el Roaster.
En este último, la capota ha obligado a eliminar los asientos traseros, se pierde por tanto la configuración 2 2, pero a cambio se dispone de mayor espacio para transportar objetos tras los asientos delanteros. Realizada en tela, la capota cuenta con un sistema totalmente automatizado que se acciona a través de un botón, mientras que la maniobra de apertura o cierre se puede realizar en marcha, siempre que no superemos los 50 km/h. El Roadster también dispone de una ventana posterior a modo de cortavientos y cuando se eleva se eliminan buena parte de las turbulencias a alta velocidad. El peso del i8 Roadster aumenta 60 kg, lo que no es demasiado.
El mayor peso del conjunto y una ligera merma en la aerodinámica condicionan un consumo de carburante ligeramente más elevado y prueba de ello es que se homologan 1,8 litros/100 en el Coupé y 2 litros/100 km en el Roadster.
Cuando se rueda con la capota cerrada el aislamiento con el exterior es muy bueno y lo único que se aprecia es que a velocidades elevadas es ligeramente más ruidoso que el Coupé, mientras que a cielo descubierto apenas se dejan sentir turbulencias en el habitáculo, al menos a velocidades legales.
BMW i8 Roadster, pisamos el acelerador
A los mandos, los 60 kg de más que pesa el Roaster son inapreciables y el i8 Roadster, a pesar de su escaso calzado, sorprende por su eficacia y agilidad en todo tipo de trazados. Impresiona lo bien que se adentra en las curvas y su receptividad a los cambios de trayectoria que se le indican con el volante. En todo momento transmite mucha seguridad, confianza y es muy fácil de conducir. Al límite, la escasez de goma sobre el asfalto marca diferencias con otros deportivos de similar planteamiento y precio, pero es justo reconocer que el i8 puede presumir de unas cualidades dinámicas de primera. Es además un deportivo muy polivalente, se puede conducir todos los días ya que consume muy poco y también es muy confortable en viajes de largo recorrido. La principal limitación a la hora de conducirlo está en el acceso al habitáculo, ya que no es fácil entrar y salir.
El i8 Roadster está ya a la venta por 160.800 €, 15.600 € más que el Coupé. No es demasiada la diferencia, con lo que no es de extrañar que BMW tenga previsto que a corto y medio plazo las ventas de esta versión Roadster sean muy superiores. Hay que tener en cuenta el efecto novedad y la personalidad de un deportivo que tiene un planteamiento bastante lúdico y no demasiado extremo.
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